En la noche del miércoles Mbappé estuvo eliminado de la Champions durante bastantes minutos. Su PSG perdía con el Borussia Dortmund y el Newcastle se imponía al Milan. El PSG precisaba de dos goles propio o uno del Milan. Finalmente el conjunto italiano ganó y le resolvió la papeleta a un equipo francés que fue mejor que el Borussia, pero al que no consiguió ganar. Ya no sabremos qué hubiera ocurrido con Mbappé en caso de tener un enorme fracaso europeo, si habría salido a calmar las aguas o revolotearlas. En cualquiera de los casos, soy de los que piensa que el futuro de Mbappé no se decidía ayer. Pasase lo que pasase.
A 14 de diciembre, Mbappé no ha renovado con el PSG y el 1 de enero será libre de firmar con el club que quiera. El PSG ha hecho algún acercamiento infructuoso desde septiembre para buscar la renovación, pero de momento no han conseguido que Kylian se decida a ligar su futuro a París. Sí parece evidente que en caso de renovar, lo hará con un contrato multianual que ligue gran parte de su carrera al club de su ciudad.
Por su parte, el Madrid espera paciente a la llegada de enero. En el club blanco hace un tiempo que desapareció la obsesión por el jugador de Bondy. La presencia de Bellingham, Vinicius y Rodrygo, más la futura llegada de Endrick han tranquilizado mucho a los dirigentes blancos, pero no ignoran que Mbappé es el mejor jugador del mundo y que su llegada al Real Madrid sería un importante upgrade deportivo y económico.
El peligro económico de Mbappé
Paradójicamente, el aspecto económico también supone una contra. La llegada de Mbappé supondría un crecimiento de ingresos, pero también de los gastos: una amenaza a la cuidada escala salarial que ayuda a mantener la paz en el vestuario y en las cuentas. El Madrid, cuando llegue enero, le hará llegar su propuesta a Mbappé y no se moverá de la misma ya que un hipotético no del francés, ya no sería un drama. La intención del Madrid es que este tema no se alargue como ocurrió en el 2022. Mbappé tendrá muy claro que esta es la última oportunidad de cumplir el que siempre dijo que sería su sueño. Mbappé vuelve a tener la sartén por el mango. Veremos qué decide esta vez.