Adiós a la que fue la oficina más emblemática de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares, Sa Nostra

La que fue la oficina más emblemática de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares Sa Nostra ha cerrado definitivamente sus puertas. Es la oficina que albergaba el casal diseñado por el arquitecto Gaspar Bennàssar junto a la Plaza de San Francisco, y más concretamente en la calle Ramon Llull. Un edificio con numerosos detalles de influencia modernista en su fachada que fue construido entre los años 1904 y 1906 . Durante décadas fue  la sede central de Sa Nostra.

Ahora, la oficina pertenecía a CaixaBank y se cierra como consecuencia del proceso de reordenación emprendido por la la entidad financiera nacida de la fusión entre Bancaixa y Bankia.

La historia del edificio de la Calle Ramon Llull va ligada en gran parte a la creación de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Baleares, una entidad que nació el 18 de marzo de 1882. Ese día, un grupo de mallorquines se reunió ante notario para consignar el primer fondo destinado a fundar la que iba a ser la entidad bancaria más emblemática de las Islas Baleares. Pusieron 44.600 pesetas, lo que hoy serían 268 euros.

Inicialmente alquilaron un local en el centro de Palma por 50 pesetas mensuales y montaron allí la primera oficina de una institución que nació con un objetivo de marcado acento social: ejercer de contrapeso de la usura, ser la caja de todos. El primer ejercicio se cerró con 455 clientes y un beneficio de 47 pesetas: ni siquiera el coste equivalente a una mensualidad del local. Su primer director no cobró nada durante años.

128 años después, en 2010, Sa Nostra, que había llegado a acumular activos por valor de 14.500 millones de euros y en la que trabajaban 1.600 empleados, empezó a desintegrarse. Lastrada por su situación económica y su deficiente gestión, arrastrada por el colapso del ladrillo e inmersa en la espiral colectiva de la mayoría de cajas de ahorros de España, tuvo que ser rescatada por el Estado e integrada en Banco Mare Nostrum (BMN), un banco surgido de la fusión de cajas en caída libre, acabando finalmente bajo el paraguas de Bankia.

Durante todo este proceso de transformación , Sa Nostra fue desprendiéndose de todo su patrimonio. En 2016 vendió el casal de la Fundación Sa Nostra, en la calle Concepción de Palma, para después alquilarlo a los nuevos propietarios. Anteriormente ya se deshizo de su sede central en la calle Ramon Llull aunque mantuvo una oficina en la planta baja del casal, la que ahora ha cerrado CaixaBank. También vendió la finca destinada a la experimentación agraria Sa Canova e intentó, primero vender y después hipotecar, la residencia de Can Tàpara.

Ahora CaixaBank está en pleno proceso de cierre de oficinas. Este mes cerrará o ya ha cerrado cinco de sus oficinas en Ibiza. Dos de estas sucursales corresponden a Vila, a las zonas de Ses Figueretes e Isidoro Macabich, además de las oficinas de Jesús y Puig d’en Valls y una de Sant Jordi.

Recientemente ha cerrado  ocho oficinas en Menorca en todos los municipios de la Isla, salvo en Ferreries y Ciutadella. Se trata de cinco oficinas que albergaban dependencias de Bankia y otras tres de Caixabank.

Protestas

En Mallorca, hay un goteo constante de cierre de oficinas y la última es la del histórico casal de la Calle Ramon Llull. Hace una semana cerró una de sus dos oficinas de Sa Cabaneta, en Marratxí. El centro histórico del pueblo se ha quedado así sin ninguna sucursal bancaria.

Esta tarde los trabajadores de CaixaBank se concentrarán frente a la sede de la entidad en Palma para protestar por la situación actual de la plantilla, que han calificado de «insostenible».

Según ha informado CCOO, se trata de una protesta a la que se suman otras 11 ciudades españolas, como Barcelona, Bilbao, Burgos, Las Palmas, Madrid, Murcia, Pamplona, Sevilla, Tenerife, Toledo y Valencia. En el caso de Palma, la concentración será en la Avenida Alexandre Roselló, 40.

El sindicato ha explicado que el motivo de la concentración se debe al «nivel de tensión comercial extremo y déficit de plantilla tras las salidas del Expediente de Regulación de Empleo (ERE)», lo que les hace estar «de nuevo en el punto de mira de la opinión pública y con la plantilla dando la cara ante clientes por decisiones que toma la dirección del banco».