Un punto de locura
Un gol de Correa en el 95, concedido por el VAR, igualó el tanto de Militao y provocó que el Atlético pescara un punto in extremis en el derbi ante el Real Madrid
El derbi estuvo suspendido 15 minutos por el lanzamiento de mecheros a Courtois desde el fondo del Frente Atlético
Un gol de Correa en el 95, concedido por el VAR, igualó el tanto de Militao y provocó que el Atlético pescara un punto in extremis en el derbi ante el Real Madrid. Lo habían merecido más los de Ancelotti, porque entendieron mejor el partido mejor que un Atlético que se desinfló en la segunda parte. Los blancos, con un juego práctico y muy solidario en defensa, fueron de menos a más pero la jugada final de Correa les dejó compuestos y sin victoria. La imagen de la vergüenza llegó desde el fondo del Frente Atlético con un lanzamiento de objetos a Courtois que obligó al colegiado Busquets Ferrer a suspender quince minutos el derbi.
Simeone sorprendió más que Ancelotti en los onces. El Cholo puso por primera (y quién sabe si última) vez a sus tres delanteros juntos: Griezmann, Julián Álvarez y Sorloth. Sacrificó al viejo Koke e incluso cambió su habitual sistema de tres centrales para pasar a una suerte de 4-3-3 y blindar el centro de campo con la energía de Llorente, Gallagher y Rodrigo de Paul. Era un planteamiento audaz y atrevido, al menos sobre el papel. Un equipo de puerta grande o enfermería.
A Carletto le pudo su ADN y su pasaporte porque Ancelotti lleva el catenaccio en las venas y es más italiano que la Fontana di Trevi. Para suplir a Mbappé, a quien Dios recupere pronto, podía elegir a un delantero de 18 años (Endrick), un mediapunta de 19 (Güler) o un viejo centrocampista de 39 años (Modric) que bien podría ser el padre de cualquiera de los anteriores. Eligió a Modric, claro. Así es Ancelotti, conservador hasta el fin de sus días, que diría la pancarta del metropolitano.
Situemos pues a los 22 protagonistas que saltaron al tupido césped del Metropolitano a dirimir un derbi desdramatizado en la previa por la derrota del Barcelona en El Sadar. Gracias, Hansi. Si el Real Madrid perdía cerraría la jornada a cuatro de los azulgranas. Si era el Atlético el que salía derrotado acabaría a seis del Barça. Nada irreparable. Un empate, por cierto, dejaba a los de Ancelotti a tres del líder y a los de Simeone a cinco. Ni tan mal. Situemos los onces, digo.
Por el Atlético: Oblak; Nahuel Molina, Giménez, Le Normand, Reinildo; Gallagher, De Paul; Llorente, Griezmann, Julián y Sorloth. Por el Real Madrid: Courtois; Carvajal, Rüdiger, Militao, Mendy; Tchouaméni, Valverde, Modric, Belingham; Rodrygo y Vinicius. Pitaba el joven Busquets Ferrer. Buen marrón el suyo.
El Madrid sale mandón
El caso es que nos dieron las nueve y empezó el derbi. Y el Real Madrid salió con una inesperada presión alta. Inaudita, diría yo. Replegaba el Atlético en 4-4-2 con Griezmann y Julián Álvarez sacrificados en la defensa de las bandas para echar una mano a los laterales Molina y Reinildo. Los de Ancelotti monopolizaban la pelota en un rondo interminable. Rodrygo primero y Bellingham después se asomaron al área de Oblak en los primeros tres minutos sin que llegaran a conectar con la pelota.
Respondió Simeone adelantando la defensa al centro del campo para dificultar la salida del balón del Real Madrid. El Atlético tomó entonces el relevo el dominio del derbi. Al filo del minuto 9 Julián Álvarez sentó a Rüdiger en el costado del área y se sacó un disparo raso y seco al que respondió Courtois con un pie salvador del 1-0 que merecía la jugada del argentino.
Hubimos de esperar hasta el minuto 16 para ver otra ocasión. Esta vez fue Fede Valverde el que se sacó un zurriagazo con la diestra que hizo volar a Oblak para mandarla con pulso firme a córner. El derbi, con el dominio posicional del Atlético, se fue calmando con el paso de los minutos. Bellingham trataba de echarse al Madrid a sus espaldas pero no podía solo. Sin noticias de Vinicius ni de Rodrygo. Tampoco de Griezmann ni Sorloth en los de Simeone.
