La verdadera (y triste) historia de Ruth Handler, creadora de Barbie
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Fue el pasado 20 de julio cuando Barbie saltó a la gran pantalla con una película que ha sido un éxito rotundo en taquilla. La gran historia de la muñeca más famosa del mundo hecha obra audiovisual y con un trasfondo que no ha pasado desapercibida. Pero, ¿quién fue la mujer, la cabeza pensante, de este juguete que revolucionó la industria? Su nombre es Ruth Handler y, pese a que su nombre fue muy conocido desde el lanzamiento de Barbie, ahora ha cobrado especial protagonismo.
Ruth nació en 1916 en Denver, en el seno de una familia polaca de inmigrantes. De su infancia apenas han trascendido detalles, pero se pudo saber que no interfirió en su gran invento. Durante su etapa en el instituto conoció a su gran amor, Elliot Handler, con el que se casó en 1938 y empezó una vida en Los Ángeles. Mientras ella se ganaba la vida como secretaria de Paramount, él estudiaba diseño industrial. Su vida cambió cuando empezaron a trabajar en una empresa de mobiliario que se fue a pique tras estallar la Segunda Guerra Mundial. Entonces, el matrimonio decidió dar un giro de 180 grados a su profesión y pasó de diseñar y comercializar muebles a hacer lo mismo, pero de juguete. Una aventura que les llevó a asociarse con Harold Matt Matson y crear Mattel, marca que dejó fuera a Ruth. Lo que ninguno de los dos sabía es que sería precisamente ella la que llevaría la firma hasta el estrellato.
El origen de Barbie
Rompiendo con el concepto de juguete lúdico de la época, Ruth Handler creó una muñeca que podía ser lo que quisiera, inspirándose en su hija Bárbara y con la intención de que las niñas fantasearan con su futuro como adultas. En un mundo dominado por los hombres, la visionaria vio la oportunidad ideal de crear algo novedoso con la mujer como protagonista. Al parecer, fue durante un viaje a Lucerna cuando Ruth se fijó en el escaparate de una tienda que lucía una muñeca llamada Bild Lilli que le sirvió de inspiración. «Las niñas no quieren ser mamás» fue su premisa y creó así un símbolo que ha llegado hasta nuestros días. Un lema que se ve reflejado a la perfección en el filme dirigido por Greta Gerwig.
Un cáncer de mama
En su peor momento laboral -cuando Mattel comenzó a tener grandes pérdidas- Ruth Handler fue diagnosticada con cáncer de mama y, en 1970, tuvo que someterse a una mastectomía. Pero todo fue a peor. Aunque la enfermedad la superó, una investigación apuntó a la creadora de Barbie y a su marido como culpables de emitir informes financieros falsos, expulsándoles de su propia empresa. Pero las piedras que se pusieron en el camino de Handler no mermaron su creatividad, y decidió seguir ayudando a las mujeres, esta vez creando las primeras prótesis mamarias. Su apoyo a la enfermedad la llevó a coronarse como defensora y símbolo en la detección temprana del cáncer de mama en una sociedad en la que no estaba bien visto que la mujer se involucrase en estos temas. Fue entonces cuando el matrimonio fundó otra compañía bajo el nombre Ruthton Corporation, pero el éxito no fue igual. En 1991 decidió vender su empresa y retirarse del foco mediático para disfrutar de sus últimos años de vida en la más absoluta tranquilidad.
Finalmente, Ruth Handler murió a los 85 años en California, después de unas complicaciones a raíz de una intervención relacionada con el cáncer de colon que padecía. Falleció sin ser consciente del legado que había creado, de lo que había ayudado a la sociedad y sin poder ver que, dos décadas más tarde, su nombre sonaría con fuerza en Hollywood con una película en homenaje a su gran invención: Barbie.