Ona Carbonell, la sirena de agua dulce que ganó ‘MasterChef’ pero que nunca estuvo para su familia
«Me asusta el vacío tras la retirada y trabajo con psicólogos para enfrentarme a él». Son palabras de Ona Carbonell en una entrevista de hace cuatro años. Ese día ha llegado y este mismo viernes, la nadadora olímpica española ha hecho público que cuelga el bañador después de una carrera inigualable: «La retirada del deporte siempre es difícil cuando no traumático. Me siento afortunada y agradecida. Anunciar la retirada me llena de mil emociones, lo hago de forma serena, meditada y agradecida», ha dicho.
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Lo que aparenta ser un día triste y que da pie a un nuevo escenario quizá no lo sea tanto. Una de las cosas que más le han pesado a Ona Carbonell durante su prolífica carrera ha sido que «Mi familia siempre ha estado para mí pero yo nunca he estado allí para ella», como ha dicho en algunas entrevistas.
Ona Carbonell y su pareja Pablo Ibáñez
La vida de la catalana no podría complementarse sin su media naranja: Pablo Ibáñez. Quizá porque el también fue atleta (gimnasta) y eso le hizo comprender la situación de su novia, pero lo cierto es que ha tenido una paciencia infinita para saber entender que Ona no iba a poder tener con él una relación sentimental al uso.
Llevan juntos casi 15 años pero es ahora cuando van a poder dedicarse todo el tiempo que merecen: «Ahora voy a estar. Para mi familia y para mi pareja, que llevo once años con él y no hemos podido tener una vida de pareja normal ni un minuto (…) ni dormir juntos. O estaba viajando o, si estaba en casa, llegaba tan cansada de entrenar que lo único que hacía era tumbarme con hielo en las piernas hasta la hora de dormir. Así que también le debía dedicación a mi relación», recordaba Ona Carbonell en la entrevista con El Mundo.
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La llegada de sus dos hijos han sido, sin duda, auténticos puntos de inflexión. Ahora podrá dedicarle a ellos todo el tiempo que el calendario de competición le ha privado.
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El patrimonio de Ona Carbonell
Quien piense que Ona ha tenido unas ganancias multimillonarias, se equivoca. La natación sincronizada no da tantos ingresos como otros deportes de más tirón ni tantas facilidades. Genera amplios márgenes de beneficio, pero sin grandes delirios. En una charla con Cinco Días afrontó una pregunta sobre si podía vivir solo de su profesión. Atención a su respuesta
«Cuando tienes que entrenar 10 horas al día no puedes tener otra profesión. Puedes ganar de 10.000 a 60.000 euros. Vivo bien, pero gracias a los patrocinadores, ahí es donde gano dinero. He sido siempre inquieta, he dado conferencias, he ido a eventos solidarios, salía del agua y seguía trabajando. Debería haber más recursos para deportistas en general. Porque aquellos que están abajo necesitan recursos para llegar arriba. Tiene que haber más becas y ayudas. España necesita referentes en el deporte, pero para ello hay que disponer de recursos».
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Entre los proyectos en los que se ha embarcado destaca con fuerza su exitoso paso por MasterChef Celebrity 3, donde consiguió alzarse con la victoria final por delante de Paz Vega.
Irrepetible
Expuesta su vida personal, no está de más hacer un guiño al motivo por el que ha escrito su nombre en los anales del deporte patrio. Y es que hablar de Ona Carbonell es hacerlo de una de las deportistas más destacadas de nuestro país.
Nacida en Barcelona en 1990, comenzó a nadar a los 8 años y desde entonces no ha dejado de cosechar éxitos. En su palmarés lucen con orgullo 23 medallas ganadas en campeonatos del mundo, lo que la convierte en la nadadora sincronizada más laureada de la historia. Además, ha logrado 7 medallas olímpicas, 2 de ellas de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.
Ona Carbonell, en una olimpiada / Gtres
Pero el éxito de Carbonell no solo se limita a su carrera deportiva. También es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Pompeu Fabra y ha sido embajadora de diversas marcas y organizaciones.
Como todo triunfo y fama que se precie, Carbonell no ha estado exenta de polémica. En 2021, denunció la falta de apoyo del Comité Olímpico Español hacia la natación sincronizada, lo que generó un fuerte debate en el mundo del deporte. A pesar de ello, la catalana sigue siendo un ejemplo para muchos jóvenes deportistas, demostrando que con esfuerzo y dedicación se pueden alcanzar grandes logros. Esa es la mejor herencia que deja ahora que ha decidido decir adiós al deporte de élite.