La verdadera razón del tratamiento de Campanario en un centro de salud mental
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Su teléfono se saturó ayer. “No estoy ingresada. Voy al hospital a hacer rehabilitación”. Así contestaba ayer a última hora María José Campanario después de haber estado desconectada unas horas. Decenas de mensajes se acumulaban en su móvil ante la posibilidad de que estuviera ingresada en el hospital psiquiátrico malagueño El Seranil, situado en Benajarafe, dentro del municipio malagueño de Vélez-Málaga. La opción de dicho ingreso despertaba muchas incógnitas y, sobre todo, mucha preocupación por alguien que en los últimos meses ha tenido serios problemas de salud a consecuencia de la enfermedad que padece desde hace doce años, la fibromialgia.
Después de su último ingreso hospitalario, que duró veinte días, pocas noticias alentadoras habían llegado acerca de la recuperación de la mujer de Jesulín de Ubrique. La anulación de su ‘reboda’ con el torero -que hubiera sido el próximo 27 de julio coincidiendo con la celebración de sus quince años de casados- a consecuencia de su delicada salud y su salida inesperada de las redes sociales después de semanas de activa participación, fueron las últimas noticias que habían llegado de Campanario. No pasaba por un buen momento. La última crisis de fibromialgia la había dejado muy tocada y la castellonense aún tenía pautada la baja médica hasta, por lo menos, el 30 de julio.
En pleno proceso de recuperación de un duro episodio que ha dejado sus fuerzas muy mermadas, Campanario se ha dejado asesorar por los médicos y se ha lanzado con una terapia que, confía, podría mejorar notablemente su calidad de vida. Desde esta semana, recibe tratamiento ambulatorio en el hospital de día del centro psiquiátrico El Seranil, según confirma a LOOK la protagonista. Un hospital a orillas del Mediterráneo donde se internan enfermos para tratarse problemas de depresión, ansiedad, adicciones, trastornos de personalidad o trastornos psicóticos.
Ella no responde a ninguno de esos patrones, al igual que otros tantos enfermos, pero los tratamientos que allí se practican son aplicables a la mejora de su salud. “Hay un tratamiento básico antidepresivo pero que en mi caso no actúa como antidepresivo”, explica Campanario. “Lo que hace es que pasen al cerebro unas sustancias que son necesarias, que nosotras (las enfermas de fibromialgia) las tenemos en más baja cantidad, que son la serotonina y la noradrenalina”, neurotransmisores responsables del dolor en los nervios. Aplicar este tratamiento antidepresivo a casos de fibromialgia es un recurso frecuente en medicina.
Junto a este, forman parte de la rehabilitación de María José otros tratamientos que originalmente se emplean para aplacar la epilepsia pero que también van dirigidos al sistema neurológico y nervioso, foco del dolor que ataca a su enfermedad.