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Manuel Díaz ‘El Cordobés’ y Julio Benítez recuperan el tiempo perdido
Manuel Díaz ‘El Cordobés’ no puede evitar sentir un hondo «vacío en el alma» ante el hecho de que su padre, Manuel Benítez, siga sin querer verlo y conocerlo tras su súbito conato de acercamiento de hace unos meses. «No hay lugar en el mundo en el que te puedas esconder de la verdad», ha reflexionado Díaz en su cuenta de Instagram. No consigue entender la cerrazón en la que se parapeta su padre, sobre todo después de haber dado el paso de querer recuperar el tiempo perdido cuando se anunció la corrida de toros que uniría en el ruedo a Manuel Díaz y a Julio Benítez.
Entonces, ‘El Cordobés’ sorprendió con un favorable cambio de actitud hacia su legítimo hijo, algo poco común porque siempre se ha caracterizado por huir de la prensa cuando le preguntaban por Díaz. Parecía que el acercamiento era un hecho, pero a tenor de las últimas declaraciones del legendario torero todo volvió a sus orígenes y, por tanto, a distanciarse de su hijo. «Hoy me he levantado con un vacío en el alma…el mismo vacío que me acompaña desde que tengo uso de razón», ha cerrado su reflexión el marido de Virginia Troconis. Pese a que su padre sigue sin querer saber de él, Manuel Díaz le debe mucho a la corrida de toros de la ‘discordia’: gracias a ella ha estrechado lazos afectivos con su hermano Julio Benítez.
Sorprendente cambio de actitud
«Yo no voy a ir a ninguna corrida. No tengo que ir para nada». Así de tajante se mostró en el mes de abril Manuel Benítez en la revista ‘Corazón TVE’ después de haber anunciado que iría a ver a sus dos hijos juntos ante el toro. Sin embargo, no quiso saber nada del tan esperado reencuentro. «Que me dejes tranquilo, Manolo. Que el día de mañana, oye ¿pues quién me dice que no? Pero que yo ya estoy harto de toros», terminaba de ‘despacharse’ de su hijo, Manuel Díaz. El motivo de este nuevo cambio de actitud podría deberse al rechazo de un ofrecimiento que le hizo a su recién reconocido hijo: «Yo no tengo que ir a ver a mi hijo Manolo para que hable conmigo. Le dije que tenía siete vacas: tres para él, tres para mi hijo Julio y una para mí. Y no quiso». Díaz, en cambio, buscaba una primera conversación tranquila y lejos de las cámaras, quería hablar con su padre cara a cara. Eso, de momento, tendrá que esperar.