El pasado de Kiko Rivera como ‘pequeño del alma’ de Isabel Pantoja que Chabelita no disfrutó
Hace más de 30 años, Isabel Pantoja gritaba el amor que sentía por su hijo a los cuatro vientos
Una etapa que Chabelita no pudo disfrutar, ya que llegaba a sus vidas tiempo después
El conflicto entre Isabel Pantoja y su hijo, Kiko Rivera, lleva acaparando titulares desde hace años. Sin embargo, hubo una época en la que la relación entre madre e hijo era realmente envidiable. De hecho, la tonadillera no tenía problema en gritar el amor que sentía por su «pequeño del alma» a los cuatro vientos. Es más, ambos protagonizaban una de las escenas más tiernas y que ha quedado grabada para la posteridad, cuando Pantoja subió al escenario a Kiko para cantar juntos.
Han pasado ya más de 30 años de ese momento, en el que Isabel no dudaba en pasarle el micrófono a su hijo y este pudo demostrar por primera vez su talento en público. «Ante todo, soy madre», pronunciaba orgullosa la cantante sobre el escenario del Teatro Lope de Vega de Madrid con la reina Sofía como invitada de honor. «Y lo único que pido a Dios es que le dé mucha salud». Ese fue un concierto muy esperado, ya que suponía su vuelta al trabajo tras la trágica muerte de su gran amor, Paquirri, y que dejaba una frase tan famosa y popular que incluso se ha estampado en camisetas y bolsos que se venden online. «Mi pequeño del alma… Con tu piel de canela», completaba Kiko las frases de la canción demostrando que la conocía a la perfección con apenas 3 añitos.
La traición de Isabel Pantoja a su ‘pequeño del alma’
Nada hacía presagiar en aquel momento que Pantoja y Rivera terminarían envueltos en una terrible guerra mediática. Y menos que la herencia de Paquirri, -su padre-, se interpondría entre ambos. En Cantora, la herencia envenenada, el ex de Irene Rosales sacaba a relucir una parte realmente oscura de su pasado. Ya no solo de las ocasiones en las que no sintió el cariño de su madre, sino de la complicada personalidad que tendría la artista. «Solo soy alguien a quien la persona que más idolatraba me ha fallado de una manera irreparable engañándome toda la vida», se lamentaba.
Conforme fue creciendo, Kiko tuvo que amoldarse también a las numerosas parejas y amistades que han pasado por la vida de su madre; de Encarna Sánchez, a María del Monte, Diego Gómez o Julián Muñoz. Hasta que, en 1996, Pantoja tomaba la decisión de ampliar la familia mediante la adopción de la pequeña Isa, nacida en Perú. Entonces, el Dj comenzó a ejercer de hermano mayor, aunque la adolescencia de la joven no fue fácil ni mucho menos. Tanto es así, que ella misma ha denunciado públicamente ciertos episodios en los que la humillaron o recibió tratos vejatorios.
Cuando Isa llegó a la vida de los Pantoja, Kiko ya tenía 12 años, por lo que él siempre sintió el peso de tener que cuidarla. «Jamás volvería a la adolescencia, me llevaron a un internado y cambió muchísimo mi vida, lo hicieron para tener un control sobre mí», confesaba públicamente. El punto de inflexión llegaba cuando Chabelita cumplió 16 años y decidió tener su primer novio, lo que para su madre resultaba inadmisible. «Eso significaba hacer muchas cosas que mi madre no quería que hiciera», lamentaba tajante.
Pese a que Isabel Pantoja siempre ha defendido que quiere a sus dos hijos por igual, parece que entre ellos la diferencia sí que hizo bastante notable, y no solo en cuestión de edad. Heridas del pasado que terminaron pasándoles factura a los hermanos, ya que a día de hoy siguen distanciados.