Francisco y Cayetano Rivera, mano a mano en su entrevista más esperada
Francisco ha recibido a su hermano en la sección que presenta en 'Espejo Público'
¡Por fin han hablado! Francisco y Cayetano Rivera han hablado por fin, después de dos meses en medio de la polémica familiar destapada por su hermano Kiko Rivera, que continúa enfrentado a su madre, Isabel Pantoja. Después de haber escuchado las explicaciones, documentación de por medio incluida, de su hermano pequeño, así como los testimonios de amigos de ‘Paquirri’, familiares, abogados y periodistas, su testimonio era el más esperado. Ha llegado el momento de poner sus vivencias sobre la mesa y no han encontrado mejor escenario que la sección de Francisco Rivera en ‘Espejo Público’, programa en el que colabora desde hace casi cuatro años.
‘Rivera y amigos’, su espacio de entrevistas, recibía esta mañana a Cayetano Rivera. Un mano a mano dialéctico entre los dos hermanos que, siguen esperando a que Isabel Pantoja les entregue los objetos personales que su padre les dejó en su testamento y que, hasta hace ocho semanas, parecía que seguían ‘perdidas’ tras el robo denunciado por la tonadillera hace más de treinta años. Pero Kiko Rivera las encontró el pasado 2 de agosto, junto con otras pertenencias, y no dudó en ponerlo en conocimiento de sus hermanos mayores tras el shock inicial, al descubrir la gran mentira que había mantenido su madre a lo largo de estas tres décadas.
No quisieron entrar en detalle. «Todo el mundo quiere que te haga la pregunta sobre la herencia de papá que no te voy a hacer», decía Francisco. «Tampoco te voy a decir nada porque no hay nada que decir que tú no sepas», le respondía su hermano. Francisco cogía el relevo en plató y, ante sus compañeros de programa confesaba que para ellos es algo «muy delicado y muy doloroso». «Siempre hemos mantenido un discurso y, como dice mi abogado, los delitos pueden prescribir, pero la maldad no. Y hay algo que es factible y es que las cosas están en un sitio y las tienen que devolver».
Han sido hasta dos los requerimientos notariales a través de los que Francisco y Cayetano han solicitado a Isabel Pantoja, de buena fe, la devolución de las pertenencias que su padre les dejó en herencia y que, 36 años después de su trágica muerte, aún no han recibido. Pero no pierde la esperanza y menos ahora que es Navidad. «No ha cambiado nada. Las cosas están como están», ha admitido.
Sus padres, siempre presentes
‘Paquirri’ y Carmen Ordoñez siempre están presentes en la vida de sus hijos. Francisco y Cayetano les echan de menos y no dejan de nombrarles en cualquier momento de su día a día. «Si papá estuviera aquí estaría loco con sus nietos», ha dicho Francisco tras recordar cómo días atrás sus hijos y su sobrino compartieron una jornada en el parque. Fue en ese momento cuando su padre le vino a su cabeza.
Su infancia fue muy feliz hasta que su padre falleció. Son numerosos los recuerdos de su niñez que les hace sonreir, y más en Navidad. «Recuerdo las Navidades en Ronda, cuánta gente nos podíamos juntar allí, con esa mesa tan grande que preparaba Amor (su abuela materna)», ha dicho Francisco. «Es de lo que más me acuerdo, las recuerdo tan bonitas y con tanto cariño», ha respondido su hermano, que además ha contado cuando una Nochebuena su padre se vistió de Papá Noel.
Francisco ha matizado que eso ocurrió precisamente en Cantora. Es en la finca en la que ahora vive Isabel Pantoja donde su hermano tiene también grandes historias «jugando al ‘Un, dos, tres’». Pero Cayetano se ha puesto melancólico. «Cuando te falta tanta gente…Hay Navidades que es mejor no recordar. Cuando no tienes esa ilusión pasan más desapercibidas. Yo he pasado algún 24 solo contigo y con dos más».
Son hermanos, pero muy diferentes. Y también a la hora de vivir estas fechas. Mientras que al hijo mayor de ‘Paquirri’ y Carmen Ordoñez le encantan, a su hermano no le hace tanta gracia. «No soy el Grinch, pero…». «Pues a mí me encanta eso de que te quiera todo el mundo, aunque sea solo una semana al año», le respondía Francisco entre risas.
