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Apenas unos días después de la coronación de Carlos III en la Abadía de Westminster en Londres, el Palacio de Buckingham ha hecho públicas las fotografías oficiales de este importante evento. Una serie de imágenes que, más allá de su importancia institucional, lo cierto es que tienen un gran simbolismo. Al margen de las imágenes del rey Carlos y de su esposa, la reina Camila, juntos y por separado, la Casa Real ha compartido una fotografía de grupo, en la que aparecen la mayor parte de los miembros que salieron a saludar en el balcón, con algunas excepciones. En el posado, con los Reyes en el centro, se muestra a los miembros trabajadores de la Familia Real, esto es, a ‘La Firma’ en estado puro. Una fotografía en la que ha llamado especialmente la atención una persona, la princesa Alexandra, Lady Ogilvy.
En la imagen se ve a los duques de Gloucester, el duque de Kent, la princesa Ana y su marido, los príncipes de Gales, los duques de Edimburgo y la ya mencionada princesa Alexandra, que posa entre el príncipe Eduardo y su esposa, que la sostienen con mucho cariño y delicadeza. Alexandra, a sus 86 años, sigue siendo un miembro importante de la Familia Real, y así lo ha querido reflejar el nuevo monarca con este posado, en el que no están, como era de esperar, ni el duque de York, ni el de Sussex.
La princesa Alexandra no es, a día de hoy, uno de los miembros más conocidos de la Familia Real, pero sí una de las personas que más cerca estuvo de la Reina Isabel -como prima hermana de la monarca- a lo largo de los años, al igual que el duque de Kent. Nacida el día de Navidad de 1936, es hija del príncipe Jorge, anterior duque de Kent y cuarto hijo del rey Jorge V -abuelo de la Reina Isabel- y de la princesa Marina de Grecia y Dinamarca. Después de pasar su infancia en la casa de campo familiar en Buckinghamshire, vivió con su abuela, la reina María de Teck en Badminton House durante la Segunda Guerra Mundial.
Alexandra fue la primera princesa británica en estudiar en un internado, en concreto, en Heathfield School en Ascot, Berkshire. Pero, más allá de esto, también fue protagonista secundaria de un escándalo en los años 60. En 1963, se casó con Angus Ogilvy, un hombre de negocios que se destacó por ser parte del caso Lonrho, un escándalo relacionado con Lonmin, la empresa de la que Ogilvy era director, y su comercio con Rhodesia.
Al igual que otros royals de su generación, el marido de la Princesa rechazó la oferta de la Reina Isabel de recibir un condado, por lo que Alexandra permaneció como princesa y Lady Ogilvy hasta la muerte de su marido en 2004. La pareja tuvo dos hijos, Marina y James.
Sin embargo, la Princesa no ha tenido una vida excesivamente tranquila. Hace algunos años, en un documental dedicado a su figura, se desveló que tras su boda estuvieron a punto de ver la luz unas fotografías muy comprometedoras de ella y su marido, que nunca vieron la luz públicamente, pero de las que la Familia Real sí que tuvo constancia.
Por si esto no fuera suficiente, su segunda hija se quedó quedó embarazada de su novio sin haber contraído matrimonio, todo un escándalo en la época. Marina envió una carta a la Reina Isabel en la que explicaba que su madre la había obligado a casarse o abortar, para evitar el escándalo y pedía a la monarca que interviniera. Sin embargo, Lady Ogilvy no solo desmintió la información, sino que recalcó que su hija siempre sería bienvenida en su casa. Marina acabó casándose embarazada y de negro, por lo que fue conocida como la oveja negra de la Familia Real.
Un gran apoyo para la Reina
La prima hermana de Isabel II siempre mantuvo una relación muy estrecha con ella. De hecho, fue dama de honor en su boda en 1943 con el príncipe Felipe. Además, la monarca le cedió la propiedad de Birkhall -ahora en manos de Carlos III-, para que ella y su marido disfrutaran de su luna de miel. Curiosamente, el propio Carlos eligió este lugar para su viaje de novios con Camila Parker Bowles. Más allá de su especial relación con la Reina Isabel, la princesa Alexandra ocupa también un lugar importante en la vida de Carlos III, tanto que el soberano es padrino de su hija Marina.
A pesar de su avanzada edad, la princesa Alexandra ha sido una de las royals más trabajadoras de ‘La Firma’. Desde finales de la década de 1950, la princesa Alexandra ha llevado a cabo un amplio programa de compromisos en apoyo de la Corona, tanto en el Reino Unido como en el extranjero. Por ejemplo, sustituyó a Isabel II en 1960 cuando Nigeria se independizó del Reino Unido, y también participó en un viaje a Japón un año más tarde, con el objetivo de restaurar las relaciones diplomáticas después de la guerra.
Ahora, el rey Carlos ha querido resaltar su importancia al incluirla en uno de los retratos más importantes de la historia de la monarquía del Reino Unido y que pone de manifiesto su relevante papel y su compromiso a lo largo de los años.