Marta Sánchez no es la única: Emiliano Suárez y Vicky ‘rompen’ tras años de buenísima relación
Marta Sánchez dejó de seguir en Instagram a Vicky Martín Berrocal, aunque después volvió a seguirla
Emiliano Suárez y Martín Berrocal han confirmado con 'unfollows' que la relación está rota
La amistad entre Vicky, Emiliano y Carola Baleztena, que parecía sólida desde 2016, se ha tensado
Después de que LOOK destapase el unfollow de Marta Sánchez a Vicky Martín Berrocal y, a pesar de que la cantante volvió a seguir a su otrora amiga íntima en Instagram, la situación se complica aún más. LOOK ha descubierto que Emiliano Suárez, ex pareja y amigo cercano de Vicky, también ha dejado de seguir a la diseñadora de moda. Un gesto que Martín Berrocal ha replicado, dejando en evidencia que la relación está rota. Esta red de amistades también incluía a la actriz Carola Baleztena, mujer de Emiliano, quien por ahora mantiene su vínculo con Vicky intacto en redes, evidenciando que el distanciamiento afecta a algunos miembros del círculo, pero no a todos.
La historia se remonta a 2016, cuando Vicky fue relacionada con Emiliano Suárez. Fueron vistos juntos y ninguno lo negó, pero meses después apareció Carola Baleztena. En aquel momento, se llegó a rumorear que fue la propia Vicky quien le presentó a su amiga Carola a Emiliano, durante los días de su affaire. Cierto o no, lo que ocurrió es que Emiliano y Carola se enamoraron, y Vicky aceptó la nueva relación con generosidad. Tanto es así que permaneció cercana a la pareja y fue incluso la encargada de vestir a Carola en su boda con Emiliano, un gesto que parecía reforzar la amistad entre todos. Durante años, los encuentros, planes y mensajes públicos de afecto demostraban que la relación dentro de este grupo se mantenía fuerte.
Sin embargo, la calma se rompió en mayo pasado, durante un evento en Las Ventas, donde Emiliano y Carola fueron preguntados por el estreno del documental sobre la familia de Vicky. La diseñadora respondió con prudencia, asegurando que no lo había visto, mientras Emiliano declaraba a cámara que ni lo había visto ni pensaba hacerlo. Días después matizó sus palabras, explicando que no consume ese tipo de televisión, pero añadió que lleva ocho años con una productora y un espacio cultural por el que Vicky nunca ha mostrado apoyo. Para muchos usuarios de redes, la interpretación fue clara: un gesto de desdén que dejaba entrever un desprecio latente, rompiendo la imagen de cordialidad que hasta entonces se había proyectado.
El distanciamiento se refleja también en los momentos más personales. En enero, Emiliano anunció en Instagram que Carola había sido intervenida en la clínica Anderson de Madrid, sometiéndose a una histerectomía radical. Aunque el procedimiento pertenece a la intimidad familiar, lo que se conoce es que Carola estuvo rodeada de su círculo más cercano, un núcleo en el que antaño se habría dado por hecho que Vicky no podía faltar. Sin embargo, su ausencia en este delicado episodio confirma que el vínculo entre ellas ya no es el mismo.
La tensión entre los protagonistas se confirmó en eventos recientes, donde los gestos públicos dejaron entrever el distanciamiento. Carola estuvo invitada a la premiere del documental Las Berrocal, un evento clave en la carrera de Vicky Martín Berrocal y que congregó a familiares, amigos cercanos y figuras del mundo del espectáculo. Sin embargo, la actriz no asistió, un hecho que, a simple vista, no levantó sospechas, pero que, a la luz de los últimos movimientos en redes y la ausencia de otras figuras del círculo íntimo de Vicky, comienza a interpretarse como una señal de que algo ha cambiado en la relación.
Sea como fuere, lo cierto es que en la era de las redes sociales, un «unfollow» o un comentario prudente se convierte en un mensaje con más peso que mil palabras, y en este caso ha dejado claro que la relación entre Vicky y Emiliano ya no es la misma. La combinación de distanciamientos públicos, comentarios matizados y la ausencia de Vicky en episodios personales y profesionales de la pareja (y viceversa) evidencia que la amistad ha llegado a un punto de no retorno. Lo que antes era un grupo unido por afecto, confianza y complicidad ahora se ha transformado en un delicado equilibrio de gestos que revelan tensiones y un distanciamiento profundo. Por ahora, ninguna de las partes ha querido pronunciarse oficialmente, pero el mensaje en redes es inequívoco: los caminos que un día parecieron inseparables parecen haberse bifurcado definitivamente.