El rey vuelve a la final
El Real Madrid jugará la final de la Euroliga contra Anadolu Efes
Micic destroza al Olympiacos sobre la bocina
El Real Madrid se ha clasificado para la final de la Euroliga tras firmar una gran remontada frente al Barcelona en la Final Four de Belgrado (83-86). Cuatro años después, y de nuevo en la capital serbia convertida en talismán, los pupilos de Pablo Laso pelearán por la Undécima contra el Anadolu Efes después de tumbar a su eterno rival con Fabien Causeur y Guerschon Yabusele como máximos anotadores, cada uno con 18 puntos. Por su parte, el equipo culé vuelve a tropezar en el momento de la verdad y deberá seguir esperando para reabrir sus vitrinas en Europa.
Y eso que apenas 52 segundos tardó el Real Madrid en pisar el primer charco. Nigel Williams-Goss apoyó mal y su tobillo se retorció con fuerza. Fuera del partido. Imposible empezar peor una Final Four. Rápidamente compareció Sergio Llull, aunque fue Guerschon Yabusele quien lanzó a los suyos en el arranque de la semifinal. El francés metió los ocho primeros puntos de su equipo y permitió a su equipo soñar de inicio (2-8). Tavares taponaba con fuerza la primera escaramuza de Laprovittola.
Jasikevicius se entregó una de sus misiones fundamentales e ineludibles cuando se mide al Real Madrid: alejar a Tavares del aro. Se encargó Brandon Davies con varios lanzamientos de lanza distancia, con ese estilo suyo, lento y eficaz a un tiempo. La reacción del Barça cristalizaba con rapidez y un triple de Mirotic tras feroz rebote ofensivo de Smits lo ponía por delante. Tablas al final del primer cuarto (19-19) bajo intensos cánticos de ánimo al… Olympiacos. Cosas de una Final Four.
Volvieron a estirarse los chicos de Laso con el inicio del segundo periodo (20-25). Rudy Fernández anotó un triple, echó la cabeza atrás y lanzó un dedo al cielo señalando a Rodolfo padre, fallecido la semana pasada. Va por ti, papá. Jasikevicius pidió tregua al instante. No quería ni un despiste. Los azulgrana entendieron el mensaje y apretaron las tuercas en defensa al tiempo que Davies firmaba tremendo mate en la cara de Poirier. El Barça otra vez arriba, pero dentro de un orden (34-33). Hasta que llegaron los tres minutos previos al descanso, fatídicos par el Real Madrid.
El Madrid resurge a lo grande
Ocurrió lo más temido por los blancos: conectaron los Nicos. Siendo puristas, Nico y Niko, Laprovittola y Mirotic. El argentino llegaba embalado a Belgrado y empezó a cocinar sus piruetas habituales. Laso paró el partido y no creerán lo que ocurrió después. Lo contamos sin necesidad de hacer click: Mirotic robó la pelota y anotó al contraataque. En un pistas, los culés firmaron un parcial de 11-1 ante un triunfo que se desangraba desde el perímetro (3/14 en triples). No bastaba la fe de Gaby Deck ni la rabia de Laso, que se jugó una técnica por celebrar irónicamente una falta pitada a Kuric sobre Rudy. El Madrid notaba el hielo resquebrajándose bajo sus pies y tocaba espabilar en vestuarios si no quería que se rompiera del todo (45-34).
Laso colgó el cartel de ‘Se buscan voluntarios’ y lo arrancó del corcho Alberto Abalde con siete puntos seguidos que reanimaron al Real Madrid (49-43, min.23). Volvía la luz hasta que Mirotic la eclipsaba de nuevo con otro triple. Qué manera de estrenar sus nuevos galones de MVP. Subido a su chepa, el Barça otra vez por encima de la barrera psicológica de la decena (54-43) y amenazando con soltar el mandoble definitivo a la semifinal.
Pero hay dos máximas muy claras en el deporte: nadie gana solo y el Madrid nunca se rinde. Mirotic se fue al banquillo y los blancos apretaron de lo lindo en defensa. Y en labores ofensivas encontraron a Tavares, se reencontraron con Yabusele, brotó Causeur a lo bestia y Llull se sumó a la fiesta con el triple que volteó el partido antes del último cuarto. Cuando el cuchillo rozaba su cuello y amenazaba con brotar la sangre, puñetazo de los gordos y espectacular parcial de 2-19. Ventaja blanca entrados ya en los 10 últimos minutos (56-62).
Causeur, Yabusele y una montaña rusa
Pesadillas en el bando culé. Muchos fantasmas acumulados de anteriores Final Four. Llamando a la puerta. Susurrando por la cerradura. Ya estamos aquí. ¿Irían vestidos de blanco? Llull fresco como una lechuga, irrumpiendo como en los viejos tiempos, y a los de azulgrana temblándoles la muñeca de forma cada vez más alarmante. El Real Madrid mantenía el partido agarrado por la solapa y era quien blandía ahora el acero (61-68, min. 35).
Mirotic volvía a tirar de los suyos y Yabusele respondía con su cuarto triple de la noche. Desde ahí acertaba también dos veces seguidas Laprovittola, muy necesitado por su equipo, para poner el partido en un puño a falta ya de apenas tres minutos. El gran Clásico de Belgrado se encaminaba a un final infartante que Mirotic garantizaba con rebote ofensivo tras tiro libre fallado por Davies y posterior anotación. Quedaban 2:43 y empezaba un nuevo encuentro, el definitivo (75-75).
Volvió a emerger entonces la figura de Causeur en su pabellón favorito. Decisivo en la final de 2018, el galo encadenó un triple, un robo a Laprovittola y un contraataque anotado. De repente, el Madrid acariciaba de nuevo la final (75-80), pero contestaron Calathes con una bombita y Davies culminando una contra. De aquí no se mueve nadie. Los blancos un punto arriba con 1:18 por jugar (79-80). Calathes se la quita a Poirier y el galo se rehace taponando a Lapro en la siguiente jugada. Balón para Llull. El balear vuelve a percutir y anota a tabla.
El Madrid tres arriba, 21 segundos y pelota para el Barça, obligado a anotar de tres si no quiere que los fantasmas se lo vuelvan a tragar, pero Saras diseña una jugada rápida para que Abrines anote de media distancia a falta de 16 segundos (81-82). Falta rápida de Mirotic y Hanga a la línea de tiros libres. Anota ambos. En vez de ir al triple, el Barça insiste bajo el aro y acierta Exum a la segunda. Pero el tiempo se está acabando, solo quedan 5,3 segundos. Ahora es Llull quien acude al tiro libre. Falla el segundo, pero Yabusele captura el rebote decisivo y recibe falta. ¡Qué agonía! Mete uno. Suficiente. El Madrid es finalista.