El último contratiempo de Tamara Falcó e Iñigo Onieva a dos semanas de su boda
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Tamara Falcó e Iñigo Onieva son los protagonistas indiscutibles de la crónica social de nuestro país desde que anunciaron su sonada reconciliación y, por consiguiente, la reanudación de sus planes nupciales, los cuales quedaron aparcados durante unos meses con motivo de la infidelidad cometida por el empresario. Será el próximo 8 de julio cuando la pareja se de el esperado «sí, quiero» en el palacio de El Rincón de Madrid, pero, lo cierto es que su camino hacia al altar no está siendo nada fácil. Más allá de los míticos preparativos que toda boda necesita, la marquesa de Griñón y Onieva se han enfrentado a una larga lista de contratiempos que, pese a que tan solo quedan dos semanas para el gran día, parece no cesar.
Según ha publicado La Razón, Tamara Falcó e Iñigo Onieva tenían pensado lanzar fuegos artificiales al terminar la ceremonia, dando así por concluida la fiesta pero, al parecer, este plan estaría pendiendo de un hilo ya que, por ahora, y siguiendo las líneas citadas, los futuro marido y mujer no habrían obtenido el permiso necesario para ello. Al parecer, hace ya varios meses que habrían solicitado la autorización en el Ayuntamiento de Aldea del Fresno, el municipio madrileño donde se encuentra el enclave del clan Falcó que será testigo de una de las ceremonias más esperadas del año. No obstante, a tan solo 16 días para la boda, aún no habrían obtenido ningún tipo de respuesta. Todo apunta a que el motivo principal sería los posibles incendios que podrían ocasionar en el campo pero, lo cierto es que por el momento son todo conjeturas ya que no hay una explicación oficial al respecto.
Este contratiempo se une a la larga lista de disgustos a los que se han tenido que enfrentar tanto Tamara como Iñigo durante las últimas semanas para poder organizar un día de ensueño: desde la búsqueda a contrarreloj del vestido de novia hasta la caída por las escaleras que provocó un esguince a la hija de Isabel Presyler, sin olvidarnos del revés profesional que sufrió el empresario tras ser despedido de su trabajo como Relaciones Públicas de dos conocidos restaurantes de la capital.
Sin duda unos meses que tendrían que haber estado centrados en una dulce espera de cara a formalizar su relación pero que, debido a los inesperados sucesos, se han convertido en una especie de «montaña rusa». De hecho, hay personas como el Maestro Joao, que garantizan que esta boda está «gafada» desde el principio. Aunque en algunos momentos parecía que los altercados podían llegar a producir grandes cambios lo cierto es que, por ahora, los principales preparativos parecen ir por buen camino. Más de 400 invitados serán los privilegiados de poder vivir en riguroso directo todas las sorpresas y detalles que los novios tienen preparados para el gran día.