Nuevo mazazo para Ana Obregón: muere su madre
Este sábado 22 de mayo ha fallecido Ana Obregón Navarro, madre de la actriz.
Ana Obregón ha sufrido otro duro mazazo después de cumplirse un año del fallecimiento de su hijo, Álex Lequio. Este sábado 22 de mayo ha fallecido su madre, Ana Obregón Navarro, según ha publicado la revista ‘¡Hola!’. La progenitora de la intérprete de ‘Ana y los 7’ formó una gran familia junto a Antonio García Fernández. Un amor que ha durado toda la vida. Juntos tuvieron una familia numerosa de la que siempre se han sentido muy orgullosos. El matrimonio tuvo cinco hijos, Amalia, Celia, Javier y Juancho, además de la actriz.
La tristeza vuelve a la vida de Ana Obregón después de la muerte de su madre. La matriarca del clan ha fallecido a los 95 años de edad, tras su último ingreso hospitalario. Ana María Obregón Navarro arrastraba problemas de salud desde hacía varios años, pero fue el pasado mes de abril cuando permaneció ingresada en un centro hospitalario de la capital tras sufrir un empeoramiento.
Su familia estuvo muy pendiente de ella en todo momento, principalmente sus tres hijas, Amalia, Celia y Ana, que a pesar de las restricciones sanitarias debido al COVID, acudieron con frecuencia al hospital para estar con ella. Unos días realmente duros para la actriz que volvía a revivir la pesadilla a la que hizo frente con su hijo Álex: «Volver a este hospital ha sido una vuelta al infierno. Mamá, que sepas que te tengo agarrada de las manos muy fuerte porque te necesito a mi lado más tiempo», escribía entonces en sus redes sociales.
La familia García Obregón está destrozada. Aún no se habían recuperado de la pérdida de Álex Lequio cuando han dicho adiós a uno de los pilares fundamentales de su vida, su madre. Siempre han sido una piña y, en los últimos años, su domicilio era el centro neurálgico donde se reunían todos para disfrutar de reuniones cotidianas, así como de celebraciones familiares. Así lo atestigua el perfil de Instagram de la presentadora de ‘¿Qué apostamos?’, plagado de numerosas fotografías junto a sus progenitores donde el cariño y la unión con ellos es más que evidente.
La adoración de se tenían era algo que saltaba a la vista siempre que se las veía juntas. De hecho, su madre siempre celebró los éxitos de su hija tanto en España como en el extranjero y juntas compartieron numerosas fiestas de sociedad y distintos saraos, entre los que se encontraban algunas de sus aficiones como la moda y los toros.
Ana la definía como su mejor amiga e incluso llegó a admitir que era, junto a su hijo, la persona más importante de su vida: «Una madre única y un hijo al que siempre estaré agradecida por regalarme un sentimiento único: ser madre», escribía en sus redes sociales el 1 de mayo de 2016 con motivo del Día de la Madre.
Hace seis años Ana sufrió un derrame cerebral durante unas vacaciones en Palma de Mallorca, una enfermedad que pilló a la actriz trabajando y que, a pesar de la tristeza y la preocupación, cumplió con sus compromisos laborales. «Han sido los peores días de mi vida. Lo único bueno que saco es que me he demostrado a mí misma que soy muy buena actriz porque he sido capaz, durante tres días y en función doble, de hacer reír al público a pesar de que estaba rota por dentro».
Una vida feliz junto al amor de su vida
Ana conoció a Antonio cuando este terminó sus estudios de aparejador con 22 años. Ella era la única hija de Carmen Rubio Arrabal y del empresario Juan Obregón Toledo. Se casaron el 13 de junio de 195 y la suya ha sido una historia de amor que ha durado casi 70 años. Ana compartió en sus redes sociales la bonita dedicatoria escrita por su padre cuando celebraron su 62 aniversario de bodas: «‘Tengo 90 años y cada día pido a Dios que me conceda más tiempo para estar al lado de Ana, ya que sin ella prefiero soñar que la tengo cogida de su manita y que ya no me despertaré nunca’. Esta frase escrita por mi padre a mi madre demuestra que el amor es de verdad», publicaba entonces la presentadora.
Tuvieron cinco años para quienes tanto uno como otro fueron siempre su mejor apoyo, aunque no estuvieran de acuerdo con la dirección que tomaban en la vida o con sus amores. Pero eran muy familiares y ambos optaron no solo por acompañarles, sino también por cogerles de la mano en sus peores momentos.