Instagram: Verdeliss sale con sus 7 hijos a la calle sin mascarilla ni guantes

Verdeliss ha tenido que dar muchas explicaciones al salir de su casa con sus hijos este domingo. La influencer como todas las madres, estaba deseando poder decirles a sus hijos que había llegado el momento de salir a la calle. Como bien relata en el post fue un momento muy emocionante que quiso inmortalizar con unas fotografías que han dado mucho de qué hablar. Sus 7 hijos salieron a la vez, si son un máximo de 3 niños por adulto, según la normativa, no deberían haber salido.

Las criticas a Verdeliss por salir a la calle con sus hijos

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Esa ilusión al cruzar la puerta, esos ojitos observando naturaleza como si fuese la primera vez, esa sonrisita tímida al estirar sus pasos más allá de un pasillo…y volver a valorar la libertad 💚 Disfrutadla hijos míos, os la habéis ganado. . #DesconfinamientoNiños #Verdeliss #Cuarentena

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La propia influencer al ver los ataques personales que le empezaron a realizar en su Instagram, ha tenido que salir a dar la cara. Sus hijos no llevaban mascarillas ni guantes porque no son obligatorias. Al aire libre no es necesario llevarlas, solo se recomienda su uso en espacios cerrados con más gente, por el riesgo de contagio.

Además, Verdeliss afirma que prefiere que las mascarillas las utilicen personas que realmente las necesitan. Colectivos más vulnerables o profesionales que deban emplear este material de forma totalmente necesaria. De esta manera acaba con una de las polémicas, pero no es la única. En la foto aparece toda la familia, sus seguidores cuestionan si cumple o no con la normativa.

Si son dos adultos, solo podrían salir con 6 de sus hijos y no con los 7. Verdeliss intenta responder de forma educada sin entrar a debatir. Es consciente de que es un personaje público y por ese motivo está permanentemente en el ojo del huracán. Pese a las críticas, también se encuentra algún mensaje de apoyo. Padres y madres de grandes familias que entienden lo que supone salir a la calle después de más de 40 días encerrados, las emociones se plasmaban en las caras de los pequeños, que con o sin mascarilla, podían volver a salir.