Carlos y Felipe: Herederos de ‘la otra gran riqueza’ de Alfonso Cortina
Los hijos de Alfonso Cortina tienen por delante la gestión de un importante patrimonio que va mucho más allá de lo económico
Ha pasado un mes y medio desde que falleciera el empresario Alfonso Cortina (6 de abril de 2020), a su 76 años, víctima del Coronavirus. Su viuda, abatida por su muerte, no pudo acudir al funeral en el que pudimos ver a sus dos hijos, Carlos y Felipe, dando un emotivo adiós a su padre en un momento muy complicado para toda España. Con mascarillas y guantes, los sobrinos de Alberto Cortina se convirtieron en protagonistas de unas instantáneas que conmovían a toda la opinión publica.
Pasadas las primeras semanas desde su muerte, Alberto Cortina volvía a ser titular en varias ocasiones debido al importante legado que deja en herencia a sus dos hijos. Se ponía así en relieve la figura de dos jóvenes emprendedores que, de una manera casi anónima, siguen adelante con la estela de su padre en muchas cuestiones que atañen, principalmente, a su importante patrimonio económico.
Discretos herederos en el punto de mira
Emprendedores y dueños de su propio destino con su padre en vida, Felipe y Carlos se han convertido de manera fortuita, junto con su madre Miriam Lapique, en los gestores del patrimonio del malogrado empresario. Un entramado empresarial, inmobiliario y económico que tendrán que sumar a sus propias responsabilidades empresariales. Felipe, graduado en CUNEF, con grado superior en finanzas por Berkley, e instalado en Madrid tras varios años viviendo en Nueva York , fundó una original empresa textil especializada en el diseño de originales calcetines estampados. Jimmy Lion se ha convertido, en su sexto aniversario, en todo un referente del complemento ‘millenialy unisex’ por excelencia. Sensibilizado por el drama generado por la enfermedad que mató a su padre, Jimmy Lyon ha dedicado sus esfuerzos en las últimas semanas, como informaba en su propia página Web, a donar calcetines a médicos, enfermeros y personal sanitario para ayudar en su ímprobo trabajo.
Como versa en su perfil profesional, Carlos es socio de Península Capital Advisors LLP, una empresa de gestión de inversiones con sede en Londres, ciudad en la que el hijo de Alfonso Cortina tiene fijada su residencia desde hace varios años. No obstante, la paralización global por causa de la COVID-19 sorprendió al empresario en España, donde ha pasado el aislamiento junto a su madre y su hermano.
El legado del empresario
A un mes y medio del deceso de Cortina y en pleno duelo, la tarea de madre e hijos será gestionar, en plena desescalada todo lo referente a la herencia de su marido y padre respectivamente. Integrante de la lista de empresarios más ricos de España (en el año 2020 atesoraba el nº 129 de la lista según el ranking publicado por el diario El Mundo), Alfonso Cortina siempre fue muy hermético en todo lo referente a sus negocios gestionados desde la S.L Alcor Corporación Financiera, una empresa cuyo objeto social es la adquisición, suscripción, tenencia y administración de acciones de la entidad de crédito Banco Zaragozano. Del mismo modo que su responsabilidad empresarial, su participación en bolsa (un 77’66 % según las cifras oficiales), también pasara a manos de sus legítimos herederos.
La otra herencia de Cortina
Sin embargo, existe otra herencia muy destacada en la trayectoria de Alberto Cortina, quizás la más importante, que también tendrá que poseer descendientes. Se trata de la herencia cultural que hemos resumido en los tres pilares más importantes de su otro ‘patrimonio’, quizás el que movió más emociones en él.
Pago de Vallegarcía: Se trata de la joya de ‘la corona’ de Alberto Cortina. El empresario ponía en marcha la bodega Vallegarcía en los montes de Toledo. Un proyecto que arrancaba en el año 1993, cuando plantó un primer viñedo en su propia finca. Un pequeño sueño que acabó convirtiéndose, gracias al tesón de su creador, en potente proyecto vitivinícola, cuyos vinos cuentan con DO propia. Además en su día tuvo el honor de contar con el Rey Don Juan Carlos I como padrino de la inauguración de sus bodegas. Un sueño que no pudo cumplir finalmente su gran amigo, Carlos Falcó (fallecido también por la COVID-19) y que pasa a manos de sus hijos. Fue su último gran trabajo que seguirá dando que hablar de manos de sus descendientes.
Colección de arte de valor incalculable: Además de amante del buen vino Alfonso Cortina era un auténtico apasionado del arte, en concreto del arte español contemporáneo. Su gusto exquisito y su poderío económico le llevaron a crear con los años una singular colección de arte que, como asegura ElkoTilla en un perfil del empresario publicado en la revista GQ, “es una de las mejores colecciones de España”. Saura, Palazuelo, Valdés, Tápies o Chillida, son algunos de los nombres propios que adornan las paredes de la Retuerta del Bullaque, su finca en Ciudad Real, donde han pasado el duelo su esposa y sus hijos. Sin duda una importante inversión, parte del ‘otro legado’ de Cortina, que ahora está en manos de sus hijos.
Una pasión por la Ópera que le unía a celebridades como David Bisbal: Según aseguraba los más cercanos al célebre empresario, Alfonso Cortina estaba ‘en su salsa’ cuando acudía a la Ópera. Además de formar parte del Círculo de Amigos del Real, junto a nombres de ‘socialités’ como Isabel Preysler, artistas variopintos como David Bisbal o periodistas de la talla de Iñaki Gabilondo, el esposo de Miriam Lapique (compañera inseparable también de sus noches de música), tal y como ha podido saber LOOK, Cortina sigue constando como presidente de la Junta de amigos del Teatro Real transcurridas casi ocho semanas de su muerte. Una realidad para la que, desde el propio organismo no han sabido dar respuesta ya que , al parecer, han de esperar a que se avance el proceso de desescalada para realizar los cambios pertinentes en la junta. ¿Será este un legado que también continuarán sus hijos o se encargará de ello Miriam en su ausencia?