El inoportuno error de Tamara Falcó tras la muerte de Caritina Goyanes
Hemos descubierto evidencias que demuestran que Tamara no es tan transparente como parece en Instagram
El error ocurrió cuando la hija de Isabel Presyler estaba en el velatorio de Caritina Goyanes en Madrid
Nadie está a salvo de meterse en un lío con las redes sociales, y los famosos no son la excepción. La mayoría de ellos tiene al menos una cuenta en estas plataformas, y si hay una que reina por encima de las demás, es Instagram. Tamara Falcó, por supuesto, no se queda atrás en este desfile de seguidores y posts. Con la friolera de 1,6 millones de seguidores el día de hoy, parece que su vida online es una auténtica máquina de contenido constante. No sabemos cuántas horas al día dedica a actualizar o revisar su feed, pero si tenemos que adivinar, diríamos que pasa más tiempo en Instagram que en el resto del mundo real. Ella no deja un solo día sin compartir historias, lanzando entre 3 y 4 a diario, además de una foto fresca en su feed cada día. Es como si Instagram fuera su segunda casa.
Engancharse tanto a las redes sociales es como jugar con fuego, y lo inevitable suele ocurrir: errores y meteduras de pata. Lo ideal sería aprender a manejar estas plataformas con un mínimo de habilidad. Si surgen errores, la solución es actuar con sensatez y rapidez, ofreciendo disculpas para reducir el daño. Pero aquí es donde todo se complica: cuando intentas encubrir el fallo, lo único que logras es una crisis 2.0. Y eso no es solo un dolor de cabeza para las empresas y los Community Managers mal preparados, sino para cualquier usuario que se aventure en el vasto mundo de las redes sociales.
Tamara Falcó en el velatorio de Caritina Goyanes y en Maldivas al mismo tiempo
Y ahora, ¿qué ha pasado con la hija de Isabel Preysler? Pues resulta que ha tenido varios tropezones en los últimos días. Por ejemplo, ayer, mientras estaba en el velorio de Caritina Goyanes en el Tanatorio de Tres Cantos en Madrid, junto a su madre y su marido, Íñigo Onieva, su cuenta de Instagram la situaba cómodamente en las Maldivas.
Sí, mientras estaba dando el pésame en Madrid, estaba comentando en sus historias que en su “escapada al paraíso” había tenido que lidiar con un chaparrón durante la cena. Como puedes imaginar, la discrepancia entre la realidad y sus publicaciones hizo que la situación se volviera, cuanto menos, un poco surrealista.
Horas después de su desliz, las redes sociales se llenaron de comentarios que no dejaron pasar la metida de pata. Algunos usuarios, con más humor que empatía, empezaron a cuestionar a la socialité: “¿Subiste la foto antes o después de ir al tanatorio? Qué falta de empatía, sobre todo para alguien que va de devota”, dijo uno. Otro comentario más ácido apuntaba: “Qué poca clase, publicando esto mientras estabas en un funeral”. Y no se quedó ahí: “Por respeto a la familia Goyanes, quizás habría sido mejor no publicar nada trivial hoy”, fue la opinión de otro observador perspicaz.
Resulta irónico, ya que Isabel Preysler y Caritina Goyanes son amigas desde los años 70 y tienen una amistad muy cercana. Así que es un tanto extraño ver estas publicaciones en un día tan delicado. Pero la historia no terminó ahí. Esta mañana nos hemos despertado con más sorpresas. En sus historias de Instagram, Tamara parece estar de vuelta en las Maldivas, con fotos a bordo de un avión abrazando a Íñigo, mirando por la ventana del avión y posando en el aeropuerto. Todo un despliegue que, para el resto de los mortales, no encaja mucho con la realidad de que, en verdad, estaba en Madrid.
Estos errores de cálculo nos dejan con preguntas bastante inquietantes. O bien Tamara Falcó tiene un Community Manager que debería empezar a buscar otra carrera (y rápido), o quizás Tamara está jugando al «alargamiento de estancias», extendiendo sus viajes para que parezcan mucho más largos de lo que realmente son. También somos conscientes de que ella tiene la obligación de promocionar cada aspecto de su vida en redes sociales como parte de su trabajo. Sin embargo, hay días en los que sería mejor evitar ciertas publicaciones. La verdad es que la situación da que pensar y nos recuerda cuán desfasada puede ser la realidad en el mundo virtual.