El niño que conquista al madridismo y que siempre creyó en la remontada: «¡A ganar!»
Un niño animó a los futbolistas del Madrid antes del pitido inicial en el vestuario
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Todo el madridismo creía en una remontada del Real Madrid. De los más pequeños hasta los más ancianos. Del primer aficionado blanco hasta el último. Incluso algún fan del Arsenal no pensaba que su equipo podía hacerlo. En el túnel de vestuarios, todos los futbolistas merengues soñaban con que era posible hacer el imposible. Es más, hasta algún niño, uno de los que salen al césped con ellos, intentaron poner su granito de arena como ejemplo de lo que vivía entonces el madridismo.
Mientras que el espectacular tifo del rey con su tabla de ajedrez y el ambiente de caldera deslumbraban al Santiago Bernabéu, los jugadores de ambos equipos se preparaban para saltar al verde. La tensión en Chamartín era palpable. En aquellos instantes, cada futbolista visualiza su partido y sueña con qué podría pasar ahí dentro. Cuando, de repente, un joven alzó la voz en las filas madridistas y no, no era jugador.
Mientras que todos los futbolistas del Real Madrid estaban concentrados y se motivaban entre ellos, un niño que acompañaba a los árbitros también se unió a los gritos motivadores. «¡A ganar! ¡Hala Madrid!», exclamaba el joven a pocos instantes de que los jugadores de ambos equipos salten al verde. Una muestra más de que todos creían en una remontada de los blancos aquella noche.
Lo nunca visto en un túnel de vestuarios de la #UCL:
🤣 El niño que acompañaba al colegiado alentó a los jugadores del @realmadrid a puro grito de ‘¡Hala Madrid!’#LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/HXApvPZ9Xq
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) April 16, 2025
Un madridismo abatido
No obstante, los londinenses consiguieron derrotar a los blancos en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid se despidió de la Champions con una actuación que dejó mucho que desear. Faltó fútbol, faltaron ideas y, sobre todo, se echó en falta la personalidad que suele distinguir a este equipo en las grandes noches europeas. La responsabilidad, esta vez, apunta directamente a quien tomó las decisiones tácticas, ya que la alineación inicial careció de la chispa necesaria para afrontar un reto tan exigente.
La tarea era monumental: remontar una desventaja de tres goles. Sin embargo, la apuesta de Ancelotti por dejar en el banquillo a jugadores creativos como Modric y Ceballos dejó al equipo sin un motor en el centro del campo. El resultado fue un Real Madrid plano, sin recursos para inquietar al rival y con enormes dificultades para generar ocasiones claras.
El paso de los minutos solo aumentó la ansiedad. Cuando finalmente Ceballos saltó al césped, el reloj ya jugaba en contra y el equipo seguía atascado, sin encontrar la fórmula para romper la defensa rival. Más tarde, la entrada de Modric sirvió de poco: la eliminatoria ya estaba prácticamente sentenciada y la esperanza de la remontada se había esfumado.
En medio de la decepción, Courtois volvió a demostrar por qué es uno de los mejores porteros del mundo. Sus intervenciones mantuvieron al Madrid con vida mucho más tiempo del que merecía, incluyendo un penalti atajado que evitó que la desventaja fuera aún mayor. Sin embargo, ni siquiera su brillante actuación pudo cambiar el rumbo de la eliminatoria.
El futuro de Ancelotti en el banquillo blanco queda ahora en entredicho. Tras una eliminación tan dolorosa, es probable que el club busque un nuevo rumbo para la próxima temporada. Así, el técnico italiano podría haberse despedido de la Champions en una noche para el olvido, mientras el madridismo empieza a pensar ya en nuevos proyectos y en reconstruir la ilusión perdida.