Y volvía a nombrar a su madre: «Te acuerdas que mamá decía: ‘Qué ganas tengo de que lleguen las Navidades para odiarlas’». «Ya, pero luego llegaba con el jersey de Papá, Noel, los regalos, los Reyes Magos», ha rememorado el marido de Eva González. Y precisamente la ex Miss España ha estado presente en la conversación cuando Francisco le ha preguntado a su hermano si había comprado lotería. Ninguno lleva un décimo, todo lo contrario a la presentadora de ‘La Voz’, una auténtica fanática del sorteo del Gordo. «A Eva le encanta, pone el sorteo y se sienta frente a la televisión con todos los décimos que lleva en la mano». Todo lo contrario a su cuñada, que se limita a poner la televisión y escucharlo de fondo.
Kiko, el artista
Han pasado por momento altos y bajos, pero tras los últimos acontecimientos, Francisco y Cayetano se han volcado en su hermano Kiko. El hijo de la tonadillera está atravesando un momento muy duro desde que descubrió las cosas de su padre en Cantora, que su madre siempre había dicho que habían sido sustraídas. Y han querido que también, de alguna manera, formara parte de esta conversación tan entrañable entre hermanos.
«Kiko no lleva dentro lo del toreo», ha comenzado diciendo Francisco provocando la risa de los dos. «Él es artista de otra manera», ha respondido Cayetano antes de contar una divertida anécdota con él. «Una vez fuimos a verte a Ronda, yo todavía no toreaba. Estábamos en el callejón, le iba contando lo que hacías y en un momento me dice: ‘Aquel de allí qué tiene que hacer’», le preguntó señalando al encargado de abrir los toriles. «Cuando le dice que abría la puerta para que saliera el toro me dice: ‘¿Y no tiene que hacer nada más?’ Y luego: ‘¿Y cuánto cobra?’». «Ahí vio una posibilidad», ha dicho Francisco en medio de las carcajadas de los dos. Bromas aparte, ambos han alabado el buen hacer de su hermano en su profesión de DJ, y han comentado además cómo fue participar en uno de sus
¿Seguirá la tradición taurina en la familia?
Francisco y Cayetano Rivera han hablado de toreo. Hijos, nietos y sobrinos de toreros, la profesión la llevaban en el ADN, aunque cada uno decidió afrontarla en un momento diferente de su vida. Pero ¿qué piensas de que sus hijos puedan continuar con la tradición familiar?. Cayetano lo tiene claro: «No me gustaría nada. Quiero que conozca el mundo del toro, que aprenda y respete lo que es, que sepa cuáles son sus raíces, pero no me haría gracia».
Y aunque los dos coinciden, a diferencia de su hermano, Francisco sí animaría a su hijo «si supiera que va a ser una figura del toreo». Los dos han destacado que es una profesión dura, sacrificada y en el que se corre un riesgo tan grande, que no querrían ver a sus pequeños vestidos de luces poniéndose delante de un morlaco. Los dos niños se toman la tauromaquia como un juego, ambos tienen sus capotes y disfrutan jugando con sus papás a torear. Pero tanto Francisco como Cayetano prefieren no plantearse la posibilidad de que llegue el día en el que alguno de sus hijos les digan que quieren vestirse de luces.
La hora de la retirada
El mundo del toro es uno de los que más ha sufrido la pandemia, hasta el punto que Cayetano ha reconocido que mientras que el año pasado terminó la temporada habiendo toreado 42 corridas, este año tan solo ha podido pisar el ruedo en 2 ocasiones. Francisco le ha insinuado a su hermano que la hora de cortarse la coleta va tocando. Él se retiró hace tres años, a los 43 y es la edad que ahora tiene su hermano. «Por un lado crees que va llegando el momento, pero cuesta», le ha contestado Cayetano.
Sus carreras han sido muy diferentes. Mientras que Francisco decidió ser torero sin haber cumplido los 18 años, su hermano no lo hizo hasta los 28. «Tuve la oportunidad de vivir mi adolescencia como todo el mundo, y no como tú que estabas todo el día encerrado en el campo», ha contado el hijo pequeño de Carmen Ordoñez y ‘Paquirri’.
«Mamá se hubiera muerto en vida tú toreando una tarde en un sitio, yo en otro a la misma hora o los dos juntos», ha reconocido el colaborador de ‘Espejo Público’. Y han imaginado cómo hubiera sido ejercer su profesión su padre hubiese estado vivo. «Con papá siempre era campo. Todos los recuerdos que tengo con él son en el campo. Creo que hubiera estado más metido», confesaba Cayetano.
«Me habría gustado haber escuchado algún consejo o haber tenido conversaciones taurinas con papá o con Bobo (así llamaban cariñosamente a su abuelo Antonio Ordoñez). Siempre les tengo en el pensamiento, y eso pesa», ha reconocido Cayetano, que además ha desvelado un ‘secreto’ familiar. «A mí Bobo me llama ‘Bolita’ porque estaba muy gordito y a ti ‘Picúo’ porque estabas muy delgado…ahora creo que nos llamaría al revés».