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Cambios y más cambios

Íñigo Onieva regresa de Doha en medio del vendaval con una simple respuesta a sus frentes abiertos

  • Elena Boluda
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Apenas quedan cinco meses para que Tamara Falcó e Íñigo Onieva pasen por el altar. Cinco para preparar una boda por todo lo alto. Cinco meses para poner a punto el palacio El Rincón. Cinco meses para crear un vestido nupcial a la altura de las expectativas de la hija de Isabel Preysler. Cinco meses a contrarreloj. Cinco meses en los que todo puede cambiar. Y es que, aunque se espera que no haya otro escándalo como el Burning man, lo cierto es que las cosas pueden ir modificándose. Y así ha pasado.

Cuando todo el mundo pensaba que la ya acuñada como boda del año se iba a celebrar el 17 de junio, la fecha original, salía la hija de Isabel Preysler para comunicar que se atrasaba al 8 de julio por problemas logísticos. Un cambio que se producía justo cuando una de las revistas de cabecera de nuestro país anunciaba que la propiedad heredada por la marquesa de Griñón estaba en venta, algo que ella misma desmentía.

Tamara Falcó hablando por teléfono / Gtres

Pero este no ha sido el único cambio anunciado por la socialité. Pues, después de dejar caer en su documental de Netflix que confiaría en Carolina Herrera para este día tan especial, cambiando después a Avellaneda para diseñar su vestido, ahora ha revelado para las páginas de ¡Hola! que finalmente será la firma española Sophie et Voilà la que confeccionará el que ya consideran como «el vestido más importante de toda su vida». Muchos giros en tan poco tiempo. Y recordamos: solo quedan cinco meses.

¿Cambiará Tamara Falcó también de novio? Lo cierto es que parece que su historia de amor ha superado con creces su bache y ahora están viviendo uno de los momentos más bonitos de su vida. Mientras la hija de Carlos Falcó se encuentra dejando todos los cabos atados para pasar por el altar, Íñigo Onieva ha regresado de Doha, hasta donde se había desplazado para la apertura de un nuevo restaurante de la cadena Tatel. Un viaje en el que ha actuado como ‘principito’, dejando claro que ha comenzado una nueva vida, con nuevos hábitos, comidas saludables, deporte y, como no podía ser de otra manera, recordando a su futura mujer en todo momento.

Íñigo Onieva llegando a España / Gtres

Ahora, recién aterrizado, el empresario no solo se enfrenta a todos los cambios de última hora de su boda, sino también al vendaval mediático que rodea a su pareja y a su suegra. Y es que, en estas semanas al otro lado del mundo, Onieva se ha perdido infinidad de cosas. Pero, más allá de los retoques nupciales, lo más destacado ha sido la exclusiva de Isabel Preysler en la que ha dado un golpe en la mesa: «Mario añadió dos párrafos a sus famosos cuentos. En ellos hablaba de las islas marquesas y se reía de Tamara, una niña que solo ha sido cariñosa y amorosa con él (…) Meterla en todo esto me parece caer muy bajo. Hay un límite para todo y lo han traspasado (…) No me voy a quedar callada si se meten con mis hijos, con ninguno de ellos». 

Íñigo Onieva llegando a España / Gtres

Varios frentes abiertos a los que el diseñador de coches solo ha podido responder con un: «Todo bien, gracias». Y es que, de nuevo en España y asaltado por los medios de comunicación que esperaban su llegada, Onieva ha vuelto a utilizar la estrategia del silencio para salir airoso de una situación mediática que ha puesto su nombre en el ojo del huracán. 

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