REAL MADRID

Raúl Asencio, 125 días de ensueño: del Castilla a la selección española

Raúl Asencio vive en un cuento. Después de cuatro meses instalado en el primer equipo del Real Madrid, el defensa central de 22 años ha sido convocado por primera vez con la Selección absoluta. Luis de la Fuente decidió llevarse al canario para disputar los cuartos de final de la Liga de las Naciones ante Holanda. «Se lo merece. Ojalá sea la primera de muchas», contó Ancelotti. Podría estrenarse con la Roja en Rotterdam, el próximo jueves 20 de marzo, en el Feyenoord Stadium. Si no lo hace, tocará esperar la vuelta el domingo 23 en Mestalla.

125 días han pasado desde aquel 9 de noviembre. Un sábado, a priori, normal en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid recibe en Liga a Osasuna. Sin embargo, esa tarde tranquila de otoño resultó ser una mezcla de sorpresas, en lo malo pero también en lo bueno. Media hora después de que Melero López pite el saque inicial, el ligamento cruzado de Éder Militão cede. El banquillo madridista se agita. Alaba sigue en la enfermería, Vallejo no cuenta… cuando de repente, un rostro prácticamente nunca visto con el primer equipo aparece al lado de Ancelotti. Es el elegido.

Con su dorsal 35, Raúl Asencio pisa por primera vez el verde del Santiago Bernabéu. Después de siete años en La Fábrica, llegó la hora. Parecía anecdótico, pero el joven central de 21 años (en aquel momento) decidió cambiar el curso de la historia, de su historia. 12 minutos después de haber sustituido al brasileño, el nativo de Las Palmas de Gran Canaria manda un balón largo desde su mitad de campo. Un pase de más de 40 metros. El esférico cae milimétricamente en los pies de Jude Bellingham en la frontal del área. Vaselina y ‘olé’, 2-0 para los blancos.

Raúl no se lo cree, el coliseo blanco tampoco. Una semana antes, el canario era titular con el Castilla en el derbi de filiales en el Cerro del Espino en Majadahonda. Y siete días más tarde, aquel 9 de noviembre, asistencia en el Santiago Bernabéu. Los 72 mil madridistas solo pueden levantarse y acorralar a su canterano. Lo curioso es que ese pase no ha sido suerte, sino todo lo contrario. Con Raúl González Blanco, Asencio solía mandar este tipo de caviares. Y, en el día más importante de su vida, dio en el clavo. Meses después, en una vuelta de playoffs de Champions ante el Manchester City de Guardiola, otra asistencia, idéntica a la de Osasuna. Marca de la casa.

Raúl Asencio, 125 días después

Hace 125 días que la vida de Raúl cambió. Con las lesiones, el canario empezó a instalarse en el primer equipo. Debutó en la Champions League. ¿El escenario? Anfield, nada mal. A pesar de la derrota, al canterano no le temblaron las piernas y se marcó una gran actuación. Sin embargo, Carlo Ancelotti decidió apostar por Tchouaméni en la zaga, pero no duró. Desde que debutó, Asencio disputó 1.952 minutos repartidos en 29 encuentros y un título (Copa Intercontinental). No obstante, por su actitud y su indiferencia ante la presión, parece que lleva 300 partidos a sus espaldas.

Indiscutible en el Castilla desde la temporada pasada, Raúl Asencio es un zaguero, capaz de jugar en una defensa de tres o de cuatro, diestro, pero sobre todo, veloz. Sabe sacar jugadas, empezarlas. Algunas veces incluso se ha atrevido a conducir el esférico hasta el ataque. Tiene un gran juego de cabeza y pero sobre todo tiene una gran lectura defensiva. Otra de sus mayores virtudes es su entrega por el juego. En el verde, el canario no da por perdido ningún balón. Lo tiene en la sangre.

Los madridistas le comparan con Sergio Ramos. Otros dicen que es el «nuevo Nacho». Pero él lo tiene claro: es Raúl Asencio. Llegó al Real Madrid desde Canarias con 14 años para cumplir un sólo sueño: vestir la camiseta merengue. Ahora que lo ha hecho, el defensa tiene como única prioridad marcar la historia del club blanco. Su contrato finaliza en 2026 y su futuro se decidirá este verano. No antes. Por ahora, a jugar.

Ejemplar fuera del campo

Fuera de los terrenos de juego, Raúl Asencio es un tipo tranquilo. No suele ver fútbol, pero le encantan los simuladores de Fórmula 1. Muy amigo de sus amigos y muy familiar, Rulo (así le llaman) es muy bromista, muy espontáneo. Pero ante todo, tiene un gran corazón. Nunca le ha costado echar una mano. Llegó a la capital, sólo, con 14 años. Entonces, el canario empezó una vida «desde cero». Pero su familia, desde su isla tan querida, siempre le aportó cariño y todo el amor que necesitaba. Sus padres, su hermano, sus abuelos, sus amigos… todos han estado detrás de él durante todos estos años lejos de casa.

Con la afición, igual. Desde que pegó el ‘boom’, Rulo es uno de los jugadores más queridos por los madridistas. ¿La razón? Su cercanía con los madridistas. Siempre que sale de Valdebebas, el central procura pararse para firmar un par de camisetas. Nunca dice que no. Desde que debutó, el 35 también regaló varias elásticas suyas a las gradas. Cumple con su palabra, tal y como lo hizo con Ana. Es su forma de devolver todo el amor que le dan.

Raúl Asencio vive un sueño en el Real Madrid, el club de su vida. Luchó contra todo y contra todos para hacerse un hueco y quiere asentarse. Con el paso de los partidos, el zaguero demuestra que vale para vestir los colores del mayor club de la historia. Tres meses después de haber alzado su primer título en Catar con los blancos, Rulo quiere más. En su punto de mira están la Copa del Rey, la Liga, el Mundial de Clubes… y sobre todo, la Champions. Partido a partido, entrada a entrada.

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