El último adiós a Laura Boyer, marcado por una esperada ausencia clave
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La familia Boyer se ha visto obligada a hacer frente a uno de los mayores e inesperados varapalos hasta la fecha. Hace tan solo unas horas, Laura Boyer fallecía en Madrid a los 57 años de edad, sumiendo a sus seres queridos en la más absoluta tristeza por su pérdida. Concretamente, la hija de Elena Arnedo y Miguel Boyer ha perdido la vida en su domicilio, ubicado en el barrio de El Viso, en compañía de sus cuatro hijos. Es por ello que uno de ellos ha sido el encargado de comunicar esta triste noticia a los más allegados al clan, sin dar muchos más detalles de una muerte que apunta a ser consecuencia del cáncer.
Como no podía ser de otra manera y esta misma mañana, los familiares y amigos más cercanos a Laura han querido darla el último adiós al acudir a su entierro, celebrado en un conocido tanatorio a las afueras de Madrid. Con rostros serios, ropa oscura e incluso algunos con gafas de sol, los sobrinos de Ana Boyer han acudido con la mayor de las tristezas al enclave mencionado, sin poder evitar mostrar la pena que les supone la pérdida de uno de los pilares fundamentales de sus respectivas vidas. No obstante, ha llamado especialmente la atención la ausencia de la hermana de Tamara Falcó y esposa de Fernando Verdasco. Aunque cabe destacar que la hermana de Enrique Iglesias nunca ha gozado de una muy buena relación con Laura a consecuencia del divorcio de su progenitor con Elena Arnedo, lo cierto es que todas las miradas estaban puestas en la cita en cuestión y en cómo irían sucediéndose los acontecimientos, los cuales finalmente han surgido según lo previsto.
Sea como fuere, lo cierto es que en vida, Laura fue uno de los grandes apoyos de Miguel Boyer incluso después de que éste contrajera matrimonio con la también conocida como «reina de corazones». Desde ese momento, muchos fueron los rumores que apuntaron hacia una enemistad entre padre e hija que finalmente esta última aclaraba a través de unas declaraciones para ABC: «No es cierto lo que se ha dicho de que estábamos distanciados. Entre nosotros había una gran complicidad, nos entendíamos incluso telepáticamente. Si a veces hablábamos menos Hera porque alguno de los dos estaba pasando una mala racha y no quería preocupar al otro, pero siempre estaba a mi lado para lo importante, y yo al suyo. Era una unión indestructible que solo pudo romperse con su fallecimiento», aseguraba la hija de Elena Arnedo. Un vínculo que no pudo forjar con Ana, optando por permanecer en un hermético segundo plano para dar continuidad a su vida con total normalidad, razón por la que quizá la hermana de la marquesa de Griñón haya preferido no aparecer en su entierro para así dejar que puedan darle el último adiós sus más allegados en un momento tan íntimo y personal como ese.