Qué son las alergias de invierno y qué factores las aumentan

Durante los meses invernales, el tiempo húmedo favorece el crecimiento de los hongos provocando alergias de tipo respiratorias, conocidas comúnmente como alergias de invierno. Los síntomas son, según Muy Saludable, los mismos que los de cualquier rinitis o rinoconjuntivitis alérgica: hinchazón y picor de nariz, ojos y garganta, congestión nasal, rinorrea (secreción nasal abundante), estornudos, tos…

Las esporas en el interior de las viviendas proceden, en su mayoría, del exterior, pero también de posibles focos de crecimiento interior. Por ello, hay que prestar especial atención a las zonas de la vivienda que son propicias al crecimiento de moho y humedad, pues son posibles focos que favorecen la aparición de reacciones alérgicas durante los meses de invierno.

Por otra parte, al contrario de lo que suele creerse, el polen también está presente en invierno, y no solo en primavera. En enero, febrero y a principios de marzo se producen más alergias de invierno provocadas por los pólenes de cupresáceas, como cipreses y arizónicas, típicos setos de jardín. El aumento de estas plantas en hogares y parques hace que el número de afectados por la alergia durante el invierno vaya en aumento.

Como exponen QuirónSalud y la Conferencia Nacional De Estudiantes de Institutos Públicos (CONADIEP), los tipos de polen con mayor presencia en invierno son el de ciprés y el del olmo:

● Polen de ciprés. Se trata, con diferencia, del polen más abundante en invierno, ya que el ciprés es un árbol muy presente en zonas rurales y urbanas. Además, su polinización puede extenderse durante varias semanas a lo largo del invierno, concentrándose sobre todo en el mes de febrero.

● Polen de olmo. El olmo (género Ulmus) no es un árbol tan común en pueblos y ciudades como el ciprés, pero las personas que son sensibles a él y viven en una zona donde nace con abundancia este árbol, notarán sus efectos durante una o dos semanas en invierno (finales de enero – principios de febrero), que es cuando poliniza esta planta.
Además, aunque no son propios de la estación invernal, algunas plantas de floración primaveral pueden comenzar a polinizar durante las últimas semanas del invierno como ocurre con las urticáceas (en España los géneros más importantes de urticáceas, desde el punto de vista alergológico, son la Ortiga y la Parietaria), el pino y el plátano de sombra. Por ello, algunas personas también notarán los efectos de la alergia, que pueden alargarse durante algunas semanas de la primavera.

Hay que añadir que, durante el invierno, pasamos más tiempo en interiores y ventilamos menos nuestras estancias. Además, se suman otros aspectos relacionados con nuestras costumbres:

● Usamos más mantas, colchas y alfombras, por lo que estamos más en contacto con los ácaros que se acumulan en estas superficies.

● Las calefacciones y los interiores húmedos favorecen el crecimiento tanto de ácaros como de mohos.

● Pasamos más tiempo con nuestras mascotas en interior, por lo que estamos más en contacto con su pelo o piel.

Por ello, y según explica Zyrtec, los principales causantes de alergias en interiores, especialmente durante el invierno, son la caspa de las mascotas, el moho y los ácaros de polvo.

● La caspa de las mascotas y las proteínas de las células de la piel pueden causar una reacción alérgica en cualquier época del año, pero especialmente cuando pasamos más tiempo en interiores.

● Las esporas de moho son una causa común de alergias de invierno en interiores y exteriores. Estos hongos son como el equivalente al polen de invierno. Las esporas de moho flotan en el aire, lo que puede irritar los ojos y la garganta.

● Los ácaros del polvo, que viven en escamas de piel y caspa, se pueden encontrar en todas partes, como en el sofá, la cama y las alfombras. Les gustan especialmente los ambientes cálidos y húmedos.

Niveles elevados

La falta de lluvias, sumada a las altas temperaturas, son los factores clave que están generando que este 2022 los niveles de alegría estén disparados. Si bien es cierto que las precipitaciones son fundamentales para el crecimiento y desarrollo de las plantas y, por tanto, de su polinización, hay que tener en cuenta que la carencia de precipitaciones incrementa los niveles de alergia, ya que la lluvia actúa como un limpiador de la atmósfera al arrastrar los granos de polen hacia el suelo.

«De seguir con este calor durante el invierno, la presencia del polen típico de la primavera, como el que ocasionan las gramíneas, el olivo, los plataneros de sombra o la salsola, puede adelantarse», expone el alergólogo del Hospital General Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina, Jesús Jurado-Palomo. «Si en un determinado momento existe un pico de polinización de ciertas plantas, como ocurre ahora en febrero, y existen lluvias considerables, bajarán los niveles de dicha cresta. Sin embargo, esta circunstancia no se está produciendo este año», asegura el experto, quien recalca el efecto barrido de los pólenes de la atmósfera que producen las lluvias durante la época de polinización.

Por su parte, la responsable de meteorología de Eltiempo.es, Mar Gómez, ya advierte que esta primavera se espera más cálida y seca que las anteriores en buena parte de España, una condición que también podrá afectar a la polinización agresiva de las plantas propias de esta estación.