¿Por qué todas las novias de la alta sociedad eligen a Navascués? La firma que vestirá a Bárbara Mirjan
Bárbara, a sus 29 años, se convertirá en duquesa de Arjona y en el centro de todas las miradas
Sevilla entera espera verla aparecer en la escalinata del Cristo de los Gitanos con un vestido firmado por Navascués
Quedan apenas unas horas para que Cayetano Martínez de Irujo, duque de Arjona y conde de Salvatierra, se case con Bárbara Mirjan, su pareja desde hace diez años. La cita será el sábado 4 de octubre en Sevilla, en la Iglesia del Cristo de los Gitanos, a las 13:30 horas. Una boda cargada de simbolismo, no solo por la unión de la pareja, sino también por el homenaje implícito a Cayetana de Alba, madre del novio, cuya devoción por este templo fue bien conocida. Parte de sus cenizas descansan allí, bajo una lápida presidida por el escudo de armas de la Casa de Alba, y en la capilla se levanta un monumento en su honor creado por el escultor José Antonio Navarro Arteaga.
La elección del lugar no podía ser más significativa: está a un paso de Las Dueñas, el palacio donde la inolvidable duquesa vivió buena parte de su vida y donde falleció en 2014. Así, la boda reunirá a la aristocracia, pero también servirá como un emotivo homenaje a su figura. Y, como ocurre en estos casos, el gran secreto que mantiene en vilo a todos es el vestido de la novia.
En este punto entra en escena una de las casas de costura más influyentes de España: Navascués. Conocida por su discreción y su fidelidad a la tradición, la firma se ha convertido en la favorita de aristócratas, herederas y actrices. Pero lo más sorprendente es su origen, muy lejos de los clichés del mundo de la moda.
Su fundadora, Cristina Martínez-Pardo Cobián, no pisó pasarelas ni academias de diseño. Era enfermera e instrumentista de quirófano cuando un accidente de coche cambió el rumbo de su vida. Pasó dos años con muletas y, para sobrellevar la convalecencia, empezó a coser chaquetas con telas de tapicería que vendía en tiendas locales. Lo que empezó como pasatiempo pronto se transformó en pasión, y más tarde, en profesión. De aquellas primeras prendas surgió su primera colección y, casi de manera natural, los trajes de novia. A la aventura se sumaron sus hermanas y su prima Paloma.
A principios de los años 80 nació oficialmente el atelier, que ya en su barrio era conocido como “la casa Navascués”. Lo que comenzó como un apodo familiar acabó convertido en un sello sinónimo de elegancia, tradición y exclusividad. Desde entonces, la casa ha crecido con discreción, pero siempre fiel a una máxima repetida por Cristina: “un vestido debe emocionar a la novia que lo lleva”. Esa filosofía es la brújula de cada puntada y el motivo por el que tantas mujeres influyentes confían en la marca para el día más importante de sus vidas.
Novias célebres vestidas por Navascués
Belén Corsini: romanticismo en la Casa de Alba
En mayo de 2021, Belén Corsini se casó con Carlos Fitz-James Stuart, conde de Osorno e hijo del duque de Alba. Lució un diseño de corte imperio con mangas abullonadas, escote en V y una espalda cerrada con botones forrados. La ligereza del tul plumeti sobre gazar de seda y la cola desmontable aportaban romanticismo. El velo, también en plumeti, redondeaba un conjunto sobrio y delicado.
Teresa Urquijo: tradición familiar renovada
El 6 de abril de 2024, Teresa Urquijo se convirtió en esposa del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, con un traje cargado de simbolismo. Se confeccionó a partir del vestido que ya habían llevado su abuela y su madre, un brocado blanco con hilos de plata. La silueta, el cuello y las mangas fueron actualizados para dar un aire más contemporáneo sin perder el peso histórico.
Carmen Gómez-Acebo: aires griegos
El 26 de abril de 2024, la aristócrata Carmen Gómez-Acebo se casó con Borja Álvarez de Estrada en Madrid. Su vestido, inspirado en la estética helénica, combinaba un cuerpo de tul blanco que cubría los hombros con una sobrefalda en jacquard crema, jugando con el contraste entre fluidez y estructura.
Lulú Figueroa: encanto bucólico en Jerez
En 2016, Lulú Figueroa-Domecq, nieta de la condesa de Romanones, se dio el “sí, quiero” con Adrián Saavedra en la finca familiar de Jerez de la Frontera. Su vestido, romántico y bucólico, estaba confeccionado en organza blanca, con mangas farol y cuello cerrado. La falda, bordada en hilo de seda y adornada con flores en tonos suaves, se completaba con un velo antiguo estilo emperatriz.
Teresa Andrés: modernidad con raíces
En julio de 2022, la influencer Teresa Andrés Gonzalvo se casó con Ignacio Ayllón y confió en Navascués para sus tres vestidos de novia. El primero, de ceremonia, destacó por su espectacular cola desmontable de cuatro metros, con un escote inspirado en Lady Di y guiños a la tradición valenciana. Además, llevó un velo histórico de encaje de Bruselas con pasado real, que añadía un aire solemne y único a su look.