El Real Madrid llega picado a la Supercopa
El Real Madrid afronta la Supercopa de España con ganas de venganza después de la encerrona sufrida en Pamplona a manos de la Liga
Tebas presionó al Real Madrid para viajar a Pamplona garantizando que el Atlético - Athletic se jugaría
Si levantar el primer título en juego de la temporada no es suficiente motivo, el Real Madrid tiene más argumentos para volver a levantar la Supercopa de España por segundo año consecutivo. El vestuario blanco, herido en su orgullo después de la encerrona de Tebas en Liga, busca venganza en el torneo en el que defiende título. En la plantilla madridista también hay ganas de tapar bocas por las críticas recibidas después de los empates ante Elche y Osasuna. El actual campeón tiene ganas de revancha y eso le hace ser más peligroso que nunca. La historia lo ha demostrado.
Porque el Real Madrid fue el equipo más perjudicado de la Liga por el temporal Filomena. Con diferencia. La expedición blanca tuvo que hacer una espera de más de cuatro horas en Barajas hasta que el piloto tomó la decisión de despegar bajo una gran tormenta de nieve, pero eso no fue todo. El viernes se arriesgó para tomar un vuelo rumbo a Pamplona y el sábado, el día del partido, la Liga no consideró adelantar la hora de un partido que se acabó jugando a las 21.00 horas en plena nevada y sobre un césped que no estaba en las mejores condiciones.
El como fue que, como se preveía, el Real Madrid no pudo abandonar Pamplona el domingo y, tras estar otro día encerrado en el hotel (el protocolo COVID no permite paseos) y sumar tres noches en la capital navarra, la expedición blanca puso rumbo directo a Málaga para realizar una mini concentración antes del duelo de semifinales del próximo jueves ante el Athletic Club. A toda velocidad, el club tuvo que organizar el viaje a Málaga, gestionar el campo de entrenamiento y llevar todo el material rumbo a la ciudad andaluza. Esta no es la mejor forma de encarar el primer título de la temporada pero todas estas incongruencias de la Liga han unido aún más si cabe a un equipo que se caracteriza por hacerse fuerte ante las adversidades.
Porque la actitud de la patronal con Javier Tebas ha molestado y mucho a la directiva, cuerpo técnico y jugadores que consideran que lo vivido en estos últimos días ha sido una «encerrona» contra el actual campeón. Todos el club está herido en su orgullo y hay ganas de revancha con el objetivo de demostrar que no hay nada que pueda con el campeón de los dos últimos torneos disputados en España, la pasada Supercopa de 2020 y la Liga del coronavirus. Así que el rey quiere volver a demostrar quien es el más fuerte sobre el césped.
A callar bocas
El Real Madrid no pierde un partido desde el pasado 1 de diciembre (ante el Shakhtar en Champions) y ha ganado siete de los últimos nueve duelos, pero al mínimo tropiezo aparece una crítica exacerbada que hace poner en duda a todos los estamentos del club, desde el presidente al último hombre sentado en la grada. Esto también aumenta las ganas de revancha de un vestuario que considera injustas las críticas, y más cuando los únicos dos tropiezos son dos empates donde han merecido por ocasiones y juego sacar los tres puntos.
Por ello, el Real Madrid quiere dar un golpe sobre la mesa (el enésimo) para ahuyentar los fantasmas y volver a demostrar que este equipo, jugadores y entrenador tienen cuerda para rato. Sin margen de error en Liga Santander, ya que su irregular inicio le condena a la excelencia en la segunda vuelta, el equipo madridista busca su primer título de la temporada antes de afrontar el tramo decisivo de la Copa del Rey, único título pendiente de Zidane y la eliminatoria de octavos de final de la Champions League ante el Atalanta.
Zidane busca la duodécima
Como viene siendo habitual en los últimos años cuando el Real Madrid no trasmite buenas sensaciones, el nombre de Zidane es puesto en duda por la crítica. Sin fichajes en la presente temporada, el entrenador galo apostó desde un primer día por sus famosas rotaciones pero la apuesta por los hombres de segunda fila no salió bien y la última racha positiva de resultados ha llegado tras apostar por su guardia pretoriana. Los dos últimos tropiezos ante Elche y Osasuna han vuelto a elevar las críticas en torno a la figura del entrenador francés que en eses dos partidos pudo no estar acertado con los cambios.
Ahora, Zidane llega al momento en el que se disputan los títulos, el que mejor se le da. Desde que asumió el cargo del primer equipo, el francés ha levantado un total de once títulos y este puede ser el duodécimo. Unos guarismos demasiado buenos como para no conceder el beneficio de la duda. Zidane llega con ganas a Málaga y su plantilla herida en el orgullo después de ser víctima de una «encerrona». El Real Madrid tiene una cuenta pendiente… y Zidane también.