La influencia de la contaminación del suelo en la seguridad alimentaria

El suelo es un recurso fundamental para la salud de todos los seres vivos, cuya pérdida o degradación no puede recuperarse en el transcurso de una vida humana. Actualmente, la contaminación del suelo representa una gran amenaza para la seguridad alimentaria y el futuro sostenible. Las malas condiciones del suelo no sólo afectan el agua y los alimentos, sino también el aire, por lo que tienen un gran impacto en la salud.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que la contaminación de los suelos puede comprometer la seguridad alimentaria de la población mundial, porque los suelos sostienen todos los cultivos de frutas, verduras y hortalizas. De hecho, el 95% de los alimentos se producen directa o indirectamente del suelo.

Los metales y los pesticidas

Uno de los principales problemas relacionados con la contaminación del suelo es la presencia de metales pesados, como el plomo, el cadmio y el mercurio. Estos metales pueden acumularse en los cultivos a lo largo del tiempo y llegar a niveles que son perjudiciales para la salud humana. El plomo, por ejemplo, puede causar daños en el sistema nervioso, el riñón y el hígado, mientras que el cadmio puede ser cancerígeno y afectar el sistema respiratorio. Por su parte, el mercurio es neurotóxico y puede causar daños en el desarrollo cognitivo de los niños.

Además de los metales pesados, la contaminación del suelo también puede estar relacionada con la presencia de pesticidas y productos químicos utilizados en la agricultura. Estas sustancias pueden contaminar los cultivos y afectar la calidad de los alimentos, aumentando el riesgo de problemas de salud como alergias, enfermedades respiratorias y cáncer.

¿Qué es la contaminación del suelo?

La contaminación del suelo se produce cuando existe una gran concentración de contaminantes en la superficie debido al uso de fármacos, plaguicidas y fertilizantes que son comunes en actividades como la ganadería y la agricultura intensivas. Los suelos también pueden verse afectados por el uso de metales pesados y otras sustancias químicas de origen natural o antropogénico.

Actualmente, la contaminación del suelo supone una gran amenaza para la salud en países de Europa, Eurasia, Asia y África del Norte. En esas zonas la biodiversidad del suelo se ha visto mermada al punto de poner en riesgo la salud de sus habitantes, principalmente por la alimentación.

La (FAO) asegura que la degradación intensa o moderada está afectando a un tercio del suelo en todo el mundo. Junto a ello, su recuperación es tan lenta que han de transcurrir por lo menos 1.000 años para crear unos pocos centímetros de capa arable superficial.

¿Cuáles son los principales efectos de la contaminación del suelo?

La contaminación del suelo genera una reacción en cadena, pues al alterar la biodiversidad del suelo la materia orgánica se ve mermada, al igual que su capacidad para actuar como filtro. Puesto que el agua almacenada en el suelo y subsuelo también se contamina, se produce un desequilibrio de los nutrientes que afecta la calidad de los alimentos cultivados.

La FAO señala como principales causas antropogénicas de la contaminación del suelo a las actividades humana como, la industria, la minería, la agricultura, la ganadería, la actividad militar, la gestión de desechos (incluyendo la basura tecnológica) las aguas residuales y la construcción de infraestructuras urbanas y de transportes.

En cuanto a los contaminantes del suelo más comunes, destacan los metales pesados, los contaminantes orgánicos persistentes y los contaminantes emergentes, como lo son los productos farmacéuticos y de cuidado personal.

¿Cómo influye la contaminación del suelo en la alimentación?

La contaminación del suelo tiene un impacto notable en la alimentación. Las prácticas agrícolas que son insostenibles, reducen la materia orgánica del suelo y propician la transferencia de contaminantes a la cadena alimentaria. En efecto, el suelo contaminado puede liberar componentes contaminantes en el agua del subsuelo que más tarde se acumulan en las plantas y alimentos, pasando a los animales que pastan, las aves y por último a los humanos.

Los contaminantes presentes en el suelo, las aguas subterráneas y en la cadena alimentaria pueden dar origen a diversas enfermedades y causar un gran nivel de mortalidad en la población, desde intoxicaciones alimentarias y diarrea, hasta enfermedades crónicas, como el cáncer.

La contaminación del suelo afecta a la seguridad alimentaria en la medida en que disminuye la cantidad y la calidad de las cosechas. Los alimentos inocuos, nutritivos y de buena calidad solo se pueden producir si los suelos se mantienen sanos. De lo contrario, resulta imposible producir las cantidades suficientes de alimentos para abastecer a toda la población mundial.

¿Qué se puede hacer?

Para abordar el problema de la contaminación del suelo y garantizar la seguridad alimentaria, es necesario tomar medidas a nivel global, nacional y local. Algunas de las acciones que se pueden llevar a cabo incluyen:

• Promover prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos.
• Implementar programas de monitoreo de la calidad del suelo para identificar y remediar áreas contaminadas.
• Fomentar el uso de técnicas de remediación del suelo, como la bio-remediación y la fitorremediación, que utilizan plantas y microorganismos para limpiar los suelos contaminados.
• Educar a los agricultores, consumidores y otros actores involucrados en la cadena alimentaria sobre los riesgos de la contaminación del suelo y las prácticas agrícolas seguras.
• Fomentar la investigación y el desarrollo de tecnologías limpias y sostenibles para la producción de alimentos.

La colaboración entre gobiernos, comunidades, agricultores y consumidores es fundamental para abordar este desafío y construir un sistema alimentario más sostenible y resiliente.

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