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Todo el mundo es conocedor del significado de mascota: «Animal de compañía». Sin embargo, la RAE ofrece otra definición que se acerca más a lo que significan las mascotas para los miembros de la realeza: «Persona, animal o cosa que sirve de talismán, que trae buena suerte». Y es que todo tipo de animal que convive en una casa -y en este caso en Palacio- sabe cómo ganarse el corazón de su dueño sin esfuerzo alguno. Porque, si algo son los animales, eso es proveedores de cariño de forma incondicional.
Isabel II y su pasión por los corgis
Especialmente los perros se han convertido en el animal de compañía por excelencia y, sobre todo, en la Corona británica. No hay que indagar mucho para saber que Isabel II fue una apasionada de los corgis, una tradición que lleva siguiendo desde que cumpliese la mayoría de edad, cuando su padre, el rey Jorge VI, le obsequió con su primer perro, Susan. Fue entonces cuando quiso que esa raza nunca se perdiera y estuviera acompañando a la Familia Real durante generaciones, en concreto 14. Una pasión que la reina más longeva de la historia tuvo que parar, pues decidió dejar de criarlos por su avanzada edad antes de fallecer.
Los duques de Sussex, a favor de la adopción
Cuando Meghan Markle tan solo era conocida por su papel en Suits, vivía con dos perros adoptados: Bogart y Guy. Tras contraer matrimonio con el príncipe Enrique, decidieron adoptar a un nuevo miembro: Pula, un labrador marrón que acogieron con los brazos abiertos. Y es que, no es ningún secreto que los duques de Sussex son fieles defensores de la adopción y, por ende, muy críticos con los criaderos de perros, algo con lo que no estaba de acuerdo (seguro) Isabel II.
Los príncipes de Gales y su regalo de bodas
El príncipe Guillermo y Catalina Middleton también son fieles amantes de los animales de compañía. Según contó James Middleton, Lupo, un cocker spaniel de color negro, fue el regalo de bodas que la pareja recibió tras darle el ‘sí, quiero’ en abril de 2011. Antes de que este falleciera, el hermano de Catalina les regaló a Orla, otro cachorro. El hermano de la princesa confesó que su regalo fue para que Catalina no estuviese tanto tiempo sola en los primeros meses de matrimonio, pues a él le sirvió de ayuda cuando atravesó su peor momento: «Me sentía incomprendido, un completo fracaso y sé que tengo una vida privilegiada, pero eso no me hizo inmune a la depresión, entonces reuní a mis perros y me refugié en el distrito de los Lagos para silenciar mi mente».
El perro Borbón
Esta pasión también llegó a la Corona española. Doña Sofía nunca ha ocultado ser amante de los perros y así se puede ver en Zarzuela y en las múltiples fotografías en las que ha posado con ellos. Un legado que también heredó su hijo, Felipe VI, que antes de casarse se dejó ver con un Punski, un schnauzer que llamó mucho la atención y que no se volvió a saber de él a partir de 2004, cuando contrajo matrimonio con Letizia. Quién sí ha hecho gala de esta pasión ha sido la infanta Elena que durante la pandemia mostró a Tula, un fox terrier, en su balcón.
De igual forma, los reyes de Holanda tienen desde hace años dos labradores negros, Skipper y Nala, que tuvieron siete cachorritos de los que se quedaron con uno, Luna, y a finales de 2021 presentaron el nuevo integrante, Mambo. Asimismo, Federico y Mary de Dinamarca tuvieron a Ziggy, un border collie que fue un regalo de bodas, y cuando falleció decidieron adoptar a Grace.