Restauración de antiguos monasterios, la historia medieval de España

Los monasterios son, junto a los castillos y las catedrales, uno los monumentos más representativos de la historia medieval en España. Incluso en ruinas, su impresionante arquitectura sigue ambientando el paisaje rural y urbano de la península. De hecho, la existencia de los monasterios no terminó con la Edad Media, sino que se extendió durante los siglos XVI-XVIII hasta la desamortización de Mendizábal (1836-1837).

Los antiguos monasterios medievales desempeñaron un papel muy importante en España, no solo en las manifestaciones artísticas, sino también en la vida religiosa, social y cultural a lo largo del tiempo. Muchos de ellos lograron renacer con la reactivación de la vida cenobítica, otros tras restauraciones que han convertido en centros turísticos o destinado a variados usos.

Restauración de antiguos monasterios medievales

Monasterio de Santa María la Real

El monasterio de Santa María la Real, conocido también como El Escorial gallego, fue fundado en 1137 por el rey Alfonso VII y figura como uno de los primeros monasterios cistercienses en España. La iglesia, que cuenta con tres naves, tiene una arquitectura gótica y románica de transición y su sala capitular tiene originales columnas que asemejan palmeras. La fachada, en cambio, cuenta con torres labradas cuyo diseño es característico del barroco gallego.

La ruina del monasterio comenzó con la desamortización de Mendizábal (1836), pero fue restaurado tras la llegada de un grupo de monjes cistercienses provenientes de Francia. Durante varias décadas se realizaron numerosos trabajos de restauración. Entre 1950 y 1959, por ejemplo, se reconstruyen los campanarios, el torreón, la sala capitular y la escalera de honor. El resto de las restauraciones (claustros, refectorio, biblioteca, etc.), se produjeron a partir de 1966.

Monasterio de Santa María de Bujedo

El monasterio de Santa María de Bujedo fue construido en 1172 por la orden del Císter, pero con la desamortización de Mendizábal quedó en estado de abandono, llegando a utilizarse como establo. Tras ser incluido en la lista de monasterios nacionales en 1931, fue restaurado con el fin de transformarlo en un centro de estudios históricos.

Para su restauración, muchas de las bóvedas fueron reconstruidas desde cero, al igual que las cubiertas, el coro, la escalera de caracol y el arco de acceso al claustro. El cenobio conserva la sobriedad característica de la arquitectura cisterciense, pero se rompió en la iglesia por una bóveda estrellada del siglo XVI.

Monasterio de Sant Benet

El Monasterio de Sant Benet, considerado el monasterio medieval mejor conservado de Cataluña, fue construido en el siglo X a una hora de Barcelona, en San Fruitós de Bages. El estilo arquitectónico romántico del monasterio, reflejado en sus claustros y salas, combina perfectamente con el ambiente tranquilo de sus jardines. Las paredes de piedra, los arcos antiguos y los frescos transportan a sus visitantes a los tiempos de contemplación y devoción.

En el 1594, fue anexado a la Abadía de Montserrat y a partir del siglo XVIII funcionó como centro de acogida de muchos monjes ancianos. Además, fue utilizado como Escuela de artes y oficios. En 1835 el monasterio fue abandonado cuando los monjes tuvieron que retirarse por la desamortización de Mendizábal. Finalmente, en 1907, Elisa Carbó (propietaria de varias fábricas textiles) compró el Monasterio para regalárselo a su hijo, el pintor Ramón Casas.

El Monasterio de Sant Benet fue historiografiado y restaurado por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch y fue declarado Patrimonio Histórico de España.

Monasterio de Santa María de la Oliva

El Monasterio de Nuestra Señora de la Oliva, ubicado en Carcastillo, al este de Navarra, fue construido en el año 1134 por García Ramírez. Debido a que su edificación pertenece al siglo XII y comienzos del XIII, es de los monasterios cistercienses españoles que mayores rasgos románicos conserva. Durante la época, la comunidad gozó de una gran prosperidad, pero a lo largo del siglo XIX, el monasterio sufrió graves agresiones en la Guerra de Independencia y tras la Desamortización de Mendizábal.

Después de varios años de abandono, el monasterio fue nuevamente ocupado por monjes cistercienses y desde entonces ha sido restaurado en su interior. Actualmente, los trabajos de restauración están a cargo de José Luis Franchez Apecechea, arquitecto de la Sección de Patrimonio Arquitectónico de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra.

Desafíos de la Restauración

La restauración de monasterios antiguos presenta varios desafíos. En primer lugar, es fundamental realizar un estudio detallado del estado actual del edificio, lo que implica un análisis minucioso de los materiales, técnicas constructivas y elementos decorativos originales. Además, es fundamental respetar las normativas de conservación y garantizar que las intervenciones sean reversibles, es decir, que no alteren de manera irreversible el patrimonio.

Los restauradores deben trabajar en colaboración con historiadores, arqueólogos y arquitectos para asegurar que cada decisión esté fundamentada en la historia y el contexto del lugar. La recuperación de frescos, la restauración de claustros y la rehabilitación de espacios de culto son solo algunas de las tareas que requieren un enfoque interdisciplinario.

Conclusión

A medida que avanzamos hacia el futuro, el compromiso con la restauración de estos tesoros arquitectónicos asegura que las futuras generaciones puedan apreciar y aprender sobre la rica herencia cultural de España.

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