Delicada de salud

Irene de Grecia, el apoyo incondicional y paño de lágrimas de la Reina Sofía

Irene de Grecia, el apoyo incondicional y paño de lágrimas de la Reina Sofía
Doña Sofía con su hermana la princesa Irene de Grecia en Madrid en noviembre de 2024. (Foto: Gtres).
Gema Lendoiro

De la Reina Sofía los españoles sabemos poco, incluido el tono de su voz puesto que se ha manifestado pocas veces en público. Podría decirse que es una gran desconocida por su enorme prudencia y lo que se sabe es porque otros han hablado de ella o han analizado durante décadas su forma de ser y comportarse. Pero hay una circunstancia que es palpable y notoria y esa es que tiene una gran conexión con su hermana pequeña, la princesa Irene de Grecia, probablemente su principal apoyo en la vida en cuanto a confesiones se refiere. Las últimas fotos de ella han despertado las alertas sobre su delicado estado de salud.

Los españoles estamos más que acostumbrados a verla siempre muy cercana a doña Sofía. Es, sin duda, su mejor confidente y apoyo ya que es de sobra sabido que la Reina Emérita nunca se ha caracterizado por ser muy abierta a tener un círculo de amistades amplias ni, en su día, damas en la corte, algo que ahora resulta un poco anacrónico, pero no en la época de cuando se convirtió en la reina consorte de España.

Discreta, siempre en segundo plano y muy presente en la vida de todos sus sobrinos, siempre ha estado presente en todos los acontecimientos familiares. De la misma manera que la princesa de Asturias, Leonor, está muy unida a su hermana la infanta Sofía, la Reina Emérita lo está a Irene de Grecia. El hecho de haber vivido de niñas tantas vicisitudes generó en ellas una relación indestructible.

Una infancia y juventud marcada por los exilios

Irene de Grecia es la pequeña de los tres hijos que tuvieron Pablo I de Grecia y su esposa, la reina Federica. Fue el 11 de mayo de 1942 cuando llegó al mundo. Lo hizo en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, porque en ese momento sus padres estaban huidos ya que los nazis habían entrado en Grecia. Ni era el primer exilio de la familia ni sería el último. De hecho, cuando Irene tenía cuatro años, la familia volvió a vivir en Atenas tras unas cuestionadas elecciones generales y un plebiscito que confirmó la restauración monárquica.

Irene de Grecia con su hermana, la entonces princesa Sofía de Grecia. (Foto:Gtres).

Es mucho más complejo y no se puede explicar con meridiana claridad, pero la situación en general en toda Europa en ese momento, justo después de culminada la II Guerra Mundial (19145) y con el continente prácticamente devastado y dividido en dos, era delicadísima. A todo esto hay que añadir que el pueblo griego cuestionó de forma severa el comportamiento de su familia real por diversas razones, pero las dos más importantes fueron el pasado de Federica de Hannover y el tren de vida que llevaban. Federica tenía un apellido alemán, algo que no ayudaba en absoluto (a la familia real inglesa le había pasado lo mismo tras la Primera Guerra Mundial, motivo por el que cambiaron de apellido su apellido de origen alemán al de Windsor).

El apellido alemán tras la II Guerra Mundial

Pero el principal problema no era el apellido (Casa de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg) sino que la reina Federica había pertenecido a las juventudes hitlerianas en su juventud. Una situación muy incómodo que hizo que reaccionara apresuradamente renegando totalmente de su pasado y entregándose totalmente en la ayuda de la reconstrucción de Grecia. Este hecho obtuvo un respaldo positivo en el pueblo heleno pero nunca se despojaría de las acusaciones de ser una mujer que se entrometía en política ejerciendo una gran influencia sobre su marido.

La reina Federica con sus hijas las princesas Sofía e Irene de Grecia. (Foto: Gtres).

El otro asunto delicado era la cuestión económica. Grecia fue uno de los países que recibió ayuda económica del famoso Plan Marshall (un rescate de 13.000 millones de la época que Estados Unidos prestó para la recuperación tras la guerra). Pablo Y Federica vivían, según el pueblo, una vida poco acorde con el momento de apretura económica y eso también les pasó factura. Como si todo eso fuera poco, las relaciones entre el rey Pablo y el primer ministro Constantinos Karamanlís eran cada vez más tensas por la constante intromisión del rey en cuestiones política siendo Grecia una monarquía constitucional, es decir, es el Jefe del Estado, que reina pero no gobierna y tienen presidente y primer ministro (como las repúblicas).

Muerte de Pablo I, subida al trono de Constantino

El 6 de marzo de 1964 el rey Pablo murió siendo sucedido por su hijo Constantino. Pero el reinado sería de lo más breve ya que a comienzos de 1967, tuvo lugar el golpe de Estado de los Coroneles que derrocó el gobierno existente, instaurando una junta militar. Constantino cometió ahí el grave error de su vida al jurar lealtad a los militares. Fue su paso directo al exilio ya que provocó un contragolpe militar. En 1973 se celebró un referéndum nacional (ya con la familia en el exilio) y se derrocó la monarquía helena hasta la fecha.

Funeral por la muerte del rey Pablo I de Grecia. (Foto: Gtres).

En un principio toda la familia se mudó a Roma pero en 1973, Irene se marchó a vivir a la India con su madre pero cuando esta falleció, en 1981, se vino a vivir a España con su hermana, la Reina Sofía, en el Palacio de la Zarzuela donde sigue viviendo.

La ‘tía Pecu’

Irene de Grecia no se casó nunca y más bien parece que se tomó muy en serio haber sido siempre el gran apoyo de su hermana la Reina Sofía. Tal y como desveló el libro Irene de Grecia, la princesa rebelde, escrito por Eva Celada, es conocida por sus sobrinos como la «tía Pecu», por la peculiaridad de su carácter, algo que ella mismo reconoció. De ella se sabe poquísimo salvo que es una excelente pianista, que como su hermana es una mujer con grandes inquietudes espirituales y que siempre está dispuesta a ayudar a la Reina Sofía en todas aquellas causas que sean filantrópicas o relacionadas con el mundo de la música.

Lo que sí se sabe a ciencia cierta y se palpa en la innumerable cantidad de fotos de Irene con sus sobrinos, es el enorme cariño que estos le profesan a ella y ella a estos. Quizás su condición de soltera sea la que le ha hecho estar siempre cerca de todos, especialmente de los hijos de doña Sofía, entre otras cosas, por la cercanía ya que el resto viven en Londres, Canarias…

Felipe VI, la princesa de Asturias, la Reina Sofía, la infanta Sofía, la Reina Letizia y la princesa Irene de Grecia en Palma de Mallorca. (Foto: Gtres).

Su enorme parecido con la infanta Sofía

El parecido de Irene de Grecia con su sobrina nieta es más que evidente.

Una gran curiosidad es que si se ven fotos de ella de joven puede apreciarse el grandísimo parecido que tiene con la Infanta Sofía. La genética tiene esas cosas y lo cierto es que la hija de los Reyes Felipe y Letizia se parece muchísimo a su tía abuela, algo que, sin duda, será muy del agrado tanto de la Reina Sofía como de su hermana.

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