Esposa del presidente

Del supermercado a primera dama de Brasil: las claves de Michelle Bolsonaro

Discreta, de inquebrantable fe religiosa, de orígenes humildes y 25 años menos que Jair Bolsonaro. Desciframos la vida privada de la nueva primera dama brasileña.

Michelle Bolsonaro
Michelle Bolsonaro durante la toma de posesión de Jair Bolsonaro en Brasil / Gtres
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Pocas veces se verá un ascenso tan fulgurante ni meteórico como de vendedora de un supermercado a primera dama. Michelle Bolsonaro tiene el privilegio de poder decir que lo ha hecho posible. Memoricen su nombre porque de aquí en adelante se incorpora de pleno derecho a la terna de nombres que marcan la actualidad y no solo en cuestiones de estilo, que también. A sus 38 años ha conseguido llegar a lo más alto de su Brasil natal tras la victoria electoral de su marido, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

La primera dama responde al nombre de Michelle de Paula Firmo Reinaldo y ahora da el gran salto a la primera línea política. Madre de dos hijas, hasta ahora ocupaba su tiempo a caballo entre el cuidado de sus pequeñas y las labores sociales de su iglesia evangélica ya que es una mujer de fuertes convicciones religiosas. De hecho, cada domingo colabora como traductora de los cultos evangélicos de la Iglesia Batista Atitude.

Bolsonaro Brasil

Bolsonaro besa a su mujer Michelle / Gtres

A Michelle Bolsonaro le ha condicionado muchísimo ser natural de Ceilândia, una de las regiones más pobres de Brasil. Fue la primera de tres hermanos en hacer las maletas y dejar el nido gracias a sus trabajos como vendedora de una cadena de alimentación y como animadora en fiestas infantiles. Quien la conoce dice que es una persona «fuerte», «sensible», con «grandes virtudes» y de «pulso firme».

Sin embargo, su primer gran logro fue acceder al Congreso haciendo las veces de secretaria. Fue allí donde conoció a Jair Bolsonaro, su actual marido -25 años mayor que ella- y que le ofreció un puesto como asistente personal. Ahí surgió una chispa que les hizo contraer matrimonio dos años después y que dio como fruto a Laura, la hija en común de ambos y única del nuevo presidente de Brasil.

La nueva primera dama no es ajena a los escándalos. En 2008 fue liberada de su cargo por estar envuelta en un caso de nepotismo en el funcionariado público, si bien es cierto que en pocos años ha triplicado su sueldo.

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