CAMBIO DE RUMBO

Pilar Soto, la antigua azafata del Grand Prix que dejó las drogas por su fe a Dios

Pilar Soto y Ramon García presentando el programa Grand Prix/ YouTube
Pilar Soto y Ramon García presentando el programa Grand Prix/ YouTube
Marta Huertas
  • Marta Huertas
  • Periodista especializada en televisión, crónica social y lifestyle.
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El Grand Prix ha vuelto a la pequeña pantalla y sus fieles seguidores no pueden estar más contentos de volver a contar con el contenido que llenaba las noches de verano de su infancia de risas y diversión. El programa que consiguió marcar varias generaciones ha regresado con una imagen renovada y una nueva dinámica del formato que se ajusta a los tiempos de hoy en día y a la nueva manera de consumir la televisión. No obstante, pese a que Ramón García sigue siendo el mítico presentador, lo cierto es que el elenco no cuenta con la misma plantilla y muchos de los telespectadores se han preguntado el por qué de la ausencia de Pilar Soto, la copresentadora del Grand Prix en sus años de inicio.

Aunque Soto alcanzó el esplendor de su fama tras su paso por el concurso, lo cierto es que ya contaba con experiencias anteriores en la pequeña pantalla en formatos como Hablando se entiende la basca o Mamma mía. En el año 2001 presentó las campanadas en Telemadrid junto a Victor Sandoval y en 2004 fue concursante del reality La selva de los famosos. Sin duda una trayectoria llena de éxitos que finalmente la obligaron a desaparecer de la esfera pública tras la presión y la exigencia que sentía en los platós.

Comenzó a tener problemas de bulimia que al tiempo desencadenaron en anorexia. Una situación muy difícil que acabó de la peor de las maneras: con una adicción al alcohol y a las drogas. Tal y como ella misma explicó en el portal caminocatolico.com la situación le llevó a estar ingresada en más de 80 ocasiones, ya que incluso llegó a pesar 37 kg. Siguiendo su testimonio, durante esta época vivió hasta en siete países diferentes, algo que le provocó un constante sentimiento de soledad, sintiéndose «vacía» sin tener a nadie que le ofreciera su compañía y su apoyo para poder desahogarse.

2004 fue un año definitivo para ella y es que su participación en el reality La isla de los famosos marcó un antes y un después en su vida. Tras su paso por el concurso, tuvo que ser hospitalizada de urgencia y fue en ese momento cuando tuvo su primer acercamiento con la fe. «Llamé a Cristo y, con los ojos de mi alma, vi su rostro. Estaba todavía en la cruz, lloraba», contaba en el portal mencionado líneas más arriba. De acuerdo con lo que narró, en ese momento vio su vida pendiendo de un hilo y su esperanza fue lo único que le salvó, suplicando y rogando perdón por todos estos años.

Pilar Soto en 'Asalto al cielo'/ YouTube

Pilar Soto en ‘Asalto al cielo’/ YouTube

Desde ese momento, sus creencias cambiaron por completo y Pilar Soto comenzó a ser practicante de la religión, orando, ofreciendo lectura en misa y acudiendo a la parroquia diariamente. Su vocación fue creciendo rápidamente, motivándola a viajar a lugares benditos como Tierra Santa, Fátima o Lourdes. Sin duda, su decisión de comenzar a tener fe cambió su rumbo de vida. A lo largo de estos últimos años su presencia en los medios de comunicación no ha sido del todo nula. Ha trabajado dirigiendo y presentando sus propios programas en Popular TV e Intereconomía, además de escribir artículos para el diario ABC.

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