La impactante reflexión de Lucía Rivera sobre la salud mental: “He sufrido ansiedad desde muy pequeña”
Lucía Rivera cambia de ‘look’ y tú también lo querrás
Lucía Rivera: «No creo que sea muy diferente a una modelo de Victoria’s Secret»
Lucía Rivera reinventa el look nupcial como novia de Marc Márquez
Lucía Rivera abandona su sueño parisino por Marc Márquez
La llegada de la pandemia hizo que saliera a la palestra un tema que hasta entonces parecía un tabú: la salud mental. La obligación pasar mucho tiempo en casa viviendo la incertidumbre del futuro provocó que mantener las emociones a raya fuera todo un reto, algo de lo que ha querido hablar Lucía Rivera a través de un post en La Vanguardia en el que expresa cómo han afectado estos cambios en su vida.
“Nos pasan tantas cosas en un solo día que es muy difícil darnos cuenta de cómo nos afectan. Tenemos tanta información que nuestros problemas pasan a un segundo plano para poder sobrevivir en un mundo tan rápido que poco a poco nos va trastornando”, comenzó explicando la hija de Cayetano Rivera. Y es que, según la joven, tenemos tantas tareas de las que hacernos cargo a lo largo del día que se nos olvida encargarnos de nuestro bienestar: “Vamos al gimnasio, trabajamos, hacemos dietas milagro, nos vemos absorbidos por las pantallas… Pero, ¿cómo sabes qué nos afecta y cómo, si ni siquiera nos acordamos de lo que comimos ayer? Así, nos volvemos insensibles, pero también completamente frágiles, y la mochila de cada uno se va llenando por segundos”, escribió en una publicación cargada de intenciones.
La influencer también quiso hacer partícipes a los lectores sobre cómo había conseguido abrir los ojos con respecto a este tema: “La pasada Navidad tuve la suerte de que mi regalo fuera el libro Cómo hacer que nos pasen cosas buenas, de la gran psiquiatra Marian Rojas Estapé. No es una obra de autoayuda que nos prometa el éxito, pero en ella encontré respuestas sin buscarlas. Habla de cortisol, de dopamina, de las diferentes zonas del cerebro, del estado simpático y parasimpático, también de nuestras emociones y de la felicidad”, apuntaba Lucía, animando a todos aquellos que quisieran a leer un libro que sin duda ha marcado un antes y un después en su vida.
Por si fuera poco, en esta columna la joven también ha tenido oportunidad de sacar a la luz algunos de los problemas que le han perseguido desde que era una niña: “En mi caso, he sufrido ansiedad desde muy pequeña. Al vivir con ella os diría que llegué a aceptarla de tal manera que se hizo mi compañera, ni siquiera la reconocía. Y seguí con mi vida sin hacerle caso. Un día me desperté y me encontraba apática. Al día siguiente tenía miedos que no reconocía, me costaba mucho socializar. Mi cerebro me estaba diciendo: ‘¡Basta, dame un respiro!’”, concluía la hija de Blanca Romero, haciendo hincapié en la importancia de hacer caso a lo que sentimos en cada momento: “Si nuestra cabeza no está bien, todo lo demás se vuelve oscuro, gris, difícil… Y aunque la depresión durante la juventud la veamos lejana, puede estar más cerca de lo que creemos si no nos cuidamos”, sugería, demostrando además que su abuela había sido “su gran consejera” con respecto a estos temas al haber padecido depresión junto con claustrofobia.
Para finalizar su discurso, Lucía hizo referencia a los tabúes que continúan girando en torno a la salud mental pese a que ésta forme parte de nuestro día a día: “Nos cuesta mucho admitir que nos sentimos vulnerables y reconocer que necesitamos ayuda. Nos creemos invencibles. Eso, sumado a los estereotipos del pasado, cuando, por ejemplo, llamábamos loqueros a los psicólogos, hace que la salud mental siga siendo la gran asignatura pendiente. No hay adjetivo que me ofenda más que la palabra loco y ella misma nos enseña la poca empatía que tenemos con la salud mental”, aseguró la joven, que parece tener bastante clara la idea de que debería tratarse con mayor naturalidad cualquier problema de esta índole.