Ya es el segundo delantero

Mariano y su manual de resistencia

Mariano Díaz puede decir bien alto que es el segundo delantero del Real Madrid. El primero era, es y será Karim Benzema, pero tras el galo sólo está el canterano. Su manual de resistencia ha surtido un efecto espectacular. Desde que los blancos le retornaron del Olympique de Lyon por miedo a que rompiese en el Sevilla siempre ha estado en entredicho, lo que no sabía el resto y tenía muy claro el goleador es que no se iba a mover pasase lo que pasase. Y al final, visto lo visto, se ha salido con la suya.

Zidane tenía cuatro delanteros cuando arrancó la presente temporada. Benzema era fijo y el resto debían pelear por un puesto. Jovic comenzó como segundo espada, mientras que Mariano y Mayoral lucharían por la tercera ficha. Pronto dejó claro el barcelonés que con él esa guerra no iba. Tenía contrato y no estaba por la labor de romperlo antes de tiempo. El club, que poco podía hacer ante la posición inamovible de un jugador que sólo pide una oportunidad, entendió que la salida tenía que ser la de Mayoral. Lo que nadie esperaba es que el de Parla adelantase por la derecha al serbio hasta el punto de convencer al mismísimo Zizou. Y bien es sabido que el galo no suele cambiar de opinión a la ligera.

Su giro fue tan radical que dejó de sentir devoción por Jovic, a pesar de ser su principal valedor, y pidió al club que encontrase una salida para el serbio ya que se prefería quedar con Mayoral, que tampoco le volvía loco, pero le gustaba más que el serbio. El problema con el que se encontró el entrenador y la entidad es que nadie quería a Luka y sí al canterano, por ello terminó saliendo Borja a la Roma quedándose en la plantilla el de Serbia. Y mientras, Mariano mirando todo desde la distancia consciente de que él no se iba a mover.

La temporada continuó ya sin Mayoral y sí con Benzema, Jovic y Mariano, en este orden. Zidane lo intentó con el serbio. La última oportunidad. Le dio tres titularidades con un resultado desalentador. No terminó ninguno de los partidos, no hizo gol y tampoco dio asistencias. Luego fue alternando la suplencia con algún minuto aislado, hasta que llegó la noche de Mestalla, cuando el manual de resistencia de Mariano empezó a tener sentido. Con el Real Madrid perdiendo en un partido marcado por los infortunios Zidane decidió dar entrada al catalán por delante del serbio, que aquella noche jugó sus últimos 7 minutos como jugador blanco por el momento. Luego, el coronavirus y dos lesiones musculares le terminaron de sentenciar.

Zidane terminó de desencantarse de un Jovic que está a punto de volver a ser jugador del Eintracht, donde jugará cedido hasta final de curso, y comenzó a dar oportunidades a un Mariano que siempre ha tenido claro que tenía sitio en este Real Madrid. El delantero nunca ha dudado que podía ser importante, que podía ser el suplente perfecto de un Benzema intocable. Con el camino despejado, ahora sólo espera que el técnico galo le dé minutos y que él los aproveche. Su ejercicio de resistencia es incuestionable.

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