Se despide Bale: el crack de las dos caras

Gareth Bale se marcha del Real Madrid y lo hace por la puerta de atrás pero con un saco cargado con 19 títulos en el club. No ha sido baladí su paso por el Santiago Bernabéu, ni mucho menos, fue importante, clave en muchos de los trofeos que lustran en su vitrina. Pero también dejó sombras, muchas, especialmente en estos últimos años en el que su comportamiento dejó mucho que desear para con el club. Se va el galés, un jugador de dos caras.

Sin lugar a dudas, la cara más amable de Bale fue la que dejó durante sus primeras temporadas en el Real Madrid. El galés llegó como un jugador total, de primer nivel, capaz de decidir partidos. Fue uno de los integrantes de una de las delanteras más letales que se recuerdan: la BBC. Bale, Benzema y Cristiano Ronaldo formaron durante un año un trío de auténtica locura, repleto de goles y asistencias entre ellos que dieron muchas tardes de alegría. Fue el mejor momento del británico.

Bale se marcha con una mochila llena de títulos, ni más ni menos que 19 trofeos. Lo ganó todo. Liga, Copa del Rey, Supercopa de España, Champions League, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Ha sido partícipe de una de las mejores eras del Real Madrid, no hay quien pueda dudar de esto. Lo hizo además con actuaciones gloriosas. Quién no recuerda su galopada ante Marc Bartra que significó el gol que daría la Copa del Rey al equipo blanco. O su doblete en la primera final de Champions ante el Liverpool, con una chilena y un obús ante Karius en 2018.

Pese a sus nueve años en el Santiago Bernabéu, Bale se marcha con tan sólo 258 partidos disputados, en los que logró 106 goles y repartió 67 asistencias. Son más de 18.000 minutos defendiendo la elástica del Real Madrid.

Su cara amarga

Pero la otra cara de Bale deja un sabor amargo en su adiós, sobre todo porque gran parte de estos episodios datan de estos últimos años. Los goles y los títulos que él ayudó a levantar siempre quedarán en el recuerdo pero pese a ellos, no podrá borrar su alargado listado de lesiones y contratiempos, su falta de disciplina, el tema del golf y su selección y alguna que otra declaración que encendió al madridismo.

Hasta 32 lesiones ha tenido desde 2013, cuando se cerró su fichaje en agosto, hasta el día de hoy Gareth Bale en el Real Madrid. Son muchas y muy variadas, el tobillo, su rodilla, el cuádriceps… por suerte la mayoría musculares y ninguna de una gravedad preocupante pero han sido muchas y continuas que le impidieron estar en momentos claves y dotar de la continuidad que se requiere a un futbolista que debía ser crucial en cada partido. En el acumulado, Bale ha estado más de un año natural de baja, sin el alta médica, y han sido más de 80 los partidos que se ha perdido como consecuencia de estas numerosas lesiones.

Gareth Bale se ríe junto a sus compañeros y la bandera.

«Llegué aquí hace 9 años como un joven que quería hacer realidad mi sueño de jugar en el Real Madrid. Vestir la gloriosa equipación blanca, llevar el escudo en el pecho, jugar en el Santiago Bernabéu, ganar títulos y ser parte de lo que es tan famoso y alcanzable por tan solo unos pocos, ganar la Champions League», decía en una sentida despedida que no tapa las muchas circunstancias que llevaron a una relación rota entre el club, la afición y el galés.

Su selección, Galés, fue siempre un nicho de polémica con el Real Madrid. El galés se recuperaba milagrosamente de problemas musculares cada vez que llegaba una ventana de partidos internacionales y casualmente regresaba de nuevo lesionado. «Gales, Golf, Madrid, en ese orden», decía una bandera de la selección de Gales que portaron todos los jugadores del equipo con Bale en el centro, entre risas, algo que encolerizó al madridismo y que supuso la quiebra definitiva con el club. Una mofa imperdonable.

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