Cómo formar a los que cuidan a personas dependientes: así funcionan las escuelas de cuidadores

Cuidar a una persona dependiente, enferma o en situación de vulnerabilidad es una tarea compleja que, en muchas ocasiones, recae sobre familiares sin formación específica. Para apoyarles, cada vez más hospitales en España han puesto en marcha las llamadas Escuelas de Cuidadores que son espacios formativos pensados para empoderar, acompañar y preparar a quienes desempeñan este rol esencial en la continuidad de los cuidados.

Uno de los centros más recientes en sumarse a esta iniciativa es el Hospital Universitario de Torrejón, perteneciente a la red pública de la Comunidad de Madrid. Su Escuela de Cuidadores, impulsada por el equipo de enfermería, ofrece talleres semanales sobre temas muy diversos: «Nuestra escuela nació ante la necesidad que manifiestan quienes van a cuidar a una persona dependiente que recibe el alta hospitalaria. Por eso les proporcionamos herramientas prácticas y apoyo emocional para garantizar tanto el bienestar del paciente como su tranquilidad», detalla Violeta Barbi, supervisora de enfermería del servicio de hospitalización.

Conocimientos y cuidados básicos

Desde la Escuela de Cuidadores del Hospital Universitario de Torrejón, el equipo de Enfermería de Hospitalización les forma con el objetivo de que adquieran conocimientos y habilidades prácticas que les permita afrontar el cuidado diario de su familiar o ser querido en su propio domicilio, especialmente tras un ingreso hospitalario. «Las principales dudas que tienen los cuidadores suelen tener relación con la movilización, la higiene, la prevención de caídas, cómo actuar ante una situación imprevista o de emergencia o la alimentación. Este tipo de detalles les genera cierta inquietud e inseguridad a la hora de asumir los cuidados de un ser querido en su casa», explica Violeta Barbi.  

Esta formación, continúa explicando la supervisora, cuenta con sesiones personalizadas para las necesidades de cada cuidador y paciente, permitiéndoles aprender técnicas específicas para cada caso, como puede ser la movilización de pacientes encamados, el manejo de sondas o el cuidado de ciertas heridas. Para ello, se llevan a cabo talleres prácticos bajo la supervisión del personal de enfermería, reforzando la autoeficacia para que puedan desenvolverse sin problemas. Durante estas sesiones también es muy importante abrir un espacio para resolver dudas, fomentando la participación activa para que los cuidadores puedan plantear sus inquietudes, al mismo tiempo que se proporciona apoyo emocional con el objetivo de tratar de paliar o mitigar el impacto psicológico que puede suponer esta labor.

Salud mental

En estos talleres, la participación activa y el acompañamiento emocional también son clave: «Las sesiones permiten formar a los cuidadores para que se sientan seguros y capacitados a la hora de proporcionar los cuidados, reduciendo su estrés y ansiedad», explica Violeta Barbi. 

Las sesiones se adaptan a cada situación, permitiendo que los asistentes adquieran técnicas específicas, como el manejo de sondas o el cuidado de heridas. «Durante estos talleres prácticos fomentamos también el espacio para resolver dudas, algo muy valorado por quienes asisten», añade la supervisora.

El impacto positivo de la Escuela de Cuidadores del Hospital de Torrejón es evidente. Según sus responsables, los participantes experimentan una notable reducción del estrés y del miedo a cometer errores: «Tras las sesiones, los cuidadores se sienten más seguros y autónomos, lo que repercute en una mejor atención al paciente y también en su propia calidad de vida», apunta Violeta Barbi. Además, la formación contribuye a prevenir complicaciones y a evitar reingresos hospitalarios.

En el éxito del cuidado domiciliario, la comunicación entre el equipo sanitario y el cuidador es clave: «Una buena relación de confianza facilita que comprendan bien las indicaciones, planteen dudas y sigan el tratamiento con mayor adherencia», subraya Barbi y concluye: «En definitiva, todos estos factores permiten conseguir un mayor empoderamiento de los cuidadores para que se sientan partícipes y una pieza fundamental del equipo asistencial para mejorar los resultados en la salud de las personas dependientes».

Una red de apoyo en expansión

Más allá de Torrejón, muchos otros hospitales están desarrollando programas similares. El Hospital Universitario Rey Juan Carlos ofrece talleres sobre salud y cuidados para situaciones de dependencia. El Hospital Guadarrama proporciona formación personalizada con enfermeras-entrenadoras como tutoras. El Hospital de Getafe, por su parte, concibe su Escuela como un «refuerzo emocional y práctico», centrado en aliviar la carga del cuidador y fomentar su bienestar emocional.

El Hospital Universitario Santa Cristina participa en la “Escuela Ambulante de Cuidadores”, un proyecto orientado a aliviar el sufrimiento de pacientes y cuidadores. En el Hospital Príncipe de Asturias, la Red de Escuelas de Pacientes y Cuidadores promueve hábitos saludables y corresponsabilidad en el cuidado.

Un caso particular es el del Hospital Enfermera Isabel Zendal, que ha abierto una Escuela de Cuidadores específica para familiares de pacientes con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En este espacio se ofrece formación teórica y práctica para mejorar los cuidados domiciliarios de estos pacientes.

Además del ámbito hospitalario, se han unido a este movimiento otras entidades como La Fundación La Caixa, que a través de su programa de Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas, ha realizado más de 1.800 talleres por toda España, tanto presenciales como online.