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GemGenève es una de las citas más relevantes para cualquier residente en Ginebra. Y es que, este nombre hace gala a la feria de joyas de la ciudad, una cita en la que se venden algunas piezas de gran relevancia en todos y cada uno de los stand que participan. Uno de ellos, por ejemplo, es el de la casa Ernst Färber, que en esta última ocasión ha acaparado todas las miradas al tener en su colección nada más y nada menos que un accesorio que en su día perteneció a la familia Franco.
Este no es otro que el collar de esmeralda que se había ofrecido, junto a un par de pendientes y un solitario, en una subasta pública en la casa Christie’s, y desde entonces no se había vuelto a conocer su paradero. Sin duda alguna, una joya dotada de una gran importancia en la historia y especialmente en el clan en cuestión, teniendo en cuenta que goza de una forma basada en siete grandes esmeraldas con forma de pera con estilo art-decó y brillantes que fue lucida por algunas de las féminas más destacadas del núcleo familiar. Un dato que ha resultado ser completamente desconocido para el actual dueño de este collar, que la adquirió en Londres y no tenía ni idea de la historia que hay detrás de los Franco. Una vez fueron informando a Ernst Färber sobre la importancia de todo el clan, fue interesándose sobre la importancia de esta joya, que también formó parte del joyero de la condesa de Cádiz. Una información de la que el poseedor no tenía ni la menor idea y por la que ahora se lamenta al no haberse hecho con el resto de joyas que forman parte de esta misma línea, junto a un collar que había permanecido año tras año abandonado en un rincón para posteriormente ser comprado por alguien que lo hubiera desmontado para conseguir algún tipo de beneficio económico.
Pero lo cierto es que probablemente el valor monetario que se le ha dado a esta pieza ni se acerque al sentimental. En un primer momento, este collar perteneció a Carmen Polo, que solía combinarlo con unos pendientes muy similares de esmeralda para citas especialmente relevantes, como por ejemplo la que tuvo lugar en España con los reyes Hussein y Dina de Jordania como protagonistas, o el presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower, entre otros.
Como no podía ser de otra manera, y dado el paso del tiempo, este accesorio fue pasando de generación en generación hasta llegar a manos de su hija, Carmen Franco Polo. La marquesa de Villaverde pudo presumir de este collar cuando ya había sido modificado, siendo cinco las esmeraldas que lo componían para que las otras dos restantes dieran lugar a unos pendientes a tono de los que hizo gala en la boda de la Infanta Elena, la cual tuvo lugar en 1995 en Sevilla. No obstante, esta no habría sido la única cita relevante en la que los habría lucido, haciendo uso de ellos también en el enlace de su nieto, Luis Alfonso de Borbón, en 2004.