Soy jugador profesional de pádel y ésto es lo que gano por competir: las cifras te van a dejar sin palabras

Jugar al pádel profesional suena emocionante, puede parecer glamuroso incluso. Viajes por el mundo, competiciones en estadios llenos, flashes, entrevistas… pero la realidad para la mayoría de los jugadores es muy distinta. Andrés Fernández Lancha, número 87 del ranking FIP, lo dejó claro hace unos días al publicar en sus redes sociales cuánto le costó jugar dos torneos sudamericanos del circuito Premier Padel: el P2 de Asunción (Paraguay) y el P1 de Buenos Aires (Argentina). La cifra final no es apta para cardíacos: casi 2.900 euros en gastos para acabar ganando solo unos 260 euros limpios. Un saldo que pone sobre la mesa lo difícil que es ganarse la vida en este deporte si no estás entre los primeros del mundo.

Andrés Fernández Lancha detalló cada euro que se gastó en el viaje, y lo hizo sin tapujos. Sólo en vuelos se fue buena parte del presupuesto: 518 euros de Madrid a Asunción, 242 de Asunción a Buenos Aires, y la vuelta a casa desde Argentina costó nada menos que 1.140 euros. A eso hay que sumarle el alojamiento, que no cubre la organización si juegas la previa: 200 euros en Paraguay y 106 en Buenos Aires. El resto se va en comida (casi 200 euros) y en gastos varios como traslados internos, internet, entrenador o fisio, que sumaron más de 400 euros. En total, 2.834 euros para poder competir durante dos semanas en Sudamérica.

Y la pregunta es, ¿merece la pena? Porque aunque Lancha y su compañero lograron meterse en cuadro principal en los dos torneos, los premios no dan para mucho. Entre ambos campeonatos se embolsaron unos 3.094 euros brutos. Pero al descontar gastos, la diferencia es mínima, apenas 260 euros de ganancia… y eso sin contar impuestos. Es decir, dos semanas de competición al más alto nivel, lejos de casa, con presión constante y mucho esfuerzo físico, para terminar prácticamente en cero.

Cuánto gana un jugador de pádel profesional

Este caso no es una excepción. Muchos jugadores fuera del top 30 viven situaciones similares. Competir a nivel profesional en pádel implica una inversión económica enorme que solo se compensa si se ganan muchos partidos o si cuentas con buenos patrocinadores. Y eso no siempre es fácil. Hay jugadores que incluso terminan perdiendo dinero por ir a competir, especialmente si caen en la fase previa.

El contraste con las grandes estrellas del pádel es brutal. Mientras los top del ranking cobran cifras muy altas y tienen cubiertos casi todos los gastos, quienes están más abajo deben costearse todo de su bolsillo. Es una realidad poco conocida fuera del circuito, pero que afecta a la mayoría de jugadores profesionales. Muchos jóvenes con talento terminan abandonando por no poder afrontar el ritmo económico que exige el circuito internacional, dependiendo mayormente de los patrocinadores, que obviamente intentan captar a los mejores del circuito, de ahí que sea complicado para el resto.

En resumen, el caso de Andrés Fernández Lancha sirve para abrir los ojos y dejar claro que no todo lo que brilla es oro en el pádel profesional. Detrás de cada partido, cada viaje y cada victoria, hay muchas horas de esfuerzo… y muchos euros invertidos. Si el deporte quiere seguir creciendo y profesionalizándose, tendrá que encontrar fórmulas para apoyar a los que están luchando por hacerse un hueco en la élite. Porque si el futuro depende solo del bolsillo, se corre el riesgo de dejar fuera a grandes talentos que no pueden permitirse seguir compitiendo.