Laporta aprueba el crédito de 525 millones y esquiva la votación de la Superliga

Había mucho que tratar durante la Asamblea de Compromisarios del Fútbol Club Barcelona. Todo lo sucedido la pasada temporada, con la destitución de Josep María Bartomeu y su Junta y las posteriores elecciones generó un desfase en el club. Había mucho que tratar, desde los presupuestos de la temporada 19/20 y 20/21 a la aprobación de la inyección económica con un crédito de más de 500 millones de euros. Ratificar a los diferentes directivos y también la cuestión de la Superliga. Había mucha tela que cortar, la tarde sería larga. En total, fueron al acto más de 700 compromisarios.

El primer escollo a solventar fueron las cuentas de la temporada 19/20, donde intervino Jordi Moix, ex vicepresidente económico blaugrana, para desarrollar y explicar el porqué de las cuentas de ese ejercicio, que cifran las pérdidas en 97 millones de euros. Durante su intervención recibió pitos por parte de algunos de los compromisarios, algo que obligó a Joan Laporta y Josep Cubells a intervenir para pedir «respeto».

«El impacto de la pandemia provocó una pérdidas de ingresos de 1.600 millones de euros en las principales ligas europeas. El presupuesto que aprobamos hace dos años superaba los 1.000 millones de ingresos y buscábamos generar unos 11 millones de beneficios, pero con el Covid-19 sufrimos unas pérdidas de 100 millones», explicaba el ex directivo, que recalcaba lo siguiente: «Los cuatro últimos años teníamos la masa salarial entre el 60-70%, pero con la bajada de ingresos estamos en el punto límite de lo aconsejable. En el balance hay 1.474 millones de activos y otros 1.474 de pasivo. La situación de la deuda bruta es de 820 millones, pero nos debían unos 300 millones y la deuda neta es de 498 millones. Si no fuera por la pandemia tendríamos una deuda neta de unos 220 millones».

Laporta defendió ante los compromisarios la aprobación de estas cuentas, necesarias para continuar: «Tenemos que aprobar las cuentas de la temporada 2019/20 porque se podrían dar una serie de irregularidades si no se votan. Los formuló la anterior junta, han estado auditados favorablemente, sin salvedades ni excepciones y no hay ningún informe que detecte falsedades». Finalmente, la Asamblea aprobó la liquidación económica de este ejercicio: 616 a favor, 67 en contra y 68 en blanco.

El siguiente punto del día era el informe y aprobación del presupuesto del ejercicio económico correspondiente a la temporada 2020/2021. En este caso, de nuevo intervino Jordi Moix, que defendió que preveían que podría acudir público al Camp Nou en febrero y que los ingresos serían de 855 millones de euros, algo muy lejano a la realidad: «No hemos podido tener gente. Los resultados de este año no serán positivos, serán negativos. No hemos cumplido con la expectativa que teníamos en el mes de octubre. Es el peor año y seguro que podremos hacer frente a la recuperación económica».

Joan Laporta reconoció que los datos aún están por definir ya que la auditoría en la que trabajan no concluirá hasta mediados de julio: «Esto es por la pandemia que hemos vivido. No se pudieron aprobar las cuentas. Nosotros no hacemos la ley. Primero hay que aceptar las cuentas y después el presupuesto. Ha habido algunas desviaciones, todos pensábamos que volveríamos al Estadi. LaLiga tiene que emitir su dictamen para dar cumplimiento a todos los requisitos legales».

«Votaremos a favor del presupuesto. A mediados de julio acabará la auditoría y podremos presentar nuestras conclusiones», recalcaba Laporta, que recomendó la aprobación de este punto del día, como así sucedió: 578 votos a favor, 71 votos en contra y 94 votos en blanco.

«Es una evidencia que la temporada 2019/20 no fue buena, pero quiero decir que hoy concluye una etapa que ha tenido demasiadas sombras y hecho que no tendrían que haber sucedido», destacaba Joan Laporta a modo de resumen de lo sucedido hasta el momento, abriendo un nuevo camino: «Hoy empieza una etapa esplendorosa de la historia del Barça. Todos queremos al Barça en profundidad y queremos que vuelva la alegría al barcelonismo, que vengan tiempos mejores. Nos elegisteis por devolver al Barça a lo más alto. Tenemos un plan que ya estamos ejecutando. Llevamos tres meses y cada vez más sabemos las decisiones a tomar para que sea lo mejor para el club».

Fue el vicepresidente económico Eduard Romeu el encargado de explicar la fórmula de refinanciación de la entidad, que ha logrado que Goldman Sachs les apruebe un préstamo de 525 millones de euros. «La junta directiva ha estado trabajando para determinar la situación financiera del club y definir el plan de negocio con el objetivo de mejorar la situación económica», explicaba y concretaba: «Pasamos de una deuda financiera neta en junio de 2018 de 159 millones de euros hasta los 673 millones de euros en marzo de 2021. Sumando el impacto del Covid nos dan un extra de 492 millones. Hasta que no cerremos las auditorías no podemos definirlo. 161 millones en sueldos aplazados a los jugadores, 38 millones con los socios que pagaron los abonos…».

Sobre el coste del crédito, puntualizó que tiene un interés máximo del 3% y que tienen para pagarlo 15 años: «Lo primero que haremos será reestructurar la deuda. Hemos incumplido los condicionantes que los inversores nos habían impuesto. Nos tiene que dar la capacidad para tener oxígeno y poder pasar estos dos años con la tranquilidad necesaria y siendo competitivos».

Superliga Europea

La Superliga Europea fue el último punto del día. Joan Laporta, una vez más, defendió el plan de la Superliga y la implicación del club dada la solución que supone para los problemas económicos de muchos de los grandes clubes. «La Superliga llegaba en un momento en el que todos los clubes pasaban por problemas económicos. Representaba un mínimo de 700 millones por temporada más variables. No queríamos repetir el error que tuvimos cuando no entramos en la Copa de Europa. Otro motivo es que el proyecto aseguraba la sostenibilidad de los clubes», esgrimía el presidente.

«El proyecto sigue vivo», anunciaba Laporta, que radiografió cómo se fueron cayendo los clubes primarios ante las presiones de la UEFA: «Hay un tribunal que dicta que la UEFA no puede hacer acciones contra la Superliga. La UEFA no hizo caso y lanzó amenazas y presiones. Hay dos clubs que abandonan unilateralmente y la UEFA continuó presionando. Los otros clubes ingleses también abandonan. La presión de la UEFA, diciendo que no podrán jugar la Champions, resulta con que Atlético, Inter y Milan decidan abandonar. Hemos seguido intentando el diálogo con la UEFA. Para organizar una competición no pediremos perdón. No pediremos perdón por querer ser dueños de nuestro destino».

Laporta manifestó que tienden la mano a la UEFA y niega que la competición acabe con las ligas domésticas: «Invitamos a la UEFA y a las ligas a mantener un diálogo. La Superliga no acaba con las ligas domésticas. El discurso ha sido muy demagógico. La Superliga es mucho más solidaria que la de la UEFA. La UEFA destina 180 millones, pero con la Superliga destinamos 400 millones como solidaridad. El formato de competición será mucho más interesante y atractivo».

Pese a que estaba previsto la votación sobre la Superliga y qué decisión toman los compromisarios, no se ha votado en ningún momento nada. Varios socios han pedido que se dé un referéndum para decidir esto, ya que son muchos los socios que no están presentes en esta Asamblea que carecerían de poder de decisión. En palabras de Laporta, el motivo real es que la competición actualmente carece de «formato», aunque ya aseveró que está muy viva la competición.