Kiko Rivera acude a una revisión médica e inventa una nueva forma de comunicarse con los medios
Fue el pasado 21 de octubre cuando Kiko Rivera sufrió un ictus que le llevó de inmediato al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Un duro revés de salud que afrontó con la compañía y el apoyo incondicional de su mujer, Irene Rosales. Después de tres días ingresado, el hijo de Isabel Pantoja fue dado de alta, por lo que pudo regresar a su hogar para continuar recuperándose en la más absoluta tranquilidad.
Los médicos ya le advirtieron de que debía extremar precauciones cuidándose tanto física como mentalmente. En su intento de seguir las recomendaciones de los especialistas para recuperarse lo antes posible, el dj cumplió a rajatabla las pautas que le marcaron. De este modo, decidió apartarse temporalmente de la vida pública, habiendo retomado en la actualidad únicamente su actividad en redes sociales.
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Desde entonces, poco han sido los detalles que se han conocido acerca de su evolución, pues, aunque sí se le ha podido ver saliendo a la calle para pasear con su mujer, el primo de Anabel Pantoja ha adoptado un perfil muy discreto y reservado en sus escasas apariciones. Un silencio que ha querido romper este mismo lunes, aunque de una manera muy diferente a la que se esperaba.
Ha sido este 28 de noviembre cuando Kiko ha acudido a una revisión médica. Lo ha hecho en compañía de Irene y sin levantar demasiadas sospechas. No obstante, a su regreso de la consulta, el cantante ha sido localizado entrando en el garaje de su domicilio. Un momento en el que el pequeño grupo de reporteros que se agolpaba a las puertas de su casa quiso interesarse por su estado actual.
Kiko Rivera recibe el alta tras su ictus
El intérprete de Chica loca decidió atender a gran parte de las preguntas de la prensa de una forma un tanto peculiar, pues, aunque no medió palabra en ningún momento, sí respondió mediante gestos desde el interior del vehículo, el cual era conducido por la madre de sus dos hijas pequeñas. Tras saludar con la mano a los periodistas, afirmó que volvía de una cita médica, levantó el dedo pulgar de su mano derecha, confirmando así que, por el momento, todo va bien y confesó, también mediante gestos, que poco a poco va haciendo vida normal.
Sin embargo, hubo un tema del que Kiko prefirió no pronunciarse. Sin ganas de entrar en polémicas, el dj consideró oportuno no desvelar si había vuelto a ponerse en contacto con su prima Anabel después del fallecimiento de su padre, Bernardo Pantoja, quien perdió la vida el pasado viernes a los 69 años tras una larga temporada haciendo frente a delicados problemas de salud y serias complicaciones derivadas de la diabetes que padecía.
Kiko Rivera, llegando al tanatorio de Bernardo Pantoja
La última vez que se había visto a Kiko fue, precisamente, el pasado viernes en el tanatorio de Sevilla, hasta donde se trasladó para brindar un último adiós al que él mismo denominaba cariñosamente “tito”, y también para apoyar a su prima Anabel en estos delicados momentos, aunque eso sí, sin llegar a coincidir con su madre, Isabel Pantoja, pues una de las recomendaciones que le hicieron los médicos después de sufrir el ictus, fue que evitase aquellas situaciones que pudiesen ponerle nervioso. Al parecer, reencontrarse con la tonadillera es una de ellas.