Alarma por la salud de la princesa Kiko: futura emperatriz de Japón
La esposa del príncipe Akishino sufre un problema intestinal.
La princesa lleva alejada de la actividad oficial varias semanas.
No han trascendido muchos detalles de su estado.
Desde hace algunas semanas, la alarma por el estado de la princesa Kiko de Japón ha ido en aumento. La esposa del príncipe Fumihito, actual heredero del Trono del Crisantemo, sufre desde mediados del mes de diciembre un proceso complejo de gastroenteritis que la ha mantenido alejada de la agenda oficial y que, por tanto, le impide desarrollar su actividad con normalidad.
Una situación que, como es lógico, ha generado bastante alarma en el país, a pesar de que la Agencia del Palacio Imperial no ha querido provocar mayor preocupación con el comunicado que ha emitido. Un texto en el que se explica que la princesa padece una inflamación del revestimiento interno del estómago y el intestino delgado, que podría estar ocasionada por un virus, pero también por bacterias, parásitos, toxinas químicas o fármacos, aunque de momento no se conoce la causa exacta.
Sin duda, la ausencia de la princesa Kiko en la agenda oficial y el comunicado por parte de fuentes oficiales han provocado bastante preocupación en el país del Sol Naciente. Hay que recordar que Kiko es la esposa del heredero, después de que el actual emperador, Naruhito, nombrara a su hermano como tal tras no tener hijos varones con su esposa, la emperatriz Masako.
Una princesa de clase media
Nacida en septiembre de 1966 en la ciudad japonesa de Shizouka, con apenas un año, Kiko se mudó con sus padres a Estados Unidos, donde su padre estudió un doctorado en la universidad de Pensilvania. Más tarde, la familia se mudó a Austria y fue allí donde la futura emperatriz aprendió alemán y perfeccionó el inglés.
Con el tiempo, sus padres regresaron a Japón, donde la princesa Kiko estudió Psicología y completó su formación con un máster. Asimismo, cursó un doctorado en Humanidades y fue en la universidad de de Ochanomizu donde conoció al hermano del emperador Naruhito, en una biblioteca. Él estaba estudiando Derecho y Ciencias de la Biología.
La pareja comenzó una relación y en septiembre de 1989, tras tres años de noviazgo, se comprometió. El enlace no se celebró hasta el verano de 1990, por el luto por la muerte del emperador Hirohito. Kiko de Japón rompió moldes ya que, aunque la emperatriz Michiko también era plebeya, procedía de una familia adinerada con una educación exquisita, algo diferente a ella, por lo que recibió muchas críticas. En 1991 nació la primera hija de la pareja, Mako y, tres años después, la princesa Kako. No fue hasta 2006 cuando llegó al mundo el príncipe Hisahito y se acabaron las preocupaciones sobre el futuro emperador, ya que en Japón las mujeres no pueden reinar. De hecho, los actuales emperadores tienen una hija, Aiko, pero por ser mujer no tiene la opción de suceder a su padre.