El día que Alaba dijo «no» a Guardiola
David Alaba siempre tuvo claro que quería jugar en el Real Madrid. La entidad madridista se movió mejor que el resto de los grandes clubes europeos para hacerse con el fichaje del polivalente jugador austriaco, lo que les permitió tenerlo todo atado cuando el resto de grandes del continente trataron de contratar a un futbolista que quedaba libre. La gestión del club presidido por Florentino Pérez fue excelente, pero para que el fichaje se llevase a cabo también pesó mucho el deseo del futbolista, que dijo “no” a un sinfín de propuestas e, incluso, a un entrenador que ha sido importante en su carrera como es Pep Guardiola.
El actual entrenador del Manchester City mantuvo una reunión con Alaba cuando pensaba que su futuro estaba en el aire, aunque realmente ya estaba todo decidido. El objetivo del club inglés era convencerle a través del técnico de Sampedor, el hombre que posiblemente más ha influido en su carrera. Cuando ambos coincidieron en el Bayern de Múnich el austriaco pasó de ser lateral izquierdo a una especie de todocampista. El catalán le utilizaba de central, pero también se dejaba caer por el flanco zurdo ejerciendo de carrilero y en el centro del campo actuando como interior.
Ambos se procesan una profunda admiración y se ha regalado elogios públicamente en diferentes ocasiones. “Me llevó a otro nivel”, llegó a asegurar el actual jugador del Real Madrid en 2018, pero cuando Guardiola fue personalmente a convencerle el futbolista ya tenía claro que iba a jugar como local en el Santiago Bernabéu. Vestir de blanco era su deseo y nadie pudo hacerle cambiar de opinión. Ni siquiera el que ha sido, posiblemente, la persona que más le ha hecho evolucionar en el mundo del fútbol.
Tras la amistosa reunión que ambos mantuvieron, Guardiola entendió que no había opciones. El Real Madrid ya había sembrado y recogido en ese momento, por lo que tenía atado a un David Alaba que no ha tardado en convertirse en un jugador clave en la plantilla dirigida por Carlo Ancelotti. Por otro lado, el entrenador le hizo saber al Manchester City que no había opciones, lo que llevó al conjunto inglés a salirse de una pelea en la que realmente no llegó ni a entrar. Los blancos tenían la guerra ganada de antemano.