Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez: un ‘divorcio’ a la italiana y una vuelta a casa
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La etapa de Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez en Italia ya es historia. El crack portugués y su novia despegaron en su jet privado desde el aeropuerto de Turín este pasado viernes al filo del mediodía. ¿Su destino? Lisboa. Allí ha pasado el reconocimiento médico previo a firmar su contrato y ser presentado con su nuevo club: el Manchester United. Su salida de la Juventus ya es oficial y atrás quedan 3 años en los que ha habido más sombras que luces para ellos. La pareja empieza a partir de ahora una nueva experiencia en la fría ciudad británica, que él conoce muy bien porque vivió durante el periplo en el que comenzó a brillar con luz propia en el deporte. No así la española.
Resultó sorprendente que CR7 abandonase Italia tan pronto puesto que su fichaje por otro club no había cristalizado en ese momento. De hecho, el otro equipo de Mánchester -el City- pugnaba hasta el final por hacerse con sus servicios, si bien terminó por retirarse de la puja en la tarde del viernes. Pero ya no podía más. Para él Turín es ya pasado, sobre todo después de pedir no jugar el pasado fin de semana para resolver su situación (luego disputó unos minutos entrando desde el banquillo) y de que su ya exentrenador, Massimiliano Allegri, confirmase en rueda de prensa -tan solo unos minutos antes del despegue de Cristiano- su marcha: «Me ha dicho que no tiene ninguna intención de jugar en la Juventus». Dicho y hecho. Arrivederci.
Su situación se había tornado en insostenible. En ningún caso es fruto de un calentón y la pareja lleva meses madurando esta importante decisión. Italia no ha cumplido las expectativas iniciales que tenían cuando desembarcaron allí en julio de 2018. Bien es cierto que es un país donde los dos han tenido una calidad de vida importante, han vivido tranquilos en una montaña de Turín. También el luso se ha beneficiado de un régimen tributario favorable que no le cosía a impuestos, como le sucedía en España. Pero no ha sido suficiente.
El divorcio de la Juventus ha sido la crónica de una muerte anunciada. A cada año que pasaba estaba un poco más de cerca de irse y Ronaldo ni siquiera ha querido aguantar a la finalización de su contrato en 2023. A nivel deportivo él considera haber estado a la altura de una institución tan importante como el club del norte de Italia, habiendo marcado 101 goles en 134 partidos. Pero ha sido el colectivo lo que no ha acompañado. Llegó para hacer historia ganando la Champions League y no solo no lo ha conseguido sino que ha quedado apeado de la competición a las primeras de cambio. La última vez con una actuación muy discreta por su parte que le valió una fuerte catarata de críticas. Ahí Cristiano entendió que quizá debía empezar a pensar en una salida.
Una marcha que llega en esta última semana de agosto y que se traduce en la firma del último gran contrato de CR7. A sus 36 años se siente preparado y en forma para iniciar un nuevo desafío. Esta vez será en la Premier League de Inglaterra, país donde ya se convirtió en una estrella mundial vistiendo la elástica del Manchester United desde 2003 a 2009. Mismo club que le acoge ahora como si de la vuelta del hijo pródigo se tratase. Él siente este retorno como un regreso a casa, como si cerrase el círculo más de una década después de superlativa carrera profesional. Por eso no le ha importado rebajar un 50% su salario respecto al que recibía en Italia. Ahora cobrará algo cerca de los 15 millones de euros por año. A su lado, Georgina Rodríguez y sus hijos, para seguir disfrutando de su idílica vida en familia. Ahora ya sí que sí: ‘ciao, Italia’, ‘hello’ Inglaterra.