Las exigencias deportivas de Lamine en su nuevo contrato: tirar faltas, penaltis, Balón de Oro…

Lamine Yamal ha firmado la renovación de su contrato con el FC Barcelona hasta el año 2031, una operación considerada estratégica por parte del club blaugrana, tanto por su valor deportivo como por su proyección mediática. A sus 17 años —cumplirá 18 el próximo 13 de julio—, el joven extremo no sólo ha demostrado un talento precoz sobre el césped, sino también una sorprendente madurez fuera de él, tanto que ha dejado constancia con la redacción de su contrato, repleto de exigencias deportivas para plasmar su firma…

El Barça es muy consciente del potencial de Lamine, de ahí su fe en la renovación y las términos que ha ido aceptando, uno a uno. El jovencísimo jugador ha dejado claras también sus aspiraciones en el plano futbolístico con una serie de exigencias deportivas incluidas o asociadas a su nuevo contrato que están despertando bastante revuelo y que, a más de uno, no gustará nada en el vestuario blaugrana, desestabilizándolo.

El canterano fue sin duda uno de los jugadores más desequilibrantes del Barça este año y considera que su crecimiento pasa por tener mayor protagonismo en las decisiones clave del juego. En este sentido, ha solicitado directamente y por contrato entrar en la rotación de lanzadores de faltas y penaltis, compartiendo responsabilidades con referentes como Robert Lewandowski, Raphinha o Ferran Torres, hasta ahora primeras espadas en estas responsabilidades.

En lo que respecta a los lanzamientos a balón parado, actualmente el primer ejecutor de penaltis es Lewandowski, seguido por Raphinha. Dani Olmo y Ferran Torres también han aportado desde los 11 metros esta temporada y Lamine quiere formar parte activa de este grupo, convencido de que su precisión puede ser clave en momentos importantes.

Su petición está respaldada por su técnica de disparo, su potencia y la confianza que ha ganado a lo largo de un curso en el que ha destacado en partidos importantes, motivo por el que entiende que puede aportar aún más si dispone también de más minutos, especialmente en los tramos finales de los partidos, cuando las defensas están más desgastadas y sus cualidades técnicas pueden marcar aún más diferencias. Lamine quiere jugarlo todo, pide más minutos y no ser siempre uno de los sustituidos.

Otro de los elementos que refleja la ambición del jugador es la inclusión de una cláusula de bonificación en su nuevo contrato por cada Balón de Oro que pueda ganar. Aunque se trata de un objetivo a largo plazo, esta cláusula evidencia la convicción de Lamine y de su entorno sobre su proyección como futuro referente mundial. De hecho, este mismo año ya aparece en las quinielas de posibles ganadores.

Por otro lado, el club ha mantenido la cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, blindaje ya establecido en su anterior contrato firmado en septiembre de 2023, un seguro antijeques que busca evitar el interés de grandes potencias económicas como el Paris Saint Germain, que ya había preguntado por él según reconoció el propio Deco, o el Manchester City.

Mucho se está hablando estos días de los números del contrato de Lamine Yamal con el Barça, los cuáles no han trascendido de forma oficial pero que está generando mucha especulación, sobre todo tras la publicación en redes del padre del joven, Mounir Nasraoui, con un foto con su hijo donde se puede leer «19,3», supuestamente, los millones anuales que percibirá Lamine.