Profesionales, empresarios y académicos se unen para revertir el estado «comatoso» de la economía cántabra

Un nutrido grupo de profesionales, empresarios y académicos nativos o residentes a tiempo total o parcial en Cantabria se ha conjurado para luchar contra el estado comatoso de la economía de la región, cuyo peso en el PIB de España ha disminuido casi un 20% en los últimos treinta años y que hace medio siglo era la séptima en renta per cápita del país mientras ahora se sitúa en la posición 23 del conjunto de las autonomías. Acosada por una elevada presión fiscal, la caída de la natalidad, un espectacular aumento de los fallecimientos, la despoblación y actualmente sobreviviendo a costa de un turismo a pequeña escala  y de una industria claramente a la baja, el citado grupo de disconformes y críticos con el estado de los hechos ha creado la plataforma Foramontanos siglo XXI para hacer oír su voz y estar presentes en Madrid, que es donde se toman las decisiones, asegura Manuel Ángel Castañeda, secretario del grupo y ex director de El Diario Montañés.

El presidente de la Asociación, constituida oficialmente el año pasado, es Carlos Fernández Lerga, abogado en ejercicio y consultor, que formó parte del equipo de adhesión de España a la entonces Comunidad Económica Europea en los tiempos de UCD y con el malogrado Leopoldo Calvo Sotelo como ministro encargado de las relaciones con Bruselas. Entre otros miembros ilustres de la entidad destacan Rafael Puyol, ex rector de la Universidad Complutense de Madrid, Pedro Rivero, responsable durante años de la patronal del sector eléctrico Unesa, Tomás Ramón Fernández, ex consejero del Banco de España o José María García Morales, antiguo responsable de los asuntos internacionales de CEOE.

«Estamos dispuestos a poner todo nuestro empeño en combatir el declive económico e industrial de Cantabria a lo largo de los últimos años, que desgraciadamente coincide con una gran atonía de la sociedad civil -a la que Foramontanos quiere contribuir a sacar del letargo-. Nuestro propósito es agitar el debate público y ser propositivos a través de iniciativas que sacudan la situación de postración por la que atraviesa la autonomía simplemente como ciudadanos preocupados por el estado de las cosas, al margen de cualquier vinculación política aunque muy críticos con el actual Gobierno regional -presidido por Miguel Ángel Revilla-, que debe convertirse en un promotor de negocios y de riqueza en lugar de estar centrado en debates estériles en gran parte causados por la debilidad intrínseca de su constitución y las alianzas a que está obligado», señala Fernández Lerga.

Entre los focos principales de atención de Foramontanos, y por tanto objeto de iniciativas reformistas para impulsar la economía de Cantabria están la fiscalidad, la demografía, la dependencia energética de la región, su escasa importancia como ‘frente marítimo’, el estado de degradación que aqueja al sistema sanitario, la ineficiencia de la Administración, la falta de conexión de la Universidad con el mundo laboral o la huida alarmante de talento producto de un modelo de formación que deja mucho que desear, asegura Fernández Lerga.

En lo que respecta a los impuestos, la Asociación es partidaria de reducir la fiscalidad que soportan tanto las empresas como las personas físicas y situarla al nivel de autonomías que se han convertido en referencia de la atracción de negocios, inversión y capital como Madrid, presidida por Isabel Díaz Ayuso. Defiende que debería deflactarse la tarifa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y se muestra en favor de bonificar el Impuesto sobre el Patrimonio, que a su juicio es clave para evitar la huida de talento y el desplazamiento de ejecutivos y de empresas a destinos fiscalmente menos hostiles como la capital de España y la región que la alberga.

«La pugna entre quienes sostienen que no es posible reducir los impuestos porque peligraría el estado de bienestar y se aplastaría a quienes menos tienen se ha demostrado equivocada. Madrid ha quebrado el mito y logra atender, con presteza, los servicios sociales y genera más empleo que otras comunidades», asegura el secretario de Foramontanos, el señor Castañeda. «En Cantabria, para mantener la tradición, el Gobierno regional-socialista ha estado inmóvil, a la espera de que otros movieran ficha. Finalmente, el presidente Revilla ha hecho un tímido pronunciamiento a favor de la supresión del Impuesto de Patrimonio, pero el simple anuncio ha desatado las críticas de su socio, el PSOE, y de Izquierda Unida». La izquierda interpreta que el Partido Regionalista de Cantabria de Revilla (PRC) podría sumarse a las comunidades del PP y enarbolar la bandera de la bajada de impuestos para la campaña electoral de mayo», insiste Castañeda para demostrar las  tensiones en que se mueve el gobierno autonómico.

Foramontanos siglo XXI también es partidaria de combatir la evolución negativa de la demografía con políticas fiscales de apoyo a la natalidad, así como otras favorecedoras de la conciliación a través, por ejemplo, de la inversión en guarderías públicas; y está obsesionada con la absoluta dependencia energética de la autonomía, que podría limitarse con proyectos de desarrollo de la energía simplemente eólica o eólico marina, asunto en el que está trabajando el antiguo responsable de Unesa Pedro Rivero, miembro de la institución. La recuperación del Puerto de Santander o la explotación comercial de lo que llaman ‘frente marino’, y en otro orden de cosas, la modernización del sistema sanitario, que ha entrado en una situación de franco declive forman parte igualmente de las prioridades de la entidad. «Queremos hacer propuestas sensatas, útiles y productivas en todos los ámbitos de la actividad económica, generar conciencia civil al respecto y lograr entre todos revertir una realidad actualmente caótica o comatosa que se está traduciendo en un deterioro alarmante de los índices de desarrollo de la región», resume Fernández Lerga.