Galones para Camavinga
Camavinga dio el paso al frente que necesitaba el francés y el Real Madrid en el derbi contra el Atlético de Champions
El francés será titular en La Cerámica frente al Villarreal y deberá seguir demostrando su mejoría
Camavinga se convierte en objetivo prioritario para Guardiola
Eduardo Camavinga estaba entrando en un limbo peligroso en el Real Madrid. En una zona compleja, donde el francés estaba lejos de su mejor nivel y estaba dejando de ser importante. La lesión de Ceballos le permitió ser titular en la ida de los octavos de final de la Champions contra el Atlético de Madrid en el estadio Santiago Bernabéu, pero lejos de demostrar su mejor versión jugando como pivote, estuve mal con y sin balón. Tanto es así que en la vuelta, celebrada el pasado miércoles en el Metropolitano, Ancelotti decidió apostar por Luka Modric y no por el galo.
Camavinga se vio relegado al banquillo tras muchas dudas de un Ancelotti que estuvo durante varios días meditando su decisión. Finalmente, decidió que lo mejor para el equipo era que Modric fuese titular en el centro del campo junto a Tchouaméni. El galo vio el encuentro desde el banquillo hasta que a los 65 minutos Ancelotti decidió que entrara sustituyendo al croata.
Camavinga saltó al terreno de juego y el partido comenzó a cambiar. Con él y Valverde en el centro del campo, de repente, el Real Madrid dominó por primera vez a un Atlético que sufría mucho para evitar las acometidas madridistas. Hiperactivo, estuvo en todas partes y sus números fueron más que notables. Tuvo un 97% de precisión en el pase, ganó nueve duelos, siete recuperaciones y alcanzó los 32,73 kilómetros por hora de velocidad.
Camavinga comenzó la presente temporada con la obligación de dar el giro definitivo a su situación en el Real Madrid. Un futbolista muy valorado dentro del vestuario, pero que nunca ha logrado adquirir el rol de intocable. Sí, siempre importante, pero nunca un fijo. Este curso tendría que haber dado un paso al frente irrumpiendo en el equipo titular de Ancelotti de manera habitual, pero no tuvo fortuna desde el primer entrenamiento previo a un partido oficial. En un lance con Tchouaméni se lesionó y estuvo casi dos meses apartado de los terrenos de juego.
El paso que se espera de Camavinga
Camavinga estaba llamado a ser titular en la final de la Supercopa de Eurocopa que midió al Real Madrid contra la Atalanta. Era el inicio de una temporada diferente. Pero la mala suerte se cruzó en su camino y todo empezó a cambiar. Ancelotti, consciente del varapalo, se lamentaba en el momento en el que el francés caía al suelo lesionado. No era para menos.
Las semanas fueron pasando y en cuanto pudo regresó al ruedo. En concreto, debutó en la derrota del Real Madrid contra el Lille en Champions. Jugó 67 minutos aquel encuentro, donde vio una amarilla y estuvo igual de regular que el resto de sus compañeros. No obstante, Ancelotti tuvo fe y le fue dando minutos. Poco a poco iba teniendo más protagonismo, hasta que llegó Liverpool.
Camavinga empezó a brillar en Anfield sosteniendo al Real Madrid. Con él sobre el césped, el Real Madrid sostuvo a un Liverpool superior como buenamente podía. Pero en ese momento su físico volvió a decir basta. Una lesión en el bíceps femoral que le iba a volver a frenar en seco. Se perdió otro mes, pero le dio tiempo a regresar para el tramo final de la temporada.
Camavinga comenzó 2025 jugando y Ancelotti confió en él. Las bajas en defensa, le abrieron de par en par las puertas del centro del campo, ya que Tchouaméni retrasó su posición al centro de la defensa. Entonces, llegó la final de la Supercopa de España y volvió a demostrar que todavía debe seguir creciendo. El francés lo hizo casi todo mal.
Camavinga ha jugado partidos importantes, pero sin estar todo lo bien que debería. Su rendimiento ha sido pobre, pero tanto el jugador como el club esperan que esos minutos contra el Atlético puedan cambiar el devenir de un jugador que está obligado a demostrar más.