Superó el derbi la primera media hora de juego con el 0-0 en el electrónico del Metropolitano. En el 35 la tuvo Bellingham en un tiro franco desde la frontal, pero su disparo le salió tan blandito que lo atrapó abajo Oblak. Languidecía un poco el derbi. Ambos equipos no querían perder el valioso puntito con que les premiaba el empate. En el 45 reclamó Rodrygo un penalti de Giménez. Hubo contacto pero fue tan leve que ni siquiera daba para que ni el brasileño ni sus compañeros vieran una amarilla por protestar.
Replica el Atlético
Con esa acción nos fuimos al descanso. Del que regresamos con el Atlético en modo mandón. Encerró al Real Madrid de salida y cercó el área de Courtois. Perdían balones los de Ancelotti, incapaces de dar tres pases seguidos en el arranque del segundo tiempo. Había metido Simeone a Koke por Nauel Molina en el descanso y el capitán salió al derbi enchufado. Hubo que esperar al 50 ara encontrar la respuesta visitante en una jugada ensayada a la salida de un córner que desperdició Rodrygo con un disparo alto cuando lo tenía todo a favor desde la frontal.
La jugada hizo espabilar al brasileño y también al Real Madrid, que volvió a manejar la pelota. Simeone no esperó más para hacer su segundo cambio, Samu Lino por Sorloth, y regresar a su sistema habitual de tres centrales con Llorente y Lino bien abiertos en las bandas. Le Normand vio una justa amarilla por levantar del suelo a Vinicius con un patadón alevoso. Estábamos ya en el 63 y el derbi seguía en tablas.
Seguía. Porque unos segundos después de escribir estas letras llegó el 0-1. La jugada a balón parado la sacó Modric para Vinicius, que centró al segundo palo. Por allí apareció solito Militao, que conectó un remate de media volea que se envenenó tras tocar en la rodilla de Marcos Llorente y despistó a Oblak.
El gol del Real Madrid encendió a los violentos del fondo que ocupaba Courtois. Comenzó un lanzamiento masivo de mecheros al portero del Real Madrid. Busquets Ferrer obligó a advertir por megafonía para frenar a los cafres. No lo consiguió, así que tuvo que mandar a los dos equipos al vestuario. Se advirtió por megafonía que, si continuaban en sus trece, el partido quedaría suspendido. La vergüenza, provocada por esos aficionados del Frente Atlético que siguen fuera de control, se apoderó del derbi.
Vergüenza en el Metropolitano
El parón provocado por los violentos se extendió durante un cuarto de hora. El derbi regresó al pasado y nos fuimos al minuto 68. Un minuto después y con una amarilla por agarrón a Fede Valverde, quitó Simeone a Gallagher para meter a Correa en busca de agitar el ataque rojiblanco para buscar el empate. El fondo de los cafres del Metropolitano cambió los mecheros por pitos a Courtois cuando tocaba el balón.
En el 71 fue el otro portero, Oblak, el que evitó el 0-2 tras una buena maniobra de Vinicius que abrochó con un disparo venenoso. Tres minutos después Le Normand empujó a Vinicius dentro del área pero Busquets Ferrer y el VAR se hicieron los ciegos y dejaron sin sanción un penalti tan estúpido como clamoroso.
Tras el parón salió (mucho) mejor plantado el Real Madrid. Vinicius campaba a sus anchas entre los zagueros rojiblancos. Les desquiciaba igual que al público del Metropolitano siempre listo para pitarle. Fede Valverde corría como si estuviera en el minuto 3 y ya alcanzábamos el 80. Un minuto después emergió la gigantesca figura de Courtois para meter su manopla y evitar un disparo peligrosísimo de Samu Lino que olía a empate.
Ancelotti esperó al 83 para hacer su primer cambio: Lucas (Vázquez) por (Luka) Modric. Y luego entró Endrick por un pitadísimo Vinicius. El brasileño tardó un par de minutos en enseñar sus poderes con una acción individual que abrochó con un disparo lejano que tenía mucha mala leche. Fue entonces cuando Busquets Ferrer se fumó un puro para decretar un incomprensible alargue de ¡¡¡8 minutos!!!
El Real Madrid quiso manejar el añadido con posesiones largas y al Atlético apenas le quedaba un hilo de fuerzas para buscar el empate. Y lo acabó logrando en el 95 en una jugada en la que Javi Galán encontró el desmarque de Correa, que sentó a Courtois y marcó. Lo anuló el colegiado, pero la posición de Rüdiger le habilitaba, así que el VAR concedió el 1-1 en el 95. Así quedaría al final el derbi madrileño, con unas tablas inesperadas en un final de locura.