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MALA RACHA

Varios achaques de salud y una sonada ruptura: el año negro de Mario Vargas Llosa

  • Marta Menéndez
  • Televisión, Moda y Corazón. Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Lleida. Antes, redactora y locutora de informativos en la 'Cadena SER' y redactora de Cultura y nuevas tendencias en 'El Independiente'.
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Poco o nada se ha sabido de Mario Vargas Llosa (87) desde que se confirmara, el pasado mes de diciembre, su ruptura definitiva de Isabel Preysler (72) tras más de ocho años de noviazgo. De hecho, echando la vista atrás, la última noticia del literato se remonta al pasado mes de febrero, cuando el escritor ingresó en la Academia Francesa de las Letras, siendo así el primer extranjero en pertenecer a esta prestigiosa institución. No obstante, sí que es cierto que hace escasos días, su nombre copó varios titulares de la crónica social por coincidir en el tiempo con Tamara Falcó (41) durante el viaje exprés a Nueva York de la Marquesa de Griñón para probarse el vestido de novia que Carolina Herrera va a confeccionarle en tiempo récord.

Mario Vargas Llosa en el Instituto Cervantes, en Madrid / Gtres

Vargas Llosa viajó a la ciudad estadounidense para acudir, acompañado de su hijo Álvaro y la hija menor de este, Aitana, fruto de su matrimonio con Susana Abad, al Lotos Club, situado a pocos pasos de Central Park, en pleno Upper East Side. Se trata de uno de los clubes literarios y artísticos más exclusivos y reputados de la ciudad. Tanto, que bajo su techo han estados personalidades tan reconocidas como el estadista Whitelaw Reid, Mark Twain o el 37 secretado de Estado, John Hay. «Tres generaciones», escribió Álvaro en su perfil de Twitter junto a una imagen de los tres.

Asimismo, antes de poner rumbo a Nueva York, Mario Vargas Llosa recaló unos días en Madrid, donde se le vio en la plaza de Las Ventas, en una corrida de toros de su compatriota Roca Rey con motivo de la Feria de San Isidro junto a su hijo mediano, Gonzalo Vargas Llosa, que trabaja como Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Europa. No quisieron perderse esta cita el aristócrata Cayetano Martínez de Irujo, ni los escritores Carmen Posadas y Manolo Sánchez Corbí, el ex ministro José María Michavila, o Rafael Garrido, que acudió acompañado por su esposa, Cristina Suárez de Lezo; y Victoria Federica de Marichalar, gran aficionada a los toros al igual que su madre, la Infanta Elena, y su abuelo, el Rey Juan Carlos I.

Mario Vargas Llosa en un coche / Gtres

Sea como fuere, lo cierto es que por su aspecto físico en ambos actos, se puede intuir que el ex de la reina de corazones goza actualmente de un buen estado de salud, a diferencia de lo que se comentó a comienzos de año. Pues cabe recordar que en febrero, Vargas Llosa fue visto a la salida de un reconocido hospital de la capital madrileña del brazo, y apoyado sobre un bastón, de su hija Morgana, después una revisión médica rutinaria tras haber estado ingreso víctima del coronavirus, en un estado crítico. «El coronavirus fue una experiencia desagradable porque comencé a sentir mucho frío en las piernas y, de pronto, comencé a perder la respiración, a ahogarme, a respirar con mucha dificultad», contó Vargas Llosa al presentar en la Feria del Libro de Buenos Aires su ensayo, La mirada quieta.

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