Un genial Pogacar tira a Nairo del podio y Roglic ya es virtual ganador de la Vuelta

Primoz Roglic se subirá a lo más alto del podio en Madrid pero el mundo del ciclismo ha visto nacer a una estrella en esta Vuelta a España. Recuerden su nombre: se llama Tadej, se apellida Pogacar y está llamado a escribir grandes páginas en los libros de historia de este deporte. El esloveno de 20 años dio un recital como los que hacía tiempo que no se veían y se llevó la última gran etapa de la Vuelta, su tercera en las últimas tres semanas. Esto le valió para sacar a Nario del podio y ascender de la quinta posición a la tercera. Un gesta.

De Pogacar hablaremos más tarde porque la epopeya de Primoz Roglic merece su espacio. El esloveno se subió a la bici en la mañana del sábado con el título más grande de su vida en el bolsillo, pero por todos es sabido que en esto del ciclismo puedes perderlo todo en cuestión de minutos. Se vive con el tío del mazo en el cogote. Y esa era la esperanza de Valverde y Supermán para destronar al rey de estas últimas tres semanas. Porque en una decimonovena etapa de cinco puertos, con lluvia y viento puede pasar cualquier cosa.

Y eso se vio el viernes, donde hubo sustos y zozobra. La maniobra del Movistar fue tendencia en el punto de control mañanero y se intuía la guerra en los últimos kilómetros de una Vuelta a España donde Roglic ha demostrado ser el más fuerte. Sólo tenía que salvar una diferencia de más de dos minutos con Valverde. Esto sería asequible en cualquier deporte, pero en ciclismo no. Y por ello Astana, con la esperanza de una heroicidad de Supermán, movió al pelotón desde el principio soñando con que las piernas del maillot rojo colapsaran por primera vez en la ronda española.

Eso se iba a comprobar en Peña Negra, el puerto más duro del día. Y así sucedió: a más de 40 para la meta, Miguel Ángel López intentó la epopeya con un cambios de ritmo duro y contante que aguantó Roglic, Valverde y Nario sin problema. Aún quedaba un mundo pero el colombiano tenía prisa. Los cuatro minutos que debía en la general merecían poner un punto de locura a la cabeza. El primer ataque al líder acabó siendo en vano pero las cartas ya estaban puestas sobre la mesa. Al esloveno le iban a caer por todos los lados.

Recital de Pogacar: del quinto puesto, al tercero

Pogacar, que ha hecho una carrera de matrícula a sus 20 años, fue el segundo en mover el avispero y acto seguido fue Valverde el que mostró sus cartas. La ofensiva del campeón del mundo cesó pronto (por culpa del equipo Bora frenó sus intenciones) pero el esloveno, que inició al etapa a casi cinco del líder, cada vez abría más distancia entre los favoritos. Su ataque estaba siendo mortal. Olé por él y su actuación en la primera gran carrera de su vida. Ni que decir tiene que en sus piernas hay varias grandes si todo sigue su curso natural.

Tal estaba siendo su gesta que coronó a minuto y medio de Roglic. A falta de 30 kilómetros superaba a Quintana en el tercer escalón del podio e incluso amenazaba el segundo puesto de Valverde. Mientras Pogacar seguía en busca de lo imposible, Fuglsang movía a Roglic y compañía dentro de un grupo donde las piernas flojeaban. Y de eso se aprovechó el esloveno de 20 años que tenía su tercera victoria en la Vuelta en el bolsillo.

Antes de que Pogacar entrar primero en meta, Valverde realizó una ofensiva pero ya no para ganar, si no para asegurarse el segundo puesto que peligraba ante la exhibición de ciclista de Emirates. Finalmente, el campeón del mundo acabó manteniendo su segundo puesto en el podio y Nairo cayéndose del mismo. En Madrid se coronará con todo merecimiento un excepcional Roglic. Honores a Eslovenia.