Un 1-7 que lo explica todo
El Real Madrid ha caído goleado en los dos últimos partidos en el estadio Santiago Bernabéu
Los blancos han recibido un 1-7
Un Madrid intolerable
El Real Madrid está en crisis. Ya no se pueden poner paños calientes. Los dos últimos encuentros de los hombres de Ancelotti explican a la perfección la deriva que ha tomado un equipo que debe hacer autocrítica, reflexionar y buscar soluciones de manera urgente. Los azulgranas arrasaron Chamartín con un 0-4 que hizo daño. Una derrota que se ha agravado en la siguiente cita ante los italianos, que llegó a la capital de España siendo séptimo en la Serie A y marcó tres dianas para sumar la segunda victoria en su historia en la casa del rey de Europa.
El Real Madrid ha recibido un 1-7 en sus dos últimos partidos en el Santiago Bernabéu que activa todas las alarmas. ¿Está Ancelotti cuestionado? Pues pude ser. ¿Alguien en el club se plantea tras estos dos partidos cesarle? La verdad es que no. Pero lo que es una realidad es que estos dos encuentros deberían ser un antes y un después para un equipo que está a años luz de su mejor nivel.
Ancelotti achaca el mal momento del equipo a su debilidad defensiva. «No defendemos bien. El equipo no está compacto, tenemos que ser más ordenados. Hemos encajado muchos goles porque nos falta solidez, el equipo no está bien ordenado en el campo y tenemos que trabajar en esto», aseguraba tras el encuentro. Pero la realidad es que los problemas de este equipo son muchos mayores.
El Real Madrid tiene unas carencias defensivas alarmantes. Eso es una obviedad. A los cuatro goles del Barcelona y los tres del Milan, hay que sumarle los dos del Borussia Dortmund en 45 minutos. Es decir, nueve dianas encajadas entres encuentros. No obstante, no sólo se debe mirar a la defensa y sí a todo un equipo que comete una serie de errores llamativos para un equipo de élite como este.
Mucho más que la defensa
Pero hay más aspectos a analizar. El centro del campo va sobrado de físico y falto de fútbol. Nadie es capaz de dar un pase diferente, salvo cuando Luka Modric flota la lámpara mágica. Mbappé se puede insistir una y otra vez en tirar desmarques que, habitualmente, quedan en nada, ya que nadie suele verle. Tampoco hay nadie capaz de coger la pelota, parar el juego y volver a empezar. La falta de fútbol es muy preocupante.
Obviamente, se debe mirar a los delanteros. En este caso, a Vinicius y Mbappé. Especialmente al segundo. Es incompresible como un jugador como el galo es incapaz de encontrar el camino del gol. Se estrella una y otra vez con los porteros rivales. También es llamativo observar como la pólvora de Bellingham se ha agotado de una temporada para otra. Este curso todavía no ha visto portería.
Y, por último, se debe mirar al banquillo. Ancelotti es el máximo responsable, pero también su equipo técnico. El ambiente dentro de la caseta de los entrenadores no es el mejor, al igual que sucede en la de los jugadores. No hay mal ambiente, pero la situación impide la buena armonía. Este equipo, el que no se viste de corto, también debe reflexionar y tratar de buscar soluciones. ¿Las encontrará?