Al Madrid le meten mano
Surrealista: el VAR pitó penalti por mano de Asensio ¡tras darle en el pecho!
Así queda la clasificación de la Liga Santander tras el empate del Real Madrid contra el Girona
🔴 Real Madrid 1-1 Girona
Entre el Girona, el árbitro y el VAR metieron mano al Real Madrid, que se dejó un empate inesperado ante el penúltimo de la Liga. Los blancos dominaron el partido pero les faltó lucidez en el área para aprovechar su caudal ofensivo. Vinicius adelantó a los blancos y Stuani, en un penalti más que polémico casi inventado por una mano de Asensio que venía de rebote, logró el 1-1 final. El Madrid sigue líder pero el Barça se queda a un punto.
Aprendida la lección de Leipzig, el Real Madrid volvía a ponerse el mono de la Liga, más áspero y sucio que el de la Champions, pero es lo que hay. Y a la hora de la siesta, oiga. Quizá por eso Ancelotti, que seguía sin poder contar con Benzema que sigue dosificándose para el Mundial, optó por plagar la alineación de titulares porque estos partidos ante rivales asequibles y en el Bernabéu los carga el diablo.
Descansaban Tchouaméni y Militao y se mantenían en el once Rüdiger y Camavinga, uno de los señalados de Alemania, quizá porque las titularidades del joven francés siempre son directamente proporcionales a la debilidad del rival. Y si Camavinga no es titular ya contra el penúltimo, entonces se queda para los partidos de Copa el muchacho. Y esa no es manera de aprender. Bueno, al lío. Jugaba el Real Madrid con Courtois; Carvajal, Rüdiger, Alaba, Mendy; Kroos, Modric, Camavinga; Valverde, Vinicius y Rodrygo. Enfrente el Girona de Míchel, un equipo con más juego que puntos, que se presentaba en el Bernabéu con la piel de cordero puesta.
El Real Madrid empezó mandón. Nada de tontear ni de salir al trantrán. En un minuto cocinó la primera jugada de ataque entre Camavinga, Valverde y Carvajal, que abrochó Modric con un disparo dentro del área, que se marchó arriba por poco. Respondió el Girona con un centro que se envenenó tras tocar en Alaba y que acabó rematando fuera Castellanos. Había vértigo y ritmo en el Bernabéu.
Manejaba Camavinga al Real Madrid en el eje con Kroos y Modric por delante, todos adelantadísimos en la presión. Con la pelota, además, se unían a la fiesta Mendy por la izquierda y Carvajal por la derecha. En el 8 fue Rodrygo el que se asomó al gol con un disparo envenenado que desvió con la punta de los dedos el meta del Girona. Empezaba el asedio del equipo de Ancelotti.
Aprieta el Madrid
Sobrevivió el Girona al primera cuarto de hora en el Bernabéu y eso que Gazzaniga, el meta visitante, a puso estuvo de hacerse un autogol en una cesión envenenada de uno de sus centrales. El Madrid, después del arreón inicial, se tomó un respiro. Pero sólo fue eso, un pequeño parón. Que puo aprovechar Valery en un remate de cabeza desde el punto de penalti que lamió por fuera el palo derecho de Courtois.
Camavinga, que jugaba de pivote defensivo pero que siempre será un alma libre, se asomó al área en el 21 para sacarse un disparo que se marchó a la derecha de Gazzaniga. Un minuto después fue Rodrygo el que tuvo en sus botas el 1-0 pero su disparo dentro del área se estrelló contra el poste. El Real Madrid merodeaba el gol.
Pero fue el Girona el que pudo adelantarse en el Bernabéu tras una maniobra de Valery, que retrató por fuerza, velocidad e intensidad a Carvajal. El extremo la puso al área y allí se asomó Yangel Herrera cuyo disparo, duro y violento, se estrelló contra el travesaño de Courtois. Y la respuesta del Madrid, como durante toda la primera parte, fue un ataque vertiginoso que culminó Rodrygo dentro del área. Y con esa ocasión del equipo de nos fuimos al descanso. Y con el 0-0 en el Bernabéu.
Resiste el Girona
Reanudóse el partido como si fuera la segunda temporada de una serie de Netflix: con el mismo guión. Dominio del Real Madrid, repliegue y contras del Girona. Ambos equipos se repartieron un par de amarillas tempraneras. A los de Ancelotti les entraron las prisas, nunca buenas consejeras. El Real Madrid comenzó a desordenarse y a dejar latifundios a su espalda. El Girona sufría agazapado a la espera de su oportunidad. En el 60 entró Asensio por Camavinga.
El Real Madrid ya era un despiporre táctico. Cinco delanteros, los laterales de centrocampistas y sólo defendía con Rüdiger y Alaba. Que como son tan buenos, igual hasta les valía. Con sus defectos el líder siguió asolando el área del Girona y tanto fue el cántaro de fútbol al área gerundense que al final llegó el gol. Lo marcó Vinicius después de una jugada en la que también fue protagonista Valverde que le dio una asistencia a medida como los trajes de Paco Camps. El Madrid volvía a vivir de la doble V.
El tanto espoleó a los blancos, que pudieron cerrar el partido un minuto después si Gazzaniga no hubiera metido una mano imposible a una media volea a bocajarro de Marco Asensio. El balear mejoró mucho al equipo, pero también fue protagonista de la jugada polémica del partido. Marco rechazó con el pecho un remate a bocajarro, pero la pelota le golpeó rechazada en el brazo y Melero, aconsejado por el VAR, señaló un penalti cuanto menos dudoso. Dudoso por no decir imaginario.
El penalti lo transformó Stuani en el 79, así que el Real Madrid tenía por delante 11 minutos más la prolongación para hacer un gol que evitara un inesperado pinchazo. El equipo de Ancelotti se echó al monte sin orden ni concierto. Poca cabeza y mucho corazón. Como una remontada de Champions pero con menos mística. Carletto metió a Mariano y Militao por Valverde y Mendy. Era el 86 y al campeón se le agotaba el tiempo.
Pero el Real Madrid siempre parece tener una vida extra, una bala guardada en el bolsillo por si hay que pegar un disparo postrero. Lo hizo Rodrygo con un gol a bocajarro, pero lo anuló Melero porque Gazzaniga, portero del Girona, tenía la pelota sujetada entre el brazo y el césped. El VAR ratificó el acierto. A Ancelotti le crecían los enanos, que llegaron a jugar en la NBA con la expulsión de Kroos, la primera de su carrera en un millón de partidos.
El Real Madrid jugó con uno menos los últimos siete minutos de alargue. Lo intentó hasta el final pero la flauta de las remontadas suena mejor en la Champions, así que los blancos se quedaron compuestos y sin victoria en un partido que parecían tener controlado pero entre Melero y el VAR acabaron metiendo mano a los de Ancelotti.