La agencia de EEUU contra los delitos financieros dispone de «información sensible» sobre los Pujol

Según desvela OKDIARIO, la agencia del departamento del Tesoro de EE.UU. contra los delitos financieros, FinCEN, guarda «información sensible» sobre la fortuna de los Pujol en Andorra relacionada con el caso BPA, Banca Privada de Andorra.

Las fuentes consultadas indican que el FinCEN atesora «decenas de documentos» relacionados con mandos policiales y representantes de la Fiscalía española que investigaban las cuentas bancarias millonarias del ex presidente de Cataluña.

Tal y como desveló este diario, la agencia del departamento del Tesoro de EE.UU. contra los delitos financieros posee 348 documentos relacionados con el caso BPA, Banca Privada de Andorra, con comunicaciones mantenidas entre el propio FinCEN, el gobierno andorrano, el ejecutivo español y 15 políticos, policías y fiscales de ambos países.

En esta lista de personas que podrían haber mantenido algún tipo de interlocución con la agencia norteamericana por el caso BPA, se encontraría el ex ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz; el director de Gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas, y el ex director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso.

En el ámbito policial, habría nombres como el comisario Marcelino Martín Blas, el ex nº 2 de la Policía, Eugenio Pino; el comisario José Villarejo; mientras entre los representantes del Ministerio Público, habría documentos relacionados con el ex fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce y otros miembros de la Fiscalía Anticorrupción.

Los letrados en EE.UU. de los propietarios de BPA, Higini y Ramón Cierco, solicitaron hace meses a la agencia del Tesoro estadounidense que les informaran sobre la existencia de «todo tipo de comunicaciones» mantenidas por estos protagonistas, «incluyendo emails, cartas y facsímiles». Estos documentos podrían recoger informes sobre llamadas telefónicas.

BPA, los Pujol y Martín Blas

Estas mismas fuentes aseguran que «el nexo entre el caso BPA y los Pujol lo habría propiciado el comisario Marcelino Martín Blas». Cabe recordar que los propietarios de Banca Privada de Andorra, Higini y Ramón Cierco, y los Pujol se han querellado hace pocos meses contra el ex jefe de asuntos Internos.

Según denunciaron ante la Justicia de Andorra los hermanos Higini y Ramón Cierco, Martín Blas les «amenazó y extorsionó» antes de que la entidad financiera fuera intervenida. El agregado del ministerio de Interior en la embajada de España en Andorra, Celestino Barroso, les trasladó la necesidad de reunirse con unas personas en Madrid, “o de lo contrario el banco morirá”. Barroso añadió que “los estadounidenses estaban al corriente y ya sabían cómo hacerlo”.

Los Cierco delegaron este asunto al entonces consejero delegado del banco, Joan Pau Miquel, que se reunión con Barroso. Éste le insistió en que si no se colaboraban dándoles información sobre las posibles cuentas de Jordi Pujol, Artur Mas y Oriol Junqueras en la entidad, “el banco desaparecerá”.

Después, Barroso le comunicó a Miquel que recibiría una llamada de una persona que se identifica con el apodo de “Félix” y que le dará nuevas instrucciones. “Félix” resultó ser Martín Blas. Según los Cierco, Miquel y Martín Blas mantuvieron un encuentro en el Hotel Villamagna de Madrid y «el comisario le reiteró las amenazas».

BPA decidió facilitar unos datos que fueron publicados en los medios de comunicación y que obligaron al ex presidente de la Generalitat de Cataluña a admitir la existencia de una herencia depositada en el extranjero. Cierco afirmó a la juez que Joan Pau Miquel no denunció entonces los hechos porque Martín Blas le advirtió que, de hacerlo, “el FinCEN americano intervendría en quince días”.

Finalmente, según la versión de Cierco ante la juez, Martín Blas cumplió con su “amenaza”: “Probablemente porque la cantidad de dinero depositada en el banco les pareció insuficiente por los indicios que pudieran tener de la operativa bancaria que los Pujol hubieran podido llevar a cabo durante décadas en Andorra” los hechos derivaron con la nota del FinCEN construida a partir de información “errónea, parcial o incompleta”.