POLÉMICA

El Gobierno de Melilla confirma irregularidades en el local de Fran Antón y Kiko Hernández

El conflicto en torno al local El Cielo ha generado un intenso debate público

Según ha explicado el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, la polémica se ha visto alimentada por "informaciones falsas"

En rueda de prensa, el consejero de Fomento, Miguel Marín, ha aclarado que el establecimiento carecía de licencia

Fran Antón y Kiko Hernández en un evento en Madrid. (Foto: Gtres)
Fran Antón y Kiko Hernández en un evento en Madrid. (Foto: Gtres)
Marta Menéndez
  • Marta Menéndez
  • Televisión, moda y corazón. Periodista de vocación y comunicadora de formación, me he movido entre estudios de radio, redacciones digitales y bastidores de redes sociales. He narrado la actualidad en la 'Cadena SER', seguido la pista a las nuevas tendencias en 'El Independiente' y escrito sobre lifestyle y empresas en la 'Revista Capital'. En 'Diez Minutos', combiné redacción y estrategia digital como Community Manager. Ahora escribo en LOOK, donde cubro actualidad televisiva, moda, celebrities y realeza.
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El conflicto en torno al local El Cielo, situado en el Puerto Noray de Melilla y gestionado por el actor Fran Antón y el televisivo Kiko Hernández, ha generado un intenso debate público después de que ambos protagonizaran una protesta encadenándose a las puertas del establecimiento en señal de rechazo a su cierre provisional. Según ha explicado el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla, la polémica se ha visto alimentada por «informaciones falsas, inexactas y llenas de errores», aunque la situación refleja un conflicto más complejo entre la administración local y los empresarios involucrados.

En rueda de prensa, el consejero de Fomento, Miguel Marín, ha aclarado que el establecimiento carecía de licencia de apertura desde hace más de un año, tiempo durante el cual se habrían desarrollado actividades de celebraciones y eventos sin la autorización correspondiente. Marín subrayó que la administración ha mostrado «mucha flexibilidad» e incluso ha emitido varios requerimientos a los propietarios para que regularicen su situación. Además, insistió en que cualquier tipo de licencia decae si el local permanece más de seis meses sin actividad, algo que, según la administración, habría ocurrido en este caso.

El consejero también denunció que se realizaron obras ilegales en el local, que deberán ser legalizadas como paso previo a la concesión de la licencia de apertura. En este sentido, aclaró que la responsabilidad recae directamente sobre los concesionarios y que la administración seguirá el procedimiento habitual para verificar que todo esté en regla antes de emitir la licencia definitiva. Marín, por último, negó cualquier tipo de persecución hacia los empresarios, recordando que estos han recibido más de 250.000 euros en contrataciones artísticas recientemente, lo que demuestra la actividad económica y cultural que han generado en la ciudad.

Por su parte, la protesta de Hernández y Antón se intensificó hasta el punto de que Kiko tuvo que ser trasladado al hospital tras sufrir mareos y deshidratación debido a la huelga de hambre. Fran Antón también requirió asistencia médica posteriormente, aunque ambos han mostrado determinación para continuar la protesta incluso tras recibir el alta. Hernández declaró públicamente que permanecerá encadenado a las puertas del local durante la Navidad si es necesario, enfatizando que su lucha no solo es por la continuidad de su negocio, sino también por el ejemplo que desea dar a sus hijas sobre la perseverancia frente a las injusticias que, según él, se están cometiendo.

Kiko Hernández en Madrid. (Foto: Gtres)

Kiko Hernández en Madrid. (Foto: Gtres)

El origen de este conflicto, según Hernández, se remonta a septiembre de 2025, durante la feria de Melilla. Los empresarios aseguran que anunciaron la apertura del local en redes sociales y que, pese a contar con autorización para operar en ciertas fechas, el local fue clausurado «solo por anunciarlo». Hernández sostiene que esta situación se repitió en eventos posteriores, incluyendo Halloween, generando la sensación de un plan orquestado para impedirles trabajar durante los momentos de mayor actividad económica. Según sus declaraciones, el objetivo sería forzar a los propietarios a abandonar el local, ya que toda la zona ha sido adquirida por inversores extranjeros, mientras que otros locales con la documentación en regla han cerrado en circunstancias similares.